‘Dostoievski’ de Joseph Frank, cumbre del género biográfico

Dostoievski. El escritor en su tiempo. Joseph Frank. Traducción de David Cerdá. Rialp

Dostoievski, de Joseph Frank, es una de las cumbres del género biográfico. Jospeh Frank le dedicó más de veinte años de trabajo. Dos décadas para recorrer la vida del gran escritor ruso, analizar su contexto, su obra, sus múltiples contradicciones, las cimas y los abismos de su vida trágica. La primera edición del trabajo de Frank constaba de cinco volúmenes, con más de 2.500 páginas. Lo que Rialp nos presenta, en la primera traducción al español (colosal y brillante el trabajo de David Cerdá) es una condensación. Dolorosa, sin duda, para el autor, pero imprescindible para acercar la vida de Dostoievski y los meandros de su obra a los que se interesen por este autor a fondo pero no pueden dedicarle tres meses de lectura. Junto a la biografía de James Joyce que firma Richard Ellmann, la de Keats que escribió Walter Jackson Bate y la de Henry James de Leon Edel, la Dostoievski es una de las obras maestras del género biográfico de todos los tiempos

Joseph Frank tropezó con Dostoievski en los años cincuenta, cuando preparaba una conferencia sobre el existencialismo en la literatura moderna. Trazando líneas de influencia en autores como Jean Paul Sartre, dio con Memorias del subsuelo. Buscaba profundizar en el irracionalismo y el amoralismo del ser clandestino de Dostoievski. Ya nunca cambió de tema. La novela en la que escuchamos la voz de ese antiguo funcionario amargado le abrió a Frank un mundo: el de la cultura, la lengua, la literatura rusa; el de la vida y la obra de Fiodor Dostoievski. Y Frank empezó por aprender ruso.

Frank comenzó a escribir la biografía de Dostoievski a principios de la década de los setenta. Su idea inicial era dedicarle un tomo. Su aproximación a la obra del escritor consistía no solo en profundizar en el contexto zarista en el que se produjo, sino en analizar sus novelas como una reacción a esa vida, como parte de la conversación intelectual, tormentosa, con su época.  

Así, el primer volumen se tituló Las semillas de la revuelta, 1821-1849. Se publicó  en 1976, y se centraba en el análisis de la primera novela de Dostoievski, Pobre gente, una obra de inspiración socialista, llena de convicciones. La crítica recibió este primer tomo con las trompetas de lo que se intuía ya que iba a ser una obra maestra: “No es sólo un gran libro sobre los primeros años de vida de un gran escritor”, escribió Hilton Kramer en The New York Times Book Review, “sino probablemente el mejor libro que cualquier escritor estadounidense nos haya dado hasta ahora sobre la cultura literaria de la Rusia del siglo XIX”.

El conflicto entre fe y razón

El segundo tomo, Dostoevski: los años de calvario, 1850-1859 tuvo que esperar hasta 1984. En esta segunda entrega Frank trata sobre el arresto, encarcelamiento y exilio de Dostoievski Siberia por participar en un grupo de discusión de los llamados decembristas.  Las  opiniones de este grupo contra la servidumbre se consideraban subversivas. Leído el tomo por la crítica,  los elogios crecieron. Sonaron más fuerte: “Todo en esta ambiciosa empresa es espléndido: su seriedad intelectual, su dominio del entorno y las fuentes rusas, su modestia de tono, su sentimiento cálido”, escribió Irving Howe en The Times Book Review. » Frank está claramente en el camino de componer una de las grandes biografías literarias de la época”.

Los volúmenes III, IV y V (el último aparece en 2002) tratan sobre la evolución de Dostoievski de radical a reaccionario mientras escribía sus mejores y más conocidas obras, incluidas Crimen y castigo, El idiota y Los hermanos Karamázov. Es una época dulce para Dostoievski. Regresa a Rusia, y el zar Alejandro III le encarga la educación de su hijo, compra una casa, tiene estabilidad financiera, y escribe Diario de un escritor, esa gran conversación con los lectores de la época sobre los grandes asuntos de su tiempo. Frank dedica muchas páginas a diseccionar de forma minuciosa las obras de Dostoievski. Y demuestra que una novela universal como Los hermanos Karamazov surge de toda una vida de lectura y meditación, y argumenta que representa la apoteosis del pensamiento de Dostoyevski sobre «el gran tema que lo había preocupado desde Memorias del subsuelo: el conflicto entre la razón y la fe cristiana». ‘

Entre la publicación del primer tomo y la edición del quinto, pasan 26 años. Fue en 2009, cuando ya tenía más de 90 años, cuando Joseph Frank publicó una sinopsis en un solo volumen,  Dostoevsky: A Writer in His Time, resumida y editada por Mary Petrusewicz.

