Lulu en la jaula. Francisco Javier Expósito Lorenzo. Ilustraciones de Ana García Cerezo. Colección La + pequeña. Editorial La Huerta Grande.
Desde las primeras frases, el lector tiene claro que Lulu en la jaula trata de nuestras jaulas interiores, de nuestra propensión, no a la libertad, sino a una cómoda autolimitación. El cuento de Javier Expósito trata del paraíso perdido. El lector tiene también claro, desde el principio, que en la génesis de esta obra hay un largo viaje interior, y otro exterior, por la sabana africana. Y esos dos caminos se han cruzado a la hora de armar este relato. Es decir, que Javier encontró en África el escenario adecuado en el que plantar esta obra bella, sutil y luminosa.
Responsable de Literatura e Historia en Fundación Banco Santander, poeta y narrador, Francisco Javier Expósito (Madrid, 1971) ha desplegado los hallazgos de sus viajes (por el interior de su alma, por el exterior del mundo9, en obras que tienen referencias literarias de otras aventuras personales de tamaño colosal. Así lo hizo en Juegos de empeño y rendición (2017) ¡Somos TGierra Santa! La Paz de Melville (2019) Comprender el desierto es comprender el mar (2021),
En Lulu en la jaula se narra el viaje vital e iniciático de tres muchachos masái, Ben, Julius y Amani. Julius vino al mundo en medio de un torrente, un río en el que uno puede abandonarse al devenir de la corriente o dominarla. Ben fue engendrado tras yacer su madre con un baobab, árbol sagrado de la tribu. Amani fue lavado por dos leonas al nacer, que limpiaron su cuerpo con su lenga. Los tres deben abandonar la aldea, deben dejar atrás sus certezas, y aventurarse en busca del Gran Valle, para encontrar a una niña presa en una jaula, que tiene la llave de sus destinos.
Lulu en la jaula expresa una sabiduría honda, y lo hace a través de imágenes. El lector imagina que Ana García Cerezo las imágenes con que acompaña este relato le han venido dadas. No sé si eso facilita su tarea o la condiciona. Javier Expósito se expresa a través de imágenes en las que incluye la descripción de la génesis del mundo («cuando todo estaba en todo»), la mitología de las culturas de la sabana, con su noche oscura y femenina, y la potencia de una naturaleza donde la belleza primordial se encuentra con la violencia de la codicia.
Llama la atención cómo las imágenes de la ilustradora se hacen menos frecuentes conforme avanza el relato, y ya solo veremos el ojo enjaulado de esa cría de gorila atrapada por un hombre que tapa su mirada con unas gafas oscuras, porque según los masai, llora con lágrimas negras. Es Wabaya. Al nacer, un brujo le insufló en los pulmones aliento de mandrágora.
El relato habla en su fábula de la vida como una aventura de descubrimiento, de la cosmogonía en la que el hombre está inscrito por su nacimiento como ser de un universo en el que lo pequeño copia las estructuras y las potencias de lo colosal, del paraíso perdido, o de cómo hemos fabricado un lenguaje que se ha convertido en nuestra jaula («el filósofo preso del lenguaje», según Nietzsche): «las reservas reservan, los límites limitan, los muros separan, las murallas amuran, las tri ncheras trinchan, las parcelas parcelan, las divisiones dividen, las propiedades apropian, los términos termina, las lindes lindan, los bordes bordean, y arman trazos que se tienden sobre lo continuo y cronológico…»
Lulu en la jaula es el viaje en el que tres muchachos asistirán a la transformación de Lulu en Lilith, esa «mujer de la noche, sombra rebelde y nocturna para los hombres» que levanta a las mujeres el dolor de la culpa. Un relato radical y bello, en el que tampoco falta, porque es un sello personal de Javier Expósito, un final con un guiño de humor.