El libro de los retratos. Outumuro. Editorial La Fábrica 2019
Fotógrafo vinculado al mundo de la moda, Manuel Outumuro ha reunido los retratos de actores, actrices, directores de cine, algún presentador de televisión, deportistas y otras gentes del mundo de la celebridad en un tomo que edita La Fábrica. Se trata de una colección de retratos que reúne la obra de treinta años de profesión. Outumuro acaba de recoger en Nueva York el Premio Lucie a la creación de moda, considerado como el ‘oscar’ de la fotografía.
Son en su mayor parte retratos de estudio. Primeros planos, a veces muy cerrados: tan solo los ojos, la boca. Muchas veces las manos. Outumuro sabe componer con las manos, preparar el esquema para que esa extremidad que es «la portavoz del cuerpo», comparezca en el retrato de una forma natural, sin interrumpir ni alterar esa extática intimidad que parecen tener sus modelos, como si hubieran sido sacados del tiempo, en un instante de vida interior serena, sin artificios.
El desarme del modelo
En el momento inicial de una sesión de fotos el modelo suele preguntar qué debe hacer, cómo se debe comportar para facilitar el retrato. El resultado del trabajo de Outumuro solo es posible si las personas consiguen ser ellas mismas a pesar del ojo de la cámara, de los artefactos de luces, de los fondos negros, y de una situación que no es nunca natural. Lograr ese «desarme» de Juliette Binoche, de Manolo Blahnik, de Diane Kruger, de Pedro Almodóvar, de Penélope Cruz, de Ferran Adrià o de Pau Gasol, es la primera condición para conseguir retratos que perduren en el tiempo, que soporten los vaivenes de la moda o los cambios de la edad. El problema del qué hacer no es una cuestión del modelo sino del fotógrafo, que debe percibir los matices, que debe ordenar y matizar los esquemas de iluminación para que afloren por los ojos, por los gestos, zonas del alma que de otra forma quedan ocultas en la sombra.
Si Outumuro tiene deudas de arte, están reflejadas en este tomo con una franca sinceridad. Sus referencias en la fotografía le sitúan entre los clásicos del retrato, en especial Edward Steichen. Pero su aprendizaje fundamental está en la pintura. Intercalados entre la serie retratos, hay en el libro láminas en las que personajes como Paco León o Juan Diego Botto comparecen retratados en colores al modo de Caravaggio o de El Greco, con la mano en el pecho. Macarena Gómez es la piconera de Julio Romero de Torres y Leonor Watling, la dama del armiño, al modo del célebre cuadro de Leonardo da Vinci.
Espejismos de intimidad
Es un libro íntimo. De Outumuro conocemos sobre todo sus trabajos en el mundo de la moda. Su archivo es una referencia para conocer la historia de la moda y de sus creadores en las últimas tres décadas. En este tomo de 350 páginas, con prólogo de Laura Terré («Espejismos de intimidad»), se reúne el resultado de sesiones que conforman otra gran lección de fotografía: la de la búsqueda de la vida interior de los modelos, el juego para reunir en un formato cuadrado, la esencia de la expresión de la persona, desnuda de su personaje.
El libro se cierre con un guiño que remite al origen familiar de Outumuro. Se trata de una fotografía de su madre y su hermana, en una comida familiar. Las mujeres se cubren el rostro con las servilletas «negándose a ser fotografiadas», escribe Manuel, «porque no les facilito estilismo, peluquería, maquillaje, atrezzo e iluminación, como a todos los fotografiados en este libro». Y es que la intimidad requiere de algunas reglas y escenarios para que se muestre cómoda y confiada.