‘Another Body’: esa escena porno que nunca protagonicé

Filmin estrena el próximo viernes 8 de diciembre el documental «Another Body», dirigido por los noveles Sophie Compton y Reuben Hamlyn. La película ganó el Premio Especial del Jurado en el SXSW Film Festival de Austin y recibió dos nominaciones en los British Independent Film Awards, los premios del cine independiente británico. «Another Body» sigue el caso de una joven estudiante de Ingeniería, Taylor, que descubre que circula por Internet un vídeo pornográfico protagonizado por ella; un vídeo que jamás grabó, pero que ha sido manipulado digitalmente para reemplazar de manera convincente la imagen de la actriz porno por la suya.

A través de este documental, los directores alertan sobre una problemática real frente a la que las autoridades no están actuando en la mayoría de territorios. En Estados Unidos, por ejemplo, los llamados deepfakes son legales en 48 de los 50 estados, aunque, tal y como explican Compton y Hamlyn, «el 90% de los deepfakes que encontramos en la red utilizan imágenes de mujeres sin su consentimiento para generar vídeos pornográficos». Los directores explican que la mayoría de víctimas no saben quién es el autor de la agresión, a qué rincones del planeta ha llegado el vídeo y quienes lo han visto: «Una vez el vídeo aparece en Internet, se queda allí para siempre».

Amnistía Internacional ha acuñado el término «efecto silencioso» para hablar de las consecuencias que estos ataques, que afectan de manera desproporcionada a más mujeres que hombres, tienen sobre las víctimas: «Sus círculos de confianza se estrechan, su presencia en la red disminuye y se reduce su completa participación en todos los aspectos de la vida», explican Compton y Hamlyn. Para Taylor, el abuso comporta que la joven se aleje de su círculo de amistades e incluso que se plantee abandonar sus estudios.

Para proteger a Taylor y al resto de víctimas que aparecen en la película, los directores optaron por cambiar sus nombres. «Sabemos que las comunidades en línea como 4Chan pueden volverse muy agresivas y tomar represalias», señala Hamlyn. Aunque el problema principal se encuentra en la indefensión y la soledad a la que deben hacer frente las víctimas. «Policías, familiares, amigos y periodistas les hacen siempre las mismas preguntas: ¿Si el vídeo no es real por qué te pones así? ¿Qué has hecho tú para que te hagan esto?», explica. Junto a la película, los directores lanzaron la campaña #MyImageMyChoice para apoyar a los afectados y poner el foco en el hecho de que cualquier persona con un perfil en las redes sociales, sea famosa o no, es una víctima potencial de los deepfakes.

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