Lo último de Luc Besson con la debutante Sasha Luss como Anna
Sinopsis
Anna lleva una doble vida, a veces es una espectacular modelo de pasarela, a veces es un agente operativo para el KGB. Cuándo parezca estar en un callejón sin salida demostrará que tiene más facetas que una matrioska.
Ficha técnica
- Director: Luc Besson
- Guión: Luc Besson
- Reparto: Sasha Luss, Helen Mirren, Luke Evans, Cillian Murphy, Lera Abova
- País: Francia
- Duración: 119 minutos
- Música: Éric Serra
- Fotografía: Thierry Arbogast
Comentario
Acaba de estrenarse Anna, lo último de Luc Besson. Un trabajo que no puede dejar de evocarnos a Nikita, pero en un estilo menos salvaje, más elegante. Es uno de los temas recurrentes de Besson, mujer de aparente fragilidad que esconde en ella una enorme capacidad, de destrucción pero también de esperanza (Lucy, El quinto elemento). Al mismo tiempo se hace de nuevo patente otra gran fijación del director, las mujeres bellas, las modelos, las piernas esbeltas y los tacones.
La protagonista elegida por Besson es Sasha Luss. Si alguien necesita una actriz para interpretar a una mujer bella, esbelta, modelo, rusa… no podría elegir mejor. Ignoramos si también tiene experiencia con armas. Luss se desenvuelve en su papel. Y si esto no bastara, está arropada por Helen Mirren, Luke Evans y Cillian Murphy. Aunque el verdadero contrapunto lo da Mirren. Porque en esta cinta los hombres son meros accesorios, juguetes en manos de la protagonista.
No se puede negar que este trabajo está lleno de clichés sobre la CIA, el KGB o la sociedad rusa de finales de los 80 (pisos destartalados y sórdidos, la calefacción que no funciona). Y también hacen su aparición una serie de anacronismos (automóviles actuales, ordenadores portátiles…). Y esto contrasta con su empeño en hacernos notar los carretes de fotos durante las sesiones de modelaje.
Aunque son detalles irrelevantes. Porque el leit motiv de la cinta, bajo la excusa de una trama de espías, es la hipocresía y la doblez en las relaciones humanas. Además aprovecha para lanzar un par de puñaladas a universo de la moda. Luss estará de acuerdo, ya que ha criticado duramente el mundo de su antigua profesión, a la que se incorporó con solo 13 años. Por supuesto, en estos tiempos no podía faltar algún guiño feminista, quizá podemos decir que el cine de Besson siempre ha sido feminista a su manera. Pero siempre cabe la pregunta de si no es todo una excusa del director para mostrar mujeres bellas y jugar con cierto morbo.
Para la parte técnica se acompaña de dos escuderos habituales. Al mando de la fotografía está Thierry Arbogast. En la música Éric Serra. Ambos han estado con él en trabajos como Nikita, El profesional o Lucy. Son dos valores sólidos que dan consistencia a la película.
En cuanto a la trama, tiene giros interesantes e inesperados. Y aunque se ha criticado este trabajo por sus continuos avances y retrocesos en el tiempo, no es complicado de seguir Pero el conjunto se devalúa por el exceso de rótulos aclaratorios y la innecesaria repetición de escenas casi completas tras los saltos temporales. Parece como si un productor que dudase del intelecto del espectador los hubiera impuesto.
En cuanto a los símbolos y las metáforas, ya sabemos que hay espías rusos, ya sabemos que hablamos de doble y triple juego, de falsedad y engaño. Pero las referencias al ajedrez, a las matrioskas, tan ruso todo, tan juego de engaño… son muy poco sutiles.
Las coreografías son espectaculares, sobre todo la primera acción de Anna. Pero no escalan a cotas superiores a lo largo de la película. Finalmente, y en parte por esto, su clímax resulta un tanto anticlimático.
Resumiendo, un thriller de acción y espionaje con algunos defectos. ¿Se podría haber reducido el metraje? ¿Quizá se podría ser más sutil con las metáforas? ¿O se podría ser menos obvio con los flash backs y los rótulos que nos sitúan en uno u otro momento? Y a pesar de ello es eficaz, entretiene durante sus dos horas de duración, tiene coreografías espectaculares y varios giros de guión que nos sorprenderán.
