Juan Rulfo es autor de un solo libro de cuentos, El llano en llamas, y de una sola novela: Pedro Páramo. Le bastó para ser reconocido como uno de los grandes narradores de la literatura hispanoamericana. Su obra es tan breve como intensa. Ocupa un lugar destaco en el llamado boom. El relato que presentamos en Cuentos únicos es Acuérdate, señalado en todas las antologías como quizá el mejor de cuantos forman ese cúmulo de voces que se agrupa en El llano en llamas.
La obra
En el breve relato que hoy les presentamos, el narrador intenta una y otra vez que su interlocutor recuerde a Urbano Gómez. Va desgranando detalles de su trágica vida, recuerda a su madre, sus parientes, hechos y sucesos de su vida de escolar, que ambos dos compartieron. Por mucho que el narrador recuerde, el que escucha no despierta su memoria. Esa apelación a los recuerdos es constante en la obra de Rulfo y un ingrediente esencial de la densidad de su prosa.
En los quince cuentos que integran El llano en llamas (1953), del que forma parte este Acuérdate, Rulfo ofreció una primera sublimación literaria, a través de una prosa sucinta y expresiva, de la realidad de los campesinos de su tierra, en relatos que trascendían la pura anécdota social.
El autor
Nacido en Apulco, en el distrito jalisciense de Sayula, Juan Rulfo creció entre su localidad natal y el cercano pueblo de San Gabriel, villas rurales dominada por la superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecuencias de las luchas cristeras en su familia más cercana. Su padre fue asesinado. Esos primeros años de su vida habrían de conformar en parte el universo desolado que Juan Rulfo recreó en su obra.
En 1934 se trasladó a Ciudad de México, donde trabajó como agente de inmigración en la Secretaría de la Gobernación. A partir de 1938 empezó a viajar por algunas regiones del país en comisiones de servicio y publicó sus cuentos más relevantes en revistas literarias.
Rulfo escribió también guiones cinematográficos como Paloma herida (1963) y otra excelente novela corta, El gallo de oro (1963). En 1970 recibió el Premio Nacional de Literatura de México, y en 1983, el Príncipe de Asturias de la Letras. Rulfo fue además un excelente fotógrafo. Su obra gráfica fue editada en el centenario de su nacimiento.