Una hoja de ruta. La pretensión cristiana en la época posmoderna. Miguel Ángel Garrido editor. Rialp ediciones
¿Qué está pasando? Es la pregunta que se repite en las cuatro esquinas sobre el malestar de la cultura y los cambios sociales. Nos encontramos en una encrucijada en la que los grandes horizontes han desaparecido. En ese desierto de certezas, la técnica nos ofrece el poshumanismo, el falso consuelo de la posverdad, el bricolaje sexual para construir una identidad al gusto de quien la formula, un feminismo que propone la vida sin hombres y un ecologismo que postula la extinción humana para salvar el planeta. Para terminar de reforzar su discurso, la posmodernidad ha levantado un tribunal inquisitorial en el que se juzga al disidente, por las mañanas y por las tardes, en la plaza pública de la red. Miguel Ángel Garrido ha reunido una serie de conferencias, de textos de pensadores, sobre los temas que se apuntan arriba. Y les ha añadido una entrevista, que es una joya con el escritor Jiménez Lozano (1930-2020)
El pensamiento dominante
Una hoja de ruta se abre con un primer capítulo en el que Garrido Gallardo responde primero a la pregunta del ¿Qué está pasando? Y lo que está pasando está sintetizado en un párrafo que dice así: «en una sociedad del relativismo absoluto tendría que tener cabida el que acepta que existe la verdad, el que busca la verdad (una manía más). Sin embargo, en la sociedad posmoderna, el relato con remitente es la única opción que no se acepta: es el lobo de caperucita, el demonio del cristianismo, la burguesía del marxismo».
Continúa Una hoja de ruta por el relato, apasionante, revelador, sorprendente, y lleno de tensión, de una discusión científica sobre los límites de la ciencia, un debate en Hannover. Imagine el lector que después de una charla de Shashi en la que se promete que todos los grandes problemas del hombres serán resueltos por la ciencia, toma la palabra un científico y afirma: «La ciencia nos ha privado de la verdad». La ciencia nos permite conocer la naturaleza, pero no el espíritu, la ciencia permite conocer el mundo exterior, pero no conocernos. «La ciencia nos ofrece conocimiento pero ni un atisbo de autoconocimiento». Y en la ciencia, los nuevos sumos sacerdotes son los economistas. Todo lo que no tenga un valor económico es arrojado al basurero de la actualidad.
De Scruton a Jiménez Lozano
Le sigue una exégesis sustancial del pensamiento de Roger Scruton sobre la belleza, escrito por Enrique García-Máiquez. Scruton es uno de los grandes pensadores del conservadurismo, un filósofo que reacciona ante la fiesta subversiva del 68 e inicia un camino divergente. Un camino que transita por las veredas de la verdad, del bien, y de la belleza. Lo pagó caro. La inquisición le expulsó de la Universidad. Valió la pena, diría después de ser expulsado del paraíso de los progres. En Una hoja de ruta para navegar por la posmodernidad no podía faltar Scruton.
Se añaden a continuación artículos de Garrido Gallardo sobre el reportaje, ensayo, que Tom Wolfe dedicó a Darwin y a Chomsky, un artículo de Juan Arana sobre las promesas del poshumanismo y el transhumanismo, «una quimera que se convierte poco a poco en pesadill». Andrés Ollero reflexiona sobre la razón y la fe, y María Calvo Charro, en La mujer actual, escribe sobre el fracaso de un feminismo radical que intenta imponer en las mujeres una ruta vital que busca la imitación de la identidad del hombre y sus objetivos. Un camino, que asegura, no puede pretender llegar a la plenitud existencial de las mujeres porque se comporta contra la autenticidad de su condición femenina.
De la entrevista con Jiménez Lozano en Una hoja de ruta, les diré que cada respuesta es un hallazgo. Sobre todo aquellas que hablan del sentido de la vida, esa vida que «merece la pena vivir», y las que tratan del totalitarismo: «vivimos en un mundo de abstractos y de decir y pensar o hacer lo que nos digan que es correcto»
