Para empezar a componer su nuevo gobierno el sultán pensó que primero necesitaba un jabalí. El mismo cuadrúpedo que le había servido con rudeza y estilo genital en la sesión de investidura de Feijoo le vendría bien para este nuevo ejecutivo que tiene como función principal no la de gestionar un país sino la de destrozar al PP y evitar cualquier ensoñación de concordia. La conclusión se precipitaba por tanto con una natural gravedad, caía por si misma: sí, Oscar Puente debía ser ministro. La cuestión era de qué. Y ahí vino a ayudar a nuestro sátrapa el recuerdo de una anécdota gloriosa. ¿En qué tiene experiencia Óscar Puente? En el AVE, en los trenes de alta velocidad. Es quien dice cuándo salen y cómo salen. Selecciona pasajeros y si alguno le interpela por lo de Puigdemont, la red de alta velocidad española se pone a su servicio y se detiene en espera de que los ánimos se templen. Ministro de Transportes.
Ya tenía la primera pieza. ¡Y qué bien encajaba en el diseño! Para ser ministro de Sánchez se requiere competencia técnica. Óscar cumple el requisito. Y también relevancia política, y Puente es un ser ideal para los debates. Insulta con tal convicción que el adversario renuncia a buscar un acuerdo. Los trenes se moverán ahora por dentro de la zona protegida por el muro. Y al que interpele a un ministro en el vagón se le colocará colgado de la catenaria, como proponía Magdalena Álvarez, lady Aviaco, para templar las opiniones de Esperanza Aguirre.
La segunda pieza era más fácil y delicada. En esta legislatura que tiene como programa de gobierno el muro y la risa, alguien se tiene que encargar del parlamento y de los jueces, alguien tiene que reunir en una sola mano el poder ejecutivo y el judicial, para que el judicial sea una sola prolongación de lo ejecutivo, y la correa de transmisión funcione con una continuidad lubricada y suave. Bolaños. El conde duque de Bolaños, convertido por arte del sultanato en el valido de este reino sectario. Conocido el nombramiento de ese superministro, los jueces se han echado a temblar, porque si al final de la legislatura pasada soñaban con volver al gobierno judicial del Consejo General, en esta ya han visto que el péndulo se ha movido hacia el otro lado. Nombrado Bolaños, lo primero que ha hecho el nuevo valido es llamar a Europa para decir al comisario de Justicia que no se entera, y que la amnistía es legal y legítima, y que no piensa admitir injerencias de Europa. La autocracia comenzaba a funcionar con toda su impunidad, con toda su desvergüenza. Como ministro de Justicia, Bolaños hará lo que diga Bolaños como ministro de presidencia, y los dos ejecutarán los deseos de sultán con sumisa prontitud.
Por lo demás, continuidad con algunos ajustes. Del gobierno ha desaparecido Podemos que ha muerto, que se ha ido tan callando, con tan solo algún quejido en sus cuentas de Equis, antes Twitter. Lo de Podemos ha sido una muerte a plazos. Desaparece Montero, Irene, llega Ana Redondo al ministerio de igualdad. El sentido de ese nombramiento es el de recuperar el voto y el apoyo para la izquierda del feminismo tradicional. Recuerden que, en las últimas elecciones, feministas de izquierda con tanto pedigrí como Amelia Valcárcel anunciaron su voto a Feijoo resentidas por el programa woke de Podemos, por la ley del sí es si, por la ley trans, y por todo el aparato legislativo que borraba a la mujer del mapa. Romero, que viene del Valladolid el jabalí, va a rescatar los temas tradicionales del feminismo socialista con el acento en dos causas abortadas en la legislatura anterior: los vientres de alquiler y la abolición de la prostitución. Una vez desplazado el Tito Berni de su escaño, los socialistas volverán como las golondrinas a intentar enviar a más de cien mil mujeres que viven de lo que le sacan a su cuerpo a la más oscura clandestinidad. Lo harán por su bien, sin duda, y por el negocio de algunas organizaciones que han engordado su patrimonio con el pretexto de la salvación.
