El periodista y escritor Luis Castañeda nos envuelve de nuevo con su pluma con «El secreto de la salamandra dorada» una novela ambientada en gran parte en La Palma y dónde el pasado es un fiel protagonista. En esta entrevista que nos ha concedido el autor nos da más detalles sobre ella
El secreto de la salamandra dorada – Luis Castañeda – Espasa Editorial – 477 páginas – 21,90€
Buenas, Luis, es un placer entrevistarte. Hace unos meses publicaste tu tercera novela El secreto de la salamandra dorada. ¿Qué balance haces tras su publicación?
El balance es muy positivo y ha sobrepasado mis expectativas. Primero porque me consta que los lectores y lectoras han acogido la novela con mucho cariño, y así me lo han hecho saber en comentarios en redes y en clubes de lectura, donde me demuestran que la historia, con esa mezcla de misterio y suspense del thriller junto a enigmas y secretos del pasado, les ha calado. Por otro lado, en términos de alcance y ventas, también ha superado mis expectativas, confirmándome que la novela ha conectado con un público más amplio del que esperaba. En definitiva, estoy muy satisfecho e ilusionado.
Como ya hemos comentado, El secreto de la salamandra dorada es tu tercera novela pero la primera que no autopublicas ¿Qué diferencia hay entre un modo u otro de publicación? ¿Por qué esta decisión?
Son varias las diferencias entre la publicación tradicional y la publicación independiente, y elegir un canal u otro hace que te dirijas a públicos distintos, hablando de forma general. La autopublicación no tiene el acceso y la distribución en librerías que sí consigue la edición bajo sello editorial, pero, a cambio, logra una distribución casi mundial (en tu idioma) apoyándose en las grandes plataformas digitales. Como escritor independiente, autopublicado, tú controlas la vida de tu novela, con las ventajas y las desventajas que esto conlleva; si cedes tus derechos a una editorial, son sus profesionales, conocedores del mercado, quienes ponen lo mejor de sí para que tu novela llegue lo más lejos posible, aunque no puedes evitar sufrir la demoledora presión de la industria, por lo que la vida de tu novela puede verse acortada de forma drástica.
Pienso sin embargo que se trata de dos mundos complementarios, no se excluyen: los escritores podemos ser híbridos en cuanto a la publicación. En mi caso, después de experimentar lo mejor de la autopublicación, estaba dispuesto para vivir lo que podía ofrecerme la edición tradicional. Por otra parte, sentía de algún modo que la historia narrada en El secreto de la salamandra dorada tendría un mejor ajuste entre los lectores de libros de papel, una novela que visualizaba con cuerpo, en la mesa de novedades de las librerías, escapando por así decir del encorsetamiento digital.

En el mundo de la autopublicación te fue bastante bien y es que obtuviste un premio Amazon por Cuando venga el rey, una novela inspirada en hechos reales. ¿Cómo recibiste ese galardón? ¿Lo esperabas?
Una enorme e inesperada fortuna me sonrió con esa mi primera novela, Cuando venga el rey, con la que obtuve el VII Premio Amazon Storyteller, un certamen en lengua castellana a nivel mundial donde se presentaron más de cinco mil obras desde cincuenta y cinco países. Cuando me anunciaron como uno de los finalistas la sorpresa fue mayúscula, y no solo porque se tratara de mi primera novela o porque fuera yo un completo desconocido, sin redes ni comunidad, sino porque estaba convencido de que mi historia, una especie de ficción histórica narrada a la antigua, con un estilo cercano al realismo mágico, no encajaba en absoluto en el ecosistema que promueve Amazon, donde triunfa el thriller y el romance.
Las letras forman parte de tu mundo y es que eres periodista de formación pero ¿cuándo y por qué decidiste esa incursión en el mundo literario?
Fue a raíz de esa primera novela, cuya idea rondó mi cabeza de forma cada vez más obsesiva por casi diez años. Desde luego, mi vida se había encaminado hacia derroteros que poco tenían que ver con la literatura, porque, aunque dediqué muchos años al periodismo, nunca se me ocurrió acometer proyectos literarios largos. Pero aquella historia, real, de la visita de Alfonso XIII, el joven monarca, apenas veinte años, a la última isla atlántica, un lugar con unas peculiaridades muy literarias, con una historia sorprendente y con unos personajes sobresalientes, me atrapó sin remedio y, aunque me resistí, me obligó a narrar la historia que dio comienzo a esta incipiente carrera literaria.
Si hay algo que tengan en común tus novelas son las referencias a la isla bonita, a La Palma ¿qué tiene de especial esta pequeña isla para que sea el escenario de todas tus historias?
