La memoria de los vivos. Phil Camino. Galaxia Gutenberg
Phil Camino, librera, editora, traductora y ensayista, bucea en la memoria familiar para relatar la aventura de sus antepasados indianos. Una saga a caballo entre México y Estados Unidos que amasó una fortuna gracias al comercio, las inversiones y el petroleo, que los hizo ‘indecentemente millonarios’. Pero aquella bonanza que parecía inagotable comenzó a declinar con la muerte del patriarca y no quedó, como dice Camino, ‘sino un rastro de confetis mojados y sucios’.
Historia de dos familias
La memoria de los vivos es la historia de dos familias durante tres generaciones. De una parte los hermanos Myagh, irlandeses ellos. De la otra Ángel Trápaga, cántabro y analfabeto que con 12 años se embarca hacia América con un solo pensamiento: ‘medrar y no volver a segar un prado, ni él ni los suyos’. Y lo consiguió.
La prudencia, las relaciones, su olfato comercial y por supuesto la suerte, hacen que los negocios de una y otra familia, que finalmente emparentan por matrimonio, den continuos beneficios, ya se dediquen a la minería, al comercio, a la política o al petróleo. Los Myagh-Trápaga llegaron a su cenit en la Belle Epoque.
Poseían las mansiones más fastuosas, los coches más rápidos, daban las fiestas más memorables. Incluso llevaban desde España a los más famosos toreros de la época para sus capeas. Viajaban constantemente entre México y Europa y tal era su fortuna, que tuvieron reservadas permanentemente y durante años, habitaciones en el Ritz de Londres, no fuera que se les antojara ir a Inglaterra y no tuvieran dónde alojarse, ‘qué contrariedad’.
Un mundo inabarcable
La memoria de los vivos podría haber sido una novela en cinco tomos, como Las Crónicas de los Cazalets, de Elisabeth Jane Howard. Una novela enciclopédica, de haber decidido la autora detallar la cantidad de tramas que quedan sin relatar. Sin embargo, Camino ha elegido comprimir la historia sin por ello omitir detalles. El resultado es una novela corta y densa que destila además, una prosa rica y preciosista sin caer en la cursilería, preñada de pasajes como este:
‘A sus dieciséis años, Nena era mucho más que guapa. Era bella desde el dedo meñique hasta el ultimo mechón de su pelo caoba. Los ojos claro, el pelo cortado a la moda de los años 20 que ella anticipaba, y que despejaba un cuello perfecto, como sea que son los cuellos perfectos. No había heredado la boca de piñón de su madre, sus labios eran finos y bien trazados[…]hechos a medida para su rostro, la pulpa escondida nacía de la boca y como por el efecto de la carne inflada el labio superior se levantaba y crecía por los costados, emergía de este estallido un rosa indefinible que dejaba a la vista unos dientes hechos para esa sonrisa’.
Una lección de Historia
La memoria de los vivos es además el relato de siglo y medio de la historia de Norteamérica. La guerra entre México y Estados Unidos, la Guerra de Cuba o La revolución mexicana enmarcan una historia escrita con gran precisión ya esté relatando la frívola vida de las mujeres de la familia o los primeros viajes de los protagonistas a través de la selva devorados por los mosquitos.
Phil Camino es autora de otras dos novelas Belmanso (Plataforma, 2012) y Rehenes (2014) y del ensayo Diez Lunas Blancas (Elba, 2017).