Paris era una ciudad diferente antes de la gran transformación del final del siglo XIX. Era la ciudad de Eugène Atget. Era la ciudad que retrató antes de que la piqueta se llevara edificios y se abrieran los grandes bulevares. Calles desiertas, plazas vacías, de vida ausente, callejones húmedos, rincones con una luz espectral. La vida ausente. Las fotos de Atget, cronista de una ciudad y de una época que ya nunca regresó, colgarán a partir del 3 de junio en la Fundación Cartier Bresson, en el Maris parisino. La muestra, titulada Euène Atget. Voir Paris, pone en primer plano al artista, siempre por delante del documentalista. Su obra es bastante más que un retrato documental de París, que es como a veces se la ha contemplado.
Arte y documento
El mismo Atget contribuyó a esa idea. Cuando Man Ray le propuso publicar algunas de sus obras en una revista, aceptó con la condición de que no figurara su nombre porque las fotos para él eran «meros documentos». Hay dos grandes aportaciones de Eugène Atget a la fotografía, que tienen que ver con su forma de mirar. La primera es que hizo de su mundo un teatro. La segunda es que se fija en lo modesto, en lo banal, en lo que para el común de los mortales puede pasar desapercibido, sin valor.
Bresson fue uno de los grandes fotógrafos en los que influyó la obra de Atget. La muestra de la Fundación que lleva su nombre se organiza partir de las colecciones del museo Carnavalet-Historia de Paris. El resultado es una muestra excepcional. Eugène Atget (1857-1927) es una figura atípica de la fotografía, y sobre todo un pionero. También un artesano, que trabajaba para pintores y para amantes de París. Sus primeros trabajos fueron encargos de pintores como Utrillo, Derain y Vlaminck. Algunos críticos y fotógrafos perciben en sus imágenes un anuncio de la modernidad
El surrealismo y la modernidad
Otros, como los surrealistas franceses, valoran en Atget la carga poética de algunas fotografías y el ambiente extraño y onírico de algunas calles de París que retrata. Atget tomaba sus fotografías en las primeras horas del día, al alba muchas veces, armado con su cámara de fuelle y sus placas de vidrio. Así se acerca a los límites de la ciudad, fotografía las puertas de los almacenes antes de la apertura y busca la luz incierta del amanecer.
Más allá de su carácter y valor documental, las fotografías de Atget demuestran una profunda sensibilidad artística hacia la luz y los efectos atmosféricos. Su culto hacia el detalle es un rasgo de modernidad y deja ver de vez en cuando esa noción de placer en el mirar que es tan consustancial a la fotografía.
Biografía
Eugène Atget nació en 1857 à Libourne. Abandonó su carrera como actor de comedia para dedicarse a la fotografía a partir de 1888. Autodidacta, produce desde 1890 imágenes para los pintores: imágenes de vegetales, de paisajes, de objetos diversos. En 1897 comienza a fotografiar el viejo Paris de forma sistemática, atento a la topografía, a los detalles arquitectónicos. No fue hasta el final de su vida cuando se dejó hacer dos retratos, firmados por Berenice Abbott, asistente de Man Ray. Atget murió en París en 1927.
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