Bueno, esta es fácil: porque es el lugar donde vivo. Pero, además de eso, considero que una isla, al menos la idea de isla, es una riqueza literaria en sí misma, el marco inigualable dentro del que desarrollar historias de todo tipo, como los escritores de novela negra nórdica opinan que el frío y los paisajes helados son el ambiente idóneo para sus creaciones. Además de eso, La Palma, por su condición histórica de último puerto antes de la travesía americana y primero en el regreso, (llegó a ser tercer puerto en importancia del imperio tras Amberes y Sevilla) reúne o condensa una historia sorprendente, plagada de episodios desconocidos por la mayoría, pero de gran importancia. En Cuando venga el rey se muestran algunos de esos momentos y en El secreto de la salamandra dorada parte de la trama gira en torno a un hecho y a unos personajes históricos que solo pudieron ocurrir en la isla.
El secreto de la salamandra dorada es una mezcla de novela de suspense e histórico. La historia nos presenta a Clara, una restauradora de arte que tras la muerte de su madre recibe en herencia un colgante de oro y esmeraldas en forma de salamandra, la llegada de esta pieza trastoca su vida por completo. ¿Crees que Clara quiera encontrar al legítimo dueño de la pieza es cómo una forma de resarcirse con el pasado para cerrar un puzzle que no sabía que existía?
La joya de la salamandra dorada —una pieza que, por cierto, es real—, se convierte para Clara en el vínculo con su difunta madre, con la que siempre mantuvo una relación tensa, llena de reproches y silencios y, al mismo tiempo, en la llave para esclarecer todos los secretos familiares que siempre le ocultaron. Pero la sola presencia en la isla del colgante que recibe en herencia de su madre gallega, muerta en Burela, Lugo, provoca violentos acontecimientos que desmoronan la vida de calma y retiro que busca la joven restauradora. Hasta que se percata de que, de algún modo, el destino ha estado aguardando por ella, por Clara, para que complete ese puzzle que mencionas, para que ponga cada pieza en su lugar y todos paguen por los pecados que llevan setenta años ocultando.

La historia está ambientada en dos épocas, una en los primeros años de la guerra civil y otra, más actual, en 2001, ¿por qué decidiste centrarte en una época tan determinada y ambientada por tantos escritores como es la Guerra Civil para la novela? ¿Crees que ese momento histórico supuso un cambio para siempre en la sociedad española, inclusive para aquellos que no la vivieron?
En realidad, no es una decisión voluntaria por mi parte, sino impuesta por los hechos. La trama de la novela es un intento de cerrar unos acontecimientos históricos ocurridos en el otoño de 1936 y que, de cierta manera, quedaron inconclusos, envueltos en la neblina del secretismo, dando lugar a la leyenda urbana que llega a nuestros días, conocida en la isla bajo la rúbrica de el secreto de las maletas de Atadell, o el misterio del tesoro de Atadell. Hubo muchos personajes implicados en aquellos sucesos que ahora, casi setenta años después, se verán abocados a enfrentar sus actos y a expiar sus pecados.
Creo que la guerra fratricida marcó la vida de miles de personas, sin duda. Pero no solo de los directamente implicados. Me llamó mucho la atención descubrir su impacto sobre gente como Clara Domínguez, que padeció un exilio involuntario de casi veinte años por el simple hecho de haber sido a muller do demo, la mujer del demonio rojo, como calificaron a su marido. Y aun después de conseguir regresar a su Galicia natal, sufrir un exilio aun más cruel, el interior, el del silencio, el del vacío.
Los secretos familiares son el punto de partida de esta novela y es que Clara no tenía una apacible relación con su madre, pero el descubrimiento de esta joya le ayudará a acercarse a ella. ¿Para ti qué tiene de singular los secretos? ¿Son el inicio o el punto y final de las relaciones familiares?
Los secretos son las cicatrices que nos deja el pasado, y en ocasiones, aunque creamos que se han cerrado, pueden volver a sangrar ante cualquier evento o recuerdo. O ante alguna persona especial ante la que encontramos, al fin, la oportunidad de desnudar nuestra alma. La trama de la ficción busca cerrar no solo los hechos históricos inconclusos que mencioné más arriba, sino, sobre todo, acallar esas voces del pasado que inquietan a los personajes. El secreto de la salamandra dorada es una novela revestida de la intriga y el suspense del thriller, pero, al mismo tiempo, es un viaje emocional sobre el perdón, la reconciliación con nuestras raíces y la necesidad de conocer la verdad, aunque duela.
Creo que, aparte de un recurso literario de mucho interés, los secretos familiares pueden derivar o bien en el pegamento o bien en la pólvora que haga saltar por los aires esos vínculos. En el caso de Clara y su madre, Piedad, los silencios y el secretismo se erigieron en el muro que las separó, pero luego, en el momento culmen de la novela, fue el elemento que utilizó el destino para que el amor y el equilibrio volvieran a reinar sobre el odio y el caos.
La historia de Clara está ligada firmemente a la del guardia civil Pablo Eiroa, este será parte del vínculo de su historia con el pasado, ¿Qué supone la aparición de Eiroa en la vida de Clara? ¿Y viceversa?
También la vida de Pablo se ve, de cierto modo, condicionada por la existencia de esas heridas del pasado, heridas silenciadas bajo siete llaves. Hasta que encuentra con quien desanudar ese nudo, un alama gemela que conoce, como él, lo que es el sufrimiento. Creo que estos dos personajes se necesitan, se buscan, se mantienen y alimentan el uno al otro.
