¿Te gustaría salir con alguien perfecto? La respuesta parece obvia; al menos para Lola. Porque Lola podríamos ser cualquiera de nosotros con 19 – 20 años. Inocentes y soñadores. Vulnerables frente a las emociones y expectantes de un primer amor que nos marcará más de lo que pensamos.
Así es Lola. Y así es esta novela: un aprendizaje sobre el amor, la amistad, la familia, el tiempo y uno mismo. Un cuento que disfruta el público adolescente y aprecia el lector más maduro. Mitad entretenimiento y mitad reflexión. Un viaje por esos sentimientos universales con los que todos, en algún momento, nos hemos sentido identificados.
Ambientada en el Madrid de 2016, Imperfecto no nos traslada a ningún otro sitio salvo a la actualidad. A un relato formado a partir de una gotita de ficción y cientos de hechos reales. Es ahí donde Sino hace su magia cumpliendo el deseo de Lola: vivir un cuento de hadas perfecto.
Durante varias páginas, el lector se vuelve espectador y observa el romance de los protagonistas como si de una película se tratase. Cuando se da cuenta, el narrador sigue empleando la tercera persona, pero él ya se ha puesto en la piel de Lola y en la de los distintos personajes a su alrededor. Inconscientemente se ve reflejado en ellos. Quizás en sus mejores amigas o en sus compañeros de clase; en las chicas del piso, el amigo de la infancia, la abuela Pepa… O quizá en una familia que cuida desde la distancia.
La vida son distintas realidades y en Imperfecto hay hueco para todas ellas. Es más: serán las historias ajenas las que, en gran parte, contribuirán a un crecimiento personal del que el lector se hace testigo. ¿Cómo? En el día a día. En los pasillos de la Universidad, en la residencia de la abuela, en el viaje a Brasil o en la estación de tren en la que Sino esconde sus lecciones.
Lola lo vive y nosotros lo leemos. Porque, en su caso, madurar también es descubrir el poder de las palabras. Perderle el miedo al papel en blanco y arriesgarse a poner voz a los sentimientos. Solo hay que detenerse unos instantes y valorar. El truco está en algo tan cotidiano como las teclas de un reproductor: marcha atrás, stop, pausa, play y hacia delante. «Ahora mismo, con tu vida, ¿qué botón pulsarías?».
Suena paradójico, pero conforme más se enreda el argumento, más se aclara el corazón ¡y más valiente se vuelve! Prueba de ello es que, tras varios meses y capítulos, cuando la fantasía se desvanece, Lola se atreve a encarar la pregunta del principio: ¿me gustaría salir con alguien perfecto?
Quién es Inma Mansilla
La propia autora contesta a la pregunta: «Mi nombre es Inma Mansilla, pero mis amigos me llaman «mocatriz». Aunque más bien debería ser «perbamora»: periodista, bailarina, modelo y escritora. Nací en Madrid, en 1993 y, desde entonces, soy una chica polifacética y enamorada de la comunicación. De la capacidad del ser humano para transmitir ya sea a través de la imagen, la voz, el cuerpo o la pluma. Una pantalla, un escenario, un papel en blanco... Independientemente del medio, si algo me caracteriza es la naturalidad, la empatía con el público y la creatividad a la hora de narrar mi vida. Mi cuenta de Instagram (@inmansi) es la mejor prueba de ello.
Hasta mis padres sabían de sobra que, a pesar de haber estudiado Derecho y Periodismo, mi profesión tendría que ver más con lo segundo. Y así fue. Y así es cómo voy forjando una intensa vida laboral siempre vinculada a la cámara y/o el micrófono. Empecé en la tele, hice callo en la radio y regresé a la tele. Presenté boletines y un magazín en Radio Internacional, me convertí en «chica del tiempo» para la AEMET y acabé presentando el informativo de prime time en TRECE con tan solo 27 años. ¿Y Ahora? Desde hace unos meses, el amor me trajo hasta Palencia, en Castilla y León, donde mi último trabajo fue como redactora y reportera para La 8 de Valladolid.
Eso en cuanto a mi labor como periodista que, por cierto, compagino con clases de bailes latinos, sesiones de fotos o presentaciones de eventos. Todo suma. Pero cambiemos de tema, que yo he venido aquí a hablar de mi libro. O más bien de cómo a partir de los dieciocho años comencé a escribir sobre lo que vivía y ocurría a mi alrededor.
Me reconozco fanática de la observación de la realidad y de las descripciones de sentimientos; con especial habilidad para plasmar los míos. No puedo evitarlo (ni quiero). La escritura es mi medicina y, al mismo tiempo, las palabras que muchos lectores no logran articular. Como podrás imaginar, no ha sido difícil que, con el paso de los años, el número de textos se haya multiplicado de forma paralela al de vivencias. Todo ello, sumado a un sueño revelador una tarde cualquiera, fue el origen de Imperfecto, mi primera novela. Y te cuento un secreto: ya estoy pensando en la siguiente».