Son dos grandes maestras del retrato. El IVAM de Valencia ha abierto este verano una muestra de dos de las grandes de la fotografía del XIX y del XX. Las fotógrafas Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron son dos de las mujeres más influyentes de la historia de la fotografía. Vivieron con un siglo de diferencia: Cameron trabajó en el Reino Unido y Sri Lanka a partir de la década de 1860, y Woodman en América e Italia en la década de 1970.
Más allá de su capacidad por plasmar la apariencia física, ambas mujeres exploraron el retrato a través de su propia creatividad e imaginación para narrar historias y evocar la belleza, el simbolismo y la idea de transformación. Con más de 140 fotografías de época excepcionales, la exposición Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron: retratos para soñar abarca la carrera de ambas artistas y propone nuevas formas de contemplar su obra y la evolución del retrato fotográfico en los siglos XIX y XX. Woodman es una artista inclasificable. Se autorretrató de forma obsesiva. A pesar de esa compulsión, en muchas ocasiones ocultaba su rostro. Quizá tratando de esconder su atormentada alma .Frágil, introvertida y vulnerable, dicen quienes la conocieron que también era carismática, provocadora, apasionada, excéntrica, brillante, dramática, con un sentido del humor muy peculiar. Ángel y demonio .
Cameron es la gran fotógrafa de la era victoriana. No fue hasta los 48 años cuando se inició en un arte en el que se convirtió en la gran maestra del retrato. Su técnica, el carácter poético de sus fotografias, el flou inolvidable de sus retratos, conforman un estilo propio que dejó una huella profunda en la fotografía. La exposición va acompañada de un catálogo, Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron: retratos para soñar, de la comisaria Madgalene Keaney, que incluye ensayos y contribuciones de la comisaria de la Woodman Family Foundation, Katarina Jerinic, y de la destacada historiadora de la fotografía Helen Ennis.