Habituados a la mentira Sanchista, a ese disfraz continuo del que dice cambiar de opinión según la circunstancia, el discurso de Milei en su toma de posesión parece el de un político venido de otro planeta. NO hay plata, decía, y es la verdad. El que la hace la paga, ha sido su promesa. Hace algunos años, en la trampa de un micrófono abierto sorprendieron al presidente uruguayo Batlle cuando decía la verdad sobre sus vecinos: con que el gobierno argentino deje de robar un año se arreglan todos sus problemas. Como ha pasado el tiempo y siguieron robando a manos llenas, los problemas hoy son más graves, y no bastará con un año de manos quietas, sino que harán falta medidas más graves y drásticas. Sangre, sudor y lágrimas.
Un político que dice la verdad. ¿Recuerdan al último que pasó por España? Hasta ahora la élite política argentina se quedaba con la plata y repartía a sus amigos populistas en España. Por eso ha sido tan habitual ver el desfile de las yolandas y los garzones por Buenos Aires, para pasarle la mano por la chepa a Cristina Fernández y cobrar por la foto un buen salario. Como ya no hay plata que llevarse, Sánchez mandó a un secretario para ocupar su silla en la ceremonia. Menos mal que tenemos al Rey Felipe que cumple la misión sin que echemos de menos al sultán, más bien ya nos estorba cuando le vemos en estos oficios. (Continúa)