A este coche no te subes, te bajas. Es realmente bajo porque lo necesita para ser lo que es: un coche muy deportivo en el que todo gira en torno al conductor, buscando la conexión perfecta entre piloto, máquina y asfalto, y ofreciendo la máxima deportividad en el menor peso y espacio posibles. En Mazda lo llevan clavando 35 años. Por favor, no cambiéis este coche.
En los años 80, en Japón, se reunieron unos jefes con unos ingenieros a los que dijeron: “Queremos un coche pequeño, ligero, rígido, equilibrado, con motor atmosférico, cambio manual y toda la fuerza al eje trasero. Ah, y además descapotable”. En realidad, no tengo ni idea de esta reunión ni de lo que hablaron, pero así me la imagino. Lo que tengo claro es que pidieron aplicar en el diseño de este coche, la filosofía Jinba-Ittai, que en japonés significa que el jinete y su caballo son uno.
Este caballo ya tiene 35 años, más caballos y varias actualizaciones. Actualizaciones con las que siempre ha mantenido la filosofía que le venía de origen, las 8 claves que, desde mi punto de vista, convierten al Mazda MX-5 en un deportivo puro a tener muy en cuenta:
01 Ligero:
Con un peso de poco más de 1.000 kg, el Mazda MX-5 sigue siendo un ejemplo de diseño compacto y funcional. Este coche demuestra que menos es más, logrando un equilibrio perfecto entre agilidad y eficiencia, ideal tanto para el tráfico urbano como para carreteras reviradas.
02 Pequeño:
Su diseño compacto es una carta de presentación que mezcla estilo y practicidad. Este tamaño no solo favorece una conducción ágil, sino que también facilita el aparcamiento en espacios reducidos, sin sacrificar su carácter deportivo.
03 Rígido:
Gracias a su chasis optimizado y al uso de materiales avanzados, el MX-5 ofrece una rigidez estructural que inspira confianza en cada curva. La suspensión de doble trapecio delantero y multibrazo trasero mejora el comportamiento dinámico y garantiza una estabilidad impecable.
04 Equilibrado:
La disposición del motor delantero central y su propulsión trasera ofrecen una distribución de pesos casi perfecta. Esto, combinado con un centro de gravedad muy bajo, se traduce en un coche que responde como una extensión natural de las intenciones del conductor.
05 Motor atmosférico:
Disponible con dos opciones de motor (1.5L con 132 CV y 2.0L con 184 CV), el MX-5 demuestra que la simplicidad sigue siendo efectiva. La entrega de potencia lineal y la respuesta inmediata hacen de estos motores un placer tanto en conducción relajada como en sesiones más exigentes. Durante esta prueba con el motor de 2.0 litros, hemos obtenido un consumo medio de 6 litros durante más de 400km en ciudad, autopista y carreteras de montaña.
06 Cambio manual:
Mazda se mantiene fiel a la tradición con una caja de cambios manual de seis velocidades. Este sistema, con recorridos cortos y muy precisos, garantiza una conexión muy directa con la transmisión, añadiendo una dosis de disfrute y nostalgia para los entusiastas de la conducción pura.
07 Propulsión trasera:
En un coche, tener toda la fuerza disponible en el eje trasero no solo te permite hacer derrapes, sobre todo te permite conducir un coche más fiable y al que le puedes guiar con mayor naturalidad que a otro con la tracción delante. En este punto hay debate, pero yo no entro en este debate porque siempre me he fiado más de un coche de propulsión (trasera), que de otro de tracción (delantera). Cuando vamos a la compra no tiramos del carro, lo empujamos desde atrás porque se maneja mejor. Pues en un coche, igual.
En este sentido, el MX-5 se mantiene fiel a sus raíces. La propulsión trasera no solo mejora la dinámica en curvas, sino que también potencia el placer de conducir, dejando claro que este coche no sigue tendencias, las crea.
08 Descapotable:
Tanto con el techo de lona o con el rígido, el MX-5 ofrece una conexión única con la carretera y el entorno gracias a la experiencia de sentir el viento sin mas techo que el cielo mientras conducimos. He de decir que en esta experiencia descapotable hay mucho placer, con buen tiempo y por debajo de 90Km/h.
Si hay algo que echo en falta, es la posibilidad de abrir y cerrar el techo desde fuera del coche, con el mando. El momento de meterte dentro es mucho más cómodo con la capota abierta. Y no te digo nada cuando sales de ahí. Para entrar y salir de este Mazda con solvencia hay que estar medianamente en forma.
En resumen, este coche me parece un muy buen juguete para mayores, un capricho extraordinariamente bien hecho para hacernos un regalo a un precio razonable, ya que lo tienes nuevo en un concesionario Mazda por algo más de 30.000 Euros.