Cine brasileño con mensaje social, para equilibrar la saturación de blockbusters veraniegos
Entre los estrenos siempre hay pequeñas joyas. Tres veranos es una de ellas, llegada el 6 de agosto a las pantallas españolas, Golem cogió el testigo y decidió proyectarla. Una película que viene avalada por dos premios en el 23 Festival de Málaga, el Premio Especial del Jurado a su directora, Sandra Kogut, y la Biznaga de Plata a Mejor Actriz para su protagonista, Regina Case.
Sinopsis de Tres veranos
Una mujer de unos cincuenta años, trabaja como limpiadora en una urbanización de lujo cerca de la costa, donde la exuberante vegetación tropical rodea las mansiones veraniegas y los yates privados de la élite de Río de Janeiro.
Cada diciembre, entre Navidad y Año Nuevo, Edgar y Marta organizan una celebración familiar en su lujosa casa de verano junto a la playa. En 2015 todo parece estar bien, a pesar de algunas tensas llamadas telefónicas y un invitado que lleva un grillete electrónico. En 2016 la fiesta anual se cancela abruptamente. ¿Qué pasa con la gente invisible que vive en la órbita de los ricos cuando estas vidas se derrumban? A través de la mirada de un empleado y un anciano padre olvidado, vemos un retrato del Brasil contemporáneo.
Comentario
Esta cinta nos evoca distintas películas recientes, Parásitos, Mano de obra, El ombligo de Guie’dani y Nuevo Orden. En ellas se refleja el clasismo, extremo, cómo ve el servicio a sus jefes, o qué hacen cuándo estos no están.
Tres veranos da una vuelta a estos conceptos de la mano de Madá, una mujer positiva, llena de inquietudes y que trabaja como ama de llaves de Edgar y Marta. Organiza su casa y confía plenamente en ellos. Al mismo tiempo prepara comidas a domicilio usando la cocina de la casa. Su sueño es montar un quiosco, con la ayuda de los señores.
Cuándo en 2016 Edgar acabe en la cárcel por corrupción y Marta huya por el mundo con su hijo, Madá deberá buscarse la vida. Ha de mantener la casa funcionando, a los empleados contentos y al padre de Edgar animado. Este último llegó a la casa porque se reformaba su apartamento, pero no sabía que era una excusa para iniciar otra trama de corrupción inmobiliaria.
Además el ama de llaves va a descubrir que ella y otros empleados, han firmado documentos que les comprometían, tienen teléfonos a su nombre que no conocían, forman parte de un entramado delictivo sin saberlo.
La fotografía es triste, apagada, contradiciendo la atmósfera de lujo y ostentación de la urbanización y de toda la costa. Las escenas de lluvia, la piscina cubierta con una lona y los inflables medio deshinchados, logran una atmósfera de melancolía.
Pero Madá roba la tristeza con su ingenio y simpatía. Los empleados disfrutan de algunos de los lujos que ofrece la casa, montan una tómbola para sacar algo de dinero vendiendo vestidos, zapatos y parte de la decoración, y más ideas geniales que no conviene desvelar. Pero la escena más simpática, y tremenda al mismo tiempo, es cuándo cogen el yate y lo usan para pasear a turistas explicando el destino de los dueños de las lujosas viviendas de la costa, la mayoría en la cárcel salvo los gringos y los futbolistas.
Madá logra sacar al padre de Edgar de su tristeza, a pesar de haber enviudado y tener a su hijo en la cárcel. Y a nosotros también nos sacará si le damos la oportunidad, aunque quede la reflexión sobre la corrupción..
En resumen
Tres veranos contiene una crítica del clasismo y de la corrupción de las élites brasileñas. Pero logra hacerlo con una mirada alegre, sacándonos una sonrisa, muy lejos del enfoque de las tres películas que hemos referido unas pocas líneas más arriba.
Tráiler
Ficha técnica de Tres veranos
- Director: Sandra Kogut
- Guion: Iana Cossoy Paro, Sandra Kogut
- Reparto: Regina Case, Rogério Fróes, Gisele Fróes, Otávio Muller, Jéssica Ellen
- País: Brasil
- Duración: 94 minutos
- Música: Berna Ceppas
- Fotografía: Ivo Lopes Araújo