En búsqueda del origen. MUSAC. León. Del 27 de enero al 19 de mayo de 2024
‘Yo soy escultura’, dijo una vez Ana Mendieta, artista malograda, y esta exposición del MUSAC en León es testimonio de ese principio vital del arte de la cubana. En búsqueda del origen es la mayor exposición monográfica de la artista Ana Mendieta (La Habana, Cuba 1948 – Nueva York, EE.UU. 1985) celebrada en España en los últimos veinticinco años. La muestra viene de Francia, y reúne obras que muestran al tiempo una preocupación por la naturaleza y una pulsión política feminista. El proyecto reúne alrededor de un centenar de obras en diferentes medios —fotografías, vídeos, esculturas, instalaciones, dibujos o pintura— que abarcan más de quince años de su producción, los transcurridos entre 1968 y 1985.
El exilio marca la vida de Mendieta, que forma parte de la llamada generación Peter Pan. Dejaron Cuba tras la llegada de Castro al poder. No volvería a ver a su madre hasta cinco años después. Su padre pasó el resto de su vida en las cárceles del régimen comunista. El exilio tampoco fue un camino de rosas. Mendieta prueba el racismo, y convierte sus acciones artísticas en una forma de protesta, como cuando organizó una performance para mostrar su rebeldía ante la violación de una estudiante en 1973 en la Universidad de Iowa. Invitó a sus amigos a su apartamento. Cuando llegaron, la puerta estaba abierta, y ella yacía en el suelo, manchada de sangre. La misma escena en la que se encontró a la víctima de la violación. Lo llamó Rape Scene. No figura en esta exposición, en la que sí se pueden econtrar otras obras, quizá menos brutales, que denuncian violencia.
Comisariada por Álvaro Rodríguez Fominaya, Vincent Honoré y Rahmouna Boutayeb, la muestra explora el itinerario de Ana Mendieta, una artista que nunca dejó de reinventarse. Mendieta desarrola un nuevo lenguaje escultórico, a menudo efímero, a veces performativo, siempre alimentado por sus investigaciones sobre los mitos originales y el arte rupestre. Lejos de ser entendida como una retrospectiva, esta muestra se centra en revelar la relación de la artista con lo visible y lo invisible, lo permanente y lo efímero, la tierra, el fuego, el aire. Es su manera de hacer que lo indecible fuera explicado a través de la huella del cuerpo y su inserción en la naturaleza.
El proyecto celebra, en definitiva, la relevancia de una obra contemporánea, política y vibrante. En búsqueda del origen se organiza de manera temática a través de ocho secciones, en las que obras icónicas de la artista comparten espacio con trece piezas que se exponen por vez primera en este proyecto. En búsqueda del origen supone una rara oportunidad para explorar cómo Ana Mendieta reinventó constantemente su arte, regresando constantemente a sus raíces geográficas, artísticas y culturales. En el video que acompaña esta nota, la propia Ana Mendieta explica los orígenes de su arte, y algunos familiares, como su prima, evoca los días de playa en Varadero, cuando imprimían formas en la arena con sus cuerpos.
Cuerpo y naturaleza
A lo largo de los setenta y primera mitad de los ochenta del siglo pasado, Ana Mendieta creó un poderoso conjunto de obra definido por su cuerpo y un eterno encuentro con la naturaleza. A lo largo de una trayectoria de poco más de 15 años desarrolló su propia práctica híbrida, que fusionaba aspectos del body art y del land art. Ella usaba el término “earth body” (cuerpo de tierra) para describir su particular aproximación a la práctica del arte, en la que incorporaba su propia figura —o su silueta o su huella— al paisaje natural. El deseo de Mendieta de conectar con la naturaleza y la historia evolucionó a partir de su deseo de recuperar su tierra natal perdida de Cuba, de la que se exilió hacia EE.UU. a los 12 años tras la revolución liderada por Fidel Castro.
Considerada una pionera en el arte feminista, conceptual y del «land-art», basado en utilizar el medio natural para la creación artística, Mendieta produjo incontables obras en fotografía, vídeos, pintura, «performance»… si bien ella se consideraba ante todo escultora. «Nadie ejemplifica como ella el trasvase entre ‘performance’, documentación, fotografía… ella se identificaba como escultura y esa identificación la reflejaba en distintos medios», asegura Álvaro Rodríguez Fominaya, director del MUSAC, que participó en la presentación. Sus trabajos de la serie «Siluetas» son los más conocidos de su trayectoria, en los que trabaja con la forma de su propio cuerpo a través de distintos medios, una figura femenina que se funde con el paisaje y se convierte en escultura.
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