Historia de China. Michael Wood. Traducción de Joan Eloi Roca. Ático de los libros.
China es ese gigante que un día despertó y el mundo no ha vuelto a ser el mismo. Tenía razón de Gaulle cuando advertía de un futuro que veía cercano. China durmió ensimismada, encerrada en sí misma, hasta la reforma de Den Xiao Ping. Michael Wood contó aquella transformación en una serie documental. Era la China que ensayaba dos sistemas: un capitalismo con más voracidad que el occidental al tiempo que el Partido Comunista controla el poder político. China es hoy el gran nuevo actor en el mundo, y sin embargo sabemos poco de su historia. Desconocemos por ejemplo que ha sido la nación que ha sufrido en el siglo XX: guerras, hambrunas provocadas por los delirios del comunismo chino, persecuciones políticas. Michael Wood llega ahora con su Historia de China. La edición británica lleva un subtítulo: un retrato de la civilización y de su gente. Porque Wood hace gran historia pero no pierde de vista la mirada sobre las pequeñas comunidades donde la historia se sueña, se padece, y deja una huella indeleble.
-¿Cuánto del pasado de China está presente en su sociedad actual?
Esa es una pregunta muy interesante. En las últimas décadas ha habido grandes transformaciones en la época de Mao y de Deng. Se podía pensar que el pasado había sido borrado, pero hoy en día ese pasado aflora de nuevo a pesar de las destrucciones que ha sufrido el país. Los chinos siguen viviendo en el pasado en sus costumbres y en sus actitudes vitales. No es el mismo pasado el que ha vuelto, pero es cierto que ha regresado. Los chinos valoran mucho la historia. Cuando te dedicas a escribir libros es fácil exagerar sobre la presencia del pasado o la importancia de la historia, pero el sentimiento chino hacia el pasado es muy fuerte. Durante la revolución de Mao se borró el pasado de forma deliberada. Intentaron extirpar cosas que estaban muy ligadas al alma del pueblo chino, y no tuvieron éxito en esa operación de borrado.
-Por ejemplo..
Los grandes festivales, el festival Qingming, conocido como el Día del barrido de tumbas. Los descendientes van a barrer las tumbas de sus antepasados. Otros festivales, como el del año nuevo, que provoca el mayor desplazamiento de población en el mundo. He hablado con muchas familias chinas. La edición británica tiene muchas fotos sobre festivales y ceremonias. Algunas congregan más de un millón de personas. He intentado contar historias pequeñas de gente menuda sin perder de vista la gran historia.
-Una de las constantes que sorprende en la Historia de China es el mantenimiento a través de los siglos de un poder central, burocrático, manejado por una élite preparada para la administración. Eso es una constante, con las dinastías y con el comunismo.
El hecho de que China sea una gran civilización se debe en parte a esta constante. En el siglo I antes de Cristo hubo disputas sobre la unidad. Llegaron a la conclusión de que lo mejor era la unidad y esa unidad tenía que tener un rey virtuoso, aunque en realidad quien consiguió la unidad fue un caudillo brutal. Los gobernantes siempre se han aferrado a la idea de gran país y por tanto a la unidad. Ha perdurado a lo largo de los imperios, también con los comunistas. Se puede ver con Mao, que sigue ese mismo patrón de líder poderoso y omnisciente. Los escritores occidentales que habían estudiado las dinastías, se sorprendieron de que los comunistas replicaran el sistema del antiguo orden imperial: un poder burocrático y autoritario. Aunque el imperio terminó las formas políticas continuaron.
-Eso nos lleva a la pregunta sobre si la civilizacion china es compatible con la democracia. Nos preguntamos lo mismo sobre Rusia
No soy un experto en Rusia. China es una gran y antigua civilización con grandes logros en el arte, la cultura, de todo tipo, y a lo largo de un tiempo enorme. Rusia no se puede comparar, es una creación reciente. La única conexión que tienen es la de haber sido gobernados por comunistas, lo cual no deja de ser un accidente histórico. Los chinos son pacientes, trabajadores, escépticos, y no es que los chinos den por válida la tiranía. Hay tensión entre gobernantes y gobernados. Los comunistas llegaron como libertadores y acabaron en la tiranía y la destrucción. La cuestión hoy es que si el comunismo consigue dar progreso material a la gente común, estos no pondrán objeciones al poder. Es difícil decirlo, porque la condición es que el progreso material continúe. Pero volviendo a su pregunta, la comparación de Rusia y de China no es posible. En el siglo III antes de Cristo podemos ver en aldeas chinas documentos legales en los que se anota el juicio por cuestiones y disputas. Los chinos tenían una red de abogados, leyes y jueces que tenía una riqueza que hace que no se pueda comparar con ninguna otra civilización.
-¿Porqué se produce lo que se ha llamado la Gran divergencia entre Oriente y Occidente? Usted se refiere en su libro a esta cuestión.
Hasta el siglo XVIII China era la nación más importante del mundo. Fue una cuestión tecnológica: la revolución industrial facilitada por el carbón provocó la Gran divergencia. También es cierto que los estados europeos eran marítimos: España, Portugal e Inglaterra salieron a conquistar el mundo. Naciones pequeñas dominaron el mundo gracias al poder militar marino. China se encontró con el pie cambiado. nunca habían salido a colonizar el mundo, y naciones menos avanzadas le adelantaron.
-¿Cómo nace su pasión por China?
Empezó en la escuela, estudiando la poesía china. Es divertido. Hay gustos que nacen cuando estás en la escuela y siguen contigo toda la vida. La poesía de Du Fu me encantó. He escrito un libro sobre él. Vivió en un periodo convulso. Fue un refugiado de guerra durante diez años. En mi libro sigo sus huellas. También cuando estudiaba en Oxford conocí gente muy interesante que había estado en China. En los ochenta viajé a China para hacer documentales. Es a lo que me dedico. Cuando salieron las series sobre la historia de China a la gente le encantó. Ma paraban en el metro de Londres para decirme lo fantástica que es la historia china. La idea de un libro se quedó ahí. Luego hice varios capítulos documentales sobre Deng Xiao Ping. Me basé en entrevistas con personas que han conocido la historia china en los últimos cuarenta años. Para este libro he vuelto a contactar con estas personas. Me he centrado en las historias personales, y las he conectado con la gran narrativa. Eso hace un contraste muy interesante. es una visión desde el pueblo.