Uno de los grandes eruditos en Dostoievski, Gary Saul Morson,  emitió un juicio contundente: «se la considera la mejor biografía de Dostoievski en cualquier idioma, incluido el ruso. Eso equivale a darle una categoría universal. NO sé si otros estarán de acuerdo con esta, que es mi opinión, pero es la mejor biografía de cualquier escritor que yo haya leído«

La vida intelectual de Joseph Frank

La obra que hoy el lector español puede  leer  gracias a esta edición de Rialp y a la traducción de Cerdá nos lleva a la biografía de Frank. No fue buen estudiante. Nunca obtuvo una licenciatura. Fue un lector voraz y ganó en su juventud algunos premios de redacción ensayística. Asistió a clases en la Universidad de Nueva York pero la muerte de su madre y su padrastro, en apenas un año, se quedó sin dinero y se tuvo que mudar a Wisconsin. Tartamudo desde niño, fue en Madison, Wisconsin, donde empezó a controlarla.

Joseph Frank nunca consiguió una licenciatura.  Su camino hacia las cimas de la erudición es singular. Asistió a clases en la Universidad de Nueva York, pero cuando su madre y su padrastro murieron con un año de diferencia, sin dinero, se mudó a Madison, Wisconsin, donde se entera que hay un decano de la Universidad de Wisconsin que simpatiza con los judíos y le puede conseguir un tiempo como profesor residente.

En los años cuarenta publicó algunos ensayos y críticas literarias en revistas. El más célebre es un estudio sobre los experimentos vanguardistas de Eliot, Joyce, Proust, Pound y otros au tores, publicado en The Sewanee Review en 1945.  Fue a París con una beca Fulbright en 1950, y en 1952 fue aceptado por el Comité de Pensamiento Social de la Universidad de Chicago, donde finalmente obtuvo un doctorado. Enseñó en la Universidad de Minnesota y Rutgers, y fue profesor de literatura comparada en Princeton de 1966 a 1985. Terminó su carrera docente en Stanford. Antes de interesarse por Dostoievski había escrito sobre Robert Penn Warren, Henry James, Camus, Sastre y Proust.

Los últimos años

Las consideraciones de Frank sobre el antisemitismo de Dostoievski molestaron a algunos académicos. Al comienzo de la biografía considera que las acusaciones contra el escritor ruso son exageradas, pero al final del quinto tomo (quinto capítulo de esta biografía condensada) reconoce la virulencia de los prejuicios anti semitas del autor de Crimen y Castigo. Otra de las grandes preocupaciones de Dostoievski, cercana a nuestro tiempo, es el qué hacer con el terrorismo. Los nihilistas intentan una y otra vez asesinar al zar, y la realidad se empeña en confirmar el escenario que nos había presentado en Los demonios.

Eran años en que la principal oposición al zar procedía de los miembros del movimiento populista, sucesores de los "hombres nuevos" radicales y revolucionarios de la década de 1840, hombres con los que el propio Dostoyevski se había aliado antes de que lo enviaran a Siberia. Dostoyevski se opone en sus últimos años  al programa populista, pero eso no le impidió publicar de manera oportunista su novela corta Una juventud cruda en la principal revista populista del momento, un gesto ambiguo que desconcertó a amigos. Frank, sin embargo, es capaz de demostrar que así como Dostoyevski se había aferrado a su fe cristiana incluso en momentos de fervor revolucionario juvenil, ahora en su madurez albergaba un apego persistente a los amigos radicales (en particular, el poeta populista Nikolai Nekrasov) y a las creencias utópicas de su juventud socialista. Dostoyevski buscaba la transformación espiritual del individuo, basada en la santidad inherente al carácter ruso y la compasión del zar.
En los años finales, Dostoievski se mantiene fiel  a sus convicciones  liberales. Sigue   apoyando las consecuencias de la emancipación de los siervos en 1861, pero se opone a que Rusia adopte una constitución al estilo occidental. Admira profundamente las cualidades espirituales de la Iglesia Ortodoxa Rusa, a la que consideraba muy superior al catolicismo romano, y apoya con entusiasmo la guerra rusa contra Turquía. No la ve como una aventura imperialista sino como una guerra santa para liberar a los eslavos ortodoxos de Turquía.
 

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