El amor entre ellos surge con la desesperación de la primera bocanada de aire del ahogado, un grito de auxilio, pero, al mismo tiempo, significa un remanso de paz, de sosiego al fin, de protección para ella, de esperanza para él. Juntos, recogidos sobre el viejo sofá del pequeño y destartalado apartamento, contemplando al anochecer el lento maniobrar de los barcos que buscan con las cubiertas encendidas el refugio del puerto, juntos, olvidan el pasado, reniegan del futuro, encuentran paz.
Como mencionamos anteriormente, el principio de los 2000, concretamente, 2001, es dónde sucede la otra parte de la historia. ¿Ambientaste la novela en este momento para que la presencia tecnológica no fuera tan esencial? ¿Hubiera cambiado la investigación con la presencia de internet y de la interrelación?
La novela pretende atenerse lo más posible a la cronología histórica. Está ambientada en 2001, porque esa es la fecha en la que fallece doña Piedad Domínguez, en Burela, Lugo, y es donde arranca la historia de ficción. Hay situaciones en la novela que, en verdad, no habrían funcionado a nivel literario si se hubiese ambientado en años más recientes, donde la tecnología de la información habría hecho imposible ciertos desenlaces o procedimientos.
A medida que leemos la novela nos damos cuenta de la importancia del pasado y de cómo este influye en el presente. También nos expone que tiene una parte de realidad, ¿qué es aquello que te inspiró para empezar desde cero esa aventura? ¿Fue la historia de Atadell, quien consiguió acaudalarse una gran fortuna por presiones y asesinatos a las grandes esferas?
Agapito Garcia Atadell fue un canalla, un pistolero con licencia para matar que se empleó a fondo en los primeros meses de la guerra civil. Fue nombrado camarada director de una de las checas (centros de tortura y asesinato que proliferaron en el Madrid republicano) más eficaces. Conducía la Brigada del Amanecer y sembraba el terror en la capital. Mataba, violaba, robaba. Cuando se vio acorralado, planeó su fuga. Con dos socios más –y sus respectivas esposas– escaparon de Madrid en una huida rocambolesca que los llevó a Alicante, Marsella, atravesaron Francia en tren y desde la Normandía embarcaron en el trasatlántico Mexique rumbo a Cuba.
Llevaba con él un fastuoso tesoro contenido en 16 maletas y baúles. Pero en el último puerto, Santa Cruz de La Palma, el 24 de noviembre de 1936, ocurrieron unos sucesos que llenaron páginas y páginas de la prensa. Y aquí comienza lo interesante: ¿qué fue del tesoro, qué fue de las maletas de Atadell? Y aun más: ¿qué ocurrió con la mujer de Atadell?
Basándose en hechos y personajes reales, la novela es una vuelta de tuerca que da respuesta, casi setenta años después, a todos los interrogantes.
El secreto de la salamandra dorada llegó a su fin pero quizás pueda ser el comienzo de una saga en dónde Clara y Pablo tengan más misiones, ¿te lo has planteado o prefieres novelas autoconclusivas?
Varias lectoras han apuntado esta posibilidad. Es una idea que me cautiva, pero no sé por ahora qué ocurrirá. En principio soy partidario de historias que comiencen y concluyan, pero ya veremos.
Has tenido el cariño de los lectores en la feria del libro o a través de las reseñas, ¿cómo te sientes tras leer sus opiniones? ¿Eres de los complacientes o de los combativos?
Soy de los infinitamente agradecidos, como no puede ser de otra manera. No hay nada que celebre más que conectar con un lector o lectora, desconocida hasta entonces, que me agradece las horas de lectura, entretenimiento y evasión vividas con mis historias. Es algo que me recarga la alegría de vivir.
Y ya para finalizar, no sé si estás inmerso en alguna nueva novela, aunque me encantaría que me lo dijeras. Lo que sí querría es que nos dijeras alguna novela, ya sea reciente o tu piedra angular a la hora de recomendar.
En estos momentos me muevo en el pantanoso terreno de la documentación, las lecturas y las ensoñaciones de una posible y futura historia. Ya veremos en qué concluye. Con respecto a recomendaciones literarias, el mejor consejo es que se lea de todo, en general, porque los gustos evolucionan, se modifican, dependen de tu período vital, de la situación, y hasta de los amigos o de las corrientes culturales a las que te veas más expuesto.
En mi caso, por ejemplo, siempre fui un gran amante de la literatura hispanoamericana y sus grandes referentes (Marquez, Llosa, Borges, Fuentes, Sábato, incluso Faulkner, etc.), pero más tarde me interesó la literatura realista y leí con obsesión a Wolf, Mailer, Capote, Talese, R. Carver, Cormac McCarthy, Falacci, etc. Lee lo que quieras y descubrirás sobre qué quieres leer. Y si no, habrás pasado unas horas entretenidas.
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