Cada 8 de marzo salen a la calle las “mujeres” acompañadas de sus “aliades” a concienciar a la población de que todos deben unirse al movimiento feminista. Este año salen a la calle bajo el lema “Con M de Mujeres”. Más bien con M de mentira. Negar que la mujer ha estado oprimida en muchos aspectos a lo largo de la historia sería negar lo evidente. De igual modo que decir que hombres y mujeres no tienen los mismos derechos hoy en día (aunque ciertamente no los tienen, la mujer actualmente tiene más derechos que el hombre).
En esas manifestaciones veo unas reivindicaciones algo selectivas. Siempre hablan de brecha salarial, de los altos puestos ocupados por hombres, de los privilegios que el patriarcado da al sexo masculino, pero jamás las veo pedir cuotas para los trabajos más precarios. Nunca las veo pedir un porcentaje de mujeres en la mina, la construcción y los trabajos de mayor riesgo. Donde la mortalidad registrada en accidentes laborales está copada en un 95% por hombres. Se quejan de roles estereotipados, pero ninguna ayuda a romper esos roles. No veo que pidan un número de teléfono del suicidio únicamente para hombres por ser los que más lo sufren. Gritan balbuceantes, con ira: ¡El feminismo será antirracista o no será! Pero ocultan los datos de nacionalidad en los casos de violencia de género. Violencia que por cierto tampoco incluye la que se da entre parejas homosexuales.
Ser hombre blanco y heterosexual es sinónimo de violador maltratador. Todo es un sin sentido, ya nadie sabe qué es nada. Ahora podemos fluctuar como los precios, entre géneros. Es más complicado tener una mascota que cambiarse de sexo. Te obligan a hacer un curso para tener un perro, pero en cambio un niño puede decidir hacerse una mutilación de genitales sin cuestionamiento alguno. Se puede denunciar a un ginecólogo que rechace atender a un hombre que se siente mujer, y abrirle la puerta a una mujer es un acto revelador de un machismo opresor. Quieren que hablemos con los “elles”, nos obligan a ver el mundo como si solo ellos tuviesen ojos, sin posibilidad de discusión, como una fe impuesta de una minoría que vive de las subvenciones de un estado que ha visto en este movimiento una gallina de los huevos de oro.
Estamos presenciando una disminución gradual de la testosterona en los hombres, el número de hijos está cayendo a mínimos, en España hay ya más perros que niños, la palabra familia se ha desvirtuado, la feminidad en la mujer va camino de desaparecer y la biología parece estar equivocada. Por todo esto y más, veo más M de mentira que M de mujer. Por todo esto, apuesto por una igualdad de oportunidades para todos, igualitarismo lo llaman.
Así que queridas feministas, el camino no es ese. Se han superado todos los límites permitidos llegando hasta el absurdo. Este feminismo nada tiene que ver con el movimiento feminista original. No creo que la igualdad sea adoptar los roles y actuar como los hombres. Creo en la igualdad de derechos y de oportunidades, en una igualdad social, nos estamos quedando en lo superfluo cuando lo verdadera importante está un poco más al fondo. Recordad a Shakespeare cuando dijo que la fuerza de una mujer estaba en su debilidad.
Felicito a todas las mujeres en este día tan nuestro, que han difuminado un poco, y deseo de corazón que este día sea para que nos recuerden en lugar de tener que hacernos ver al mundo nosotras mismas