Luego están los ministros recreativos. Denomino así a esos que cumplen la función de concentrar todas las críticas, de atraer todos los rayos. Están ahí para que los demás parezcan moderados. Ejercen por tanto una función de contraste. A su lado, todos los demás ministros y ministras y ministres lucen como seres inteligentes, cargados de luz y de moderación. En este gobierno la vicepresidenta de recreatividad es Sira Rego. De Sira hemos sabido pronto muchas cosas, porque su rastro en las redes es una senda llena de flores. Por ejemplo, hemos visto como defendía a Lenin ante un historiador al que se le ocurrió exponer algunos hechos relevantes, como la afición criminal y homicida de Vladimir. Sorprendida en ignorancia, a Sira solo se le ocurrió contestar que cualquiera que se meta con Lenin demuestra en el acto que pertenece a la extrema derecha.
Esta mañana Borja Negrete nos cuenta en VozPopuli que Rego, ministra de infancia, no condenó el internamiento de niños ucranianos en campos de rusificación. Hablamos de más de dos mil niños ucranianos, algunos huérfanos, deportados desde su país a la fuerza por el ejército ruso a campos de Bielorrusia. Un crimen contra la humanidad, tipificado en el estatuto de la Corte Penal Internacional, que el parlamento europeo condenó en una resolución. Sira Rego votó en contra de esa resolución que iba dirigida contra el dictador bielorruso Lukashenko. Pero ahí no terminan los méritos de Sira para ocuparse de los niños españoles, que son cada vez menos. El mismo 7 de octubre, cuando los terroristas de Hamás mataban, violaban, quemaban, descuartizaban, asaban, torturaban y secuestraban a niños mayores y ancianos, hombres y mujeres en Israel, Sira ya estaba condenando en las redes, antes incluso de que se produjera, la respuesta de Israel. Clarividencia no le falta. De lo que carece es de la mínima decencia para ocupar un ministerio, y menos el de Infancia y juventud. ¿De qué se va a ocupar exactamente Sira? ¿Cuál es el programa de Rego? ¿Viene a continuar con la labor de Irene Montero? ¿Viene a rebajar la edad de consentimiento para las relaciones sexuales? ¿A quién lleva bajo el brazo, a Lenin o a Stalin? Sea lo que sea el rastro que ha dejado y que permite perfilar su cuadro mental no nos ofrece ninguna tranquilidad.
Es notable también el ascenso de Mónica García al ministerio de sanidad, ha pasado de la nada en Madrid a un ministerio que apenas tiene competencias, pero en las pocas que tiene Mónica puede causar destrozos históricos. En su objetivo están las mutuas de funcionarios que atienden a más de millón y medio de personas, y cualquier otro acuerdo que suponga que empleados públicos tengan sanidad privada para sus familias. En el sector privado dicen estar con las carnes abiertas porque se avecina una guerra de carga ideológica para cortar toda colaboración. De nada sirvió el papel que jugaron hospitales y centros privados durante la pandemia.
Con estos bueyes Sánchez se apresta a arar durante esta legislatura. Su primer viaje exterior está programado para el jueves. A Israel y Palestina. Es cierto que se ha quitado a la antisemita Belarra de las filas del gobierno, para cambiarla por Sira, que directamente es partidaria de Hamás y justifica sus crímenes. Por lo demás, el único alivio que nos queda es el de pensar que el pacto de legislatura que sostiene al gobierno le da pocas opciones de legislar. En ese lado del muro que quiere trazar Sánchez están grupos que se detestan. Juntos por Cataluña detesta a la Esquerra Republicana, y los dos detestan a Sánchez. El PNV odia a Bildu y los dos repudian en la intimidad a los socialistas. Los secesionistas tienen otro rasgo común, que es el odio a España y a todo lo español. Así que podemos suponer que, una vez que han parado a la derecha, que parece que es la única justificación de este gobierno, empiecen las querellas internas. La primera ya ha saltado, y es la marginación de Podemos, donde se preparan los funerales por el partido que fundara Iglesias Turrión, que está callado como un muerto. Tiene razón Álvarez de Toledo, cuando señala la contradicción esencial del socialismo, incluido el eunuco Page: con el pretexto de no dejar gobernar a un señor que no ha cometido ni un solo delito, Sánchez se ha aliado con todos los delincuentes de la cámara.