Dante. Alessandro Barbero. Traducción de Marilena de Chiara. Acantilado
Una biografía de Dante excelente, rigurosa, con un aparato crítico que no ralentiza el viaje, con un estilo de obra abierta que deja vivo el enigma Dante, bien narrada, con sus pequeñas dosis de humor y su perplejidad ante la vida novelesca del gran poeta italiano. El Dante de barbero aparece en español para conmemorar el 700 aniversario de la muerte de Durante Alighieri (más conocido como Dante), hijo de una familia de prestamistas florentinos, víctima de la mala fortuna de sus afanes políticos, y un gran asesor de comunicación política de aquella Italia de inicios del siglo XIV, en la que era más difícil moverse que en la España actual.
Barbero comienza el relato por la batalla de Campaldino, en la que se enfrentaron los florentinos, reforzados por una tropa venida de otras ciudades güelfas con un ejército de gibelinos comandamos por los soldados de la ciudad de Arezzo. Los aretinos fueron barridos. Entre los «ciudadanos con cavallate», ciudadanos con caballo, que participaron en aquella batalla, el 11 de junio de 1289 estaba Dante, que no era caballero, pero aspiraba a esa condición, hijo de una familia que no era noble, pero que tenía un buen patrimonio.
Desde ese preámbulo, Barbero nos lleva de viaje por la Florencia de la época. Una de las virtudes de su libro es que nos hace pensar como florentinos, con los criterios de la época. Para conseguirlo, no duda en desplegar conocimientos detallados sobre los estamentos sociales, los criterios de selección de los notables, o el debate sobre la nobleza, en el que Dante tenía una opinión propia. Es curioso ver que en esos años los Medici son una familia plebeya, que apenas tiene un apellido. Tener apellido era privilegio de unas pocas familias. El resto eran fulanos a los que se conocía por el nombre de pila de su padre.
Desplegada la Florencia de la época, llegamos a la madre del cordero, el origen de todos los males de Dante, su inquietud política que le lleva a formar parte de Priorato que gobierna la ciudad, una asamblea de notables que tomaba las decisiones políticas. Florencia vivía la tensión entre los magnati (magnates) que defendían sus privilegios y un gobierno más popular. Dante estaba en el segundo grupo. Los gûelfos se habían dividido en dos grupos, blancos y negros. «Como consecuencia de esa ruptura, feroz como la que dividió a güelfos y gibelinos, la vida política de Dante lo abocará a la catástrofe del exilio». El ostracismo, la condena a muerte y la confiscación de sus bienes. Dante tendrá que comer del amargo pan ajeno.
Barbero traza paralelismos entre la vida de Dante y la escritura de la Comedia. Los meses precedentes al Priorato de Dante, origen de todos sus males, coinciden en la ficción de la Comedia con el momento en el que se confiesa perdido en la «selva oscura». Y no duda, Barbero, en guiños de humor propios de un erudito que se ha convertido en Italia en un gran divulgador, y en una estrella de la televisión. Dante fue víctima de un proceso político por concusión: «la prevaricación era la pesadilla de la vida política italiana (naturalmente solo en la Edad Media) y Dante la estigmatiza rabiosamente en el Infierno, donde condena a los corruptos a un pozo de pez hirviendo»
El golpe de estado de los güelfos negros en Florencia condena a Dante al exilio, algo a lo que cualquiera que se dedicara a la política en aquella época estaba acostumbrado. Comienza para Dante un largo viaje que le lleva a Verona, a Bolonia, a Pisa. Dante, que era de lengua insolente cuando la ocasión lo merecía, rompe con los güelfos blancos. En la soledad del exilio le pesa la compañía de otros desterrados: «y lo que más abrumará tu espalda será la compañía ruin y necia con la que te verás en este valle». No hay esperanza para Dante. Incluso cuando se une al séquito de Enrique VII, coronado emperador del Sacro Imperio Romano, sufre la decepción de la muerte prematura de su valedor. Vivirá sus últimos años al amparo de algunos notables, ricos hacendados, con el temor de convertirse en un bufón que les entretiene, y prestando servicios de mediador, escritor de cartas, asesor político. «Un huésped siempre en riesgo de convertirse en uomo di corte, a quien los señores protegían porque les divertía».
Terminará sus días en Rávena. Barbero indaga algunos enigmas de la vida de Dante. Son muchos. Componen un fresco con muchas zonas blancas, otras confusas con hipótesis diversas. Es una obra abierta, que deja que el lector complete el cuadro, si quiere, y expone las controversias, como la autenticidad de la carta a Cangrande, con la perplejidad necesaria para que sigan vivas, y dejen la vida de Dante como un misterio en el que la escasa realidad que conocemos se mezcle con la ficción de la Comedia en un enigma que nunca nos dejará de interesar. El misterio de Dante es algo más que una reacción a la dificultad de comprender su obra, como sostiene Osip Mandelstam en Coloquio sobre Dante.
No hay detalle que escape al escrutinio de Barbero, no hay aspecto, económico, social, político, que no entre en su campo de visión, y por eso, Dante es algo más que una biografía del autor de la Comedia, de Vita nuova, de Convivio, de Vulgari eloquencia, de Monarquía.
De la traducción solo podemos decir que está a la altura de la obra, a pesar de algún error. En español los «dominicanos» son los habitantes de la República Dominicana. Los integrantes de la orden de los predicadores, la orden dominicana, una de las órdenes mendicantes, son llamados dominicos. Las buenas traducciones son marca de la casa Acantilado, y también el ofrecer textos en los que es más difícil encontrar una errata que hallar a Wally entre la multitud.
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