Quijote Welles. Agustín Sánchez Vidal. Fórcola Ficciones.
Quijote Welles es el intento de una periodista, Barbara Galway, por armar la biografía de Orson Welles a partir de entrevistas con el director. Es un empeño ambicioso, quizá imposible. Algo así como el intento de armar una biografía que es la gran obra del cine de Welles, Ciudadano Kane. Agustín Sánchez Vidal es catedrático de literatura y cine. Dos disciplinas que conectan, entre otros, a Miguel de Cervantes y Orson Welles. Welles tuvo toda su vida una pasión inagotable por el Quijote, prolongación de su amor por España. Galway queda pronto marcada por la película inconclusa sobre el Quijote. Welles viaja con maletas llenas de material rodado, y busca moviolas para seguir montando un trabajo que nunca terminará.
Un puzle complejo
La lectura de Quijote Welles recuerda de forma permanente ese puzle que es Ciudadano Kane, el intento de fijar la imagen siempre evanescente del millonario excéntrico marcado por su infancia perdida. Porque Barbara Galway es, en esta ficción/realidad, la encargada de armar el rompecabezas Orson Welles. Habla con John Huston, con Charlton Heston, con Miguel Delibes, con María Asquerino, Gil Parrondo, Pasolini, Buñuel, Dalí, o con Sergio Leone y Gore Vidal.
La novela comienza con la escena de un arriero y un burro, que llegan a la puerta de un cine Cervantes donde se proyecta una película en la que se reconoce. Y encadena pronto con un Welles en decadencia, invitado por Steven Spielberg a un homenaje en 1985. Barbara Galway descubrirá que el Quijote de Orson Welles es un guion que el director lleva siempre consigo, durante tres décadas, y que nunca termina. Una de esas obras interminables de la historia de la literatura y de la ficción. El Quijote de Orson Welles nunca fue una película, sino un sueño repartido en múltiples rodajes.
Una España idealizada
Welles capta que el Quijote es un compendio de todos los arquetipos que forman parte de la identidad española. Orson ha venido a una España que tiene idealizada, aletargada durante siglos, lanzada ahora de una forma desaforada al consumismo. Se ha ido de Hollywood.
Pero al llegar a España se encuentra con que una multinacional americana del plástico está financiando las películas de Samuel Bronston. Los arquetipos de la obra de Cervantes se han lanzado por la versión sanchopancesca. El Quijote ha sido abandonado. Pero Welles quiere dejar constancia de esa imagen de un país al que llamaban España.
El autor
Agustín Sánchez Vidal ha armado un relato fascinante, repleto de anécdotas, construido con los pilares y las vigas de la realidad, pero adornada con la ficción. En eso también sigue el espíritu de Orson Welles, un fabulador permanente. El autor reconoce que ha dedicado muchos años a elaborar este libro, complejo, minucioso, que apasionará a los amantes del cine, de España y de la historia de nuestro país.
Sánchez Vidal es un autor de largo recorrido. Entre sus más de sesenta libros destaca Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin, que fue Premio Espejo de España en 1988. Entre sus novelas, Nudo de Sangre, premio Primavera de novela en 2008 y Esclavos de nadie, que mereció el Premio de Novela histórica Ciudad de Zaragoza en 2011.
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