El tercer largometraje de Óliver Laxe enamora a la crítica
Sinopsis
Amador regresa a la casa de su madre en un pequeño pueblo gallego. Ha pasado un tiempo en la cárcel por provocar incendios. Ahora intenta retomar su vida, ante la desconfianza mutua entre su vecinos y él.
Ficha técnica
- Director: Óliver Laxe
- Guión: Oliver Laxe, Santiago Fillol
- Reparto: Amador Arias, Benedicta Sánchez, Inazio Abrao, Elena Mar Fernández
- País: España – Francia – Luxemburgo
- Duración: 85 minutos
- Música: Xavier Font
- Fotografía: Mauro Herce
Comentario
Árboles que caen en medio de la noche. No sabemos si estamos ante las acciones de un troll legendario en medio de la montaña. Poco a poco descubrimos las máquinas que los derriban para formar un cortafuegos en una escena que tiene mucho de mágico.
Óliver Laxe, un gigante que parece Jason Momoa pero resulta ser encantador, tiene enamorado al Festival de Cannes. Este es su tercer largometraje y su tercer reconocimiento, el Premio del Jurado en la sección Un certain regard. Tras participar en la sección Perlak del 67SSIFF Lo que arde se estrena ahora en las carteleras.
Laxe conoce la belleza natural de la montaña gallega, y el trabajo de fotografía de Mauro Herce logra reflejar esta naturaleza en su plenitud pero también en su desolación. Porque a pesar de su belleza plástica, la película comienza y acaba con escenas de destrucción.
Filmada originalmente en gallego con actores no profesionales, su naturalidad y veracidad se deriva de que en esencia se interpretan a sí mismos. Por ejemplo Amador fue guarda forestal y es evidente que se maneja con soltura por el monte. Esta cinta es un homenaje al mundo rural, que poco a poco parece desaparecer amenazado por la deshabitación, por la invasión del turismo, por la competencia de las pequeñas producciones ganaderas con las grandes explotaciones… La lucha del anciano o de los vecinos de Amador por no permitir que sus escasas propiedades sean pasto de las llamas, incluso a riesgo de sus propias vidas, representa fielmente la lucha del mundo rural por su supervivencia.
Pero este trabajo también es un homenaje al amor de la madre. Ese «¿Tienes hambre?» como si en vez de volver de la cárcel volviera de apacentar las vacas. Aunque además subyace una reflexión sobre la vida, en la que tu pasado condiciona tu futuro, quizá más allá de lo que es justo. Amador desconfía de sus vecinos, ellos desconfían de él. El protagonista sintoniza con la veterinaria, pero en el pueblo se aseguran de que ella sepa quién es.
La autenticidad no brota sólo de los actores, ni tampoco únicamente de la fotografía. Laxe se ha tomado su tiempo, filmando a lo largo de las estaciones, para recoger lo característico de cada momento. Además su equipo se la ha jugado acompañando a las brigadas de extinción de incendios hasta la misma boca del lobo. Esta autenticidad se nota en cada detalle de Lo que arde, una película en la que parece que pudiéramos oler la humedad, la tierra, sentir el calor del hogar y el golpe del fuego en el rostro o saborear unos huevos fritos con pan.
No es ésta una película al uso, es más una película para sentir, para saborear y reflexionar al abandonar la sala. Cannes busca la belleza y Lo que arde rezuma belleza por sus cuatro costados.