Para no asustarnos de lo que estamos viendo: toda la desfachatez en el abuso del poder, en este mundo en el que vivimos, con tanta palinodia, merece la pena echarle un vistazo a ‘Coriolano’, la película de Ralph Fiennes (2012), que recrea magníficamente un argumento de Shakespeare sobre el abuso de poder y sus consecuencias. A Mortimer le ha parecido de una actualidad deslumbrante.
Coriolano es un triunfador en la defensa de Roma que acoge un estado de excepción sin contar con las opiniones de otros, en un momento difícil de hambruna, cuando le falta al pueblo lo más necesario, mientras sus dirigentes tienen otros asuntos pendientes en la cabeza. Uno de ellos es nombrarle cónsul, otro quitárselo de enmedio porque estorba con su grandilocuencia, sus convicciones y su desprecio a las de los demás.
La lucha por el poder está magníficamente bien contada, con toda la precisión de Shakespeare traída a l mundo actual por Fiennes. Sobrecoge la inepcia de los gobernantes para dominarse unos a otos como recurso principal de su actividad. Merece la pena verla para entender o que puede llegar a pasar en un mundo así.
