‘Normas de cortesía’, la primera novela de Amor Towles

Normas de cortesía. Amor Towles. Traducción de Eduardo Iriarte Goñi. Editorial Salamandra

Muchos son los llamados, y pocos los elegidos. Esta frase del Evangelio de Mateo es la que preside esta primera novela de Amor Towles, el autor que se hizo famoso en España, y en buena parte del mundo occidental, gracias Un caballero en Moscú. Del éxito de esa novela vino la edición de esta, su primera obra. No está a la altura de Un caballero, pero no decepciona, al contrario. Nos parece una novela muy bien trabada, muy bien ambientada en el Nueva York del periodo de entreguerras, justo antes de la Segunda Guerra Mundial y después de la Gran depresión. Y demuestra que Amor Towles ya tenía hechuras de excelente narrador desde su primera obra. Normas de cortesía es menos ambiciosa, pero es una muy buena novela. Todo esto allana el camino para su siguiente obra, ya publicada en Estados Unidos, que tiene por título The Lincoln Highway.

Normas de cortesía de Amor Towles va de eso mismo que anuncia el texto de San Mateo, el recaudador de impuestos que se sumó al grupo de los apóstoles: los convidados a la vida, a la vida trepidante, excitante, que se desarrolla en la Nueva York de esos años. Katey Kontent es la narradora de la historia.

Retratos en el metro de Nueva York

Uno de los grandes aciertos de esta novela está en la forma de iniciar el relato. Estamos en 1966, y Katey contempla junto a Val los retratos de la exposición de Walker Evans. El título de la muestra, en el Museo de Arte Moderno, es precisamente ese: Muchos son los llamados. Se trata de la serie de retratos que Evans hizo en el metro de Nueva York. Personajes anónimos, retratados con una cámara oculta en la década de los años 30. La primera vez que una cámara entraba a interesarse por la vidas de los que circulaban por Nueva York en busca de éxito personal y profesional.

Entre dependientas de Macy’s, cuarentones con la cabeza cubierta por sombreros y jóvenes de Harlem con una peculiar idea de la elegancia, Katey identifica a Tinker Grey, un viejo amigo de Katey, un joven banquero de radiante fortuna. Tinker aparece en dos imágenes de la serie de Walker Evans. En la primera es evidente que se trata de un hombre afortunado. En la segunda, se trata de un hombre «pobre, hambriento, sin porvenir».

Una novela costumbrista

El relato vuelve en el tiempo, hasta la noche de fin de año de 1937, cuando Katey su compañera de piso se disponen a pasar la nochevieja en el Hotspot, un local de copas del Greenwich Village. Lo que sigue es el retrato del Nueva York de la época, las relaciones de los personajes, en las que Amor Towles juega con las apariencias y lo oculto, las ideas políticas de la época, el ambiente de las revistas tipo The New Yorker, los afanes de Katey por abrirse paso en una ciudad en la que se juega al individualismo feroz. Todo gira en torno al amor de Katey y de su compañera de habitación, Eve Ross, una belleza del medio oeste, por Tinker. Ese hilo, complejo y ondulante, llena la novela.

Se puede decir que se trata de una novela costumbrista, con diálogos excelentes. Towles dibuja muy bien los personajes. Tienen profundidad. Y falla, según alguna lectora que me autoriza a sumar su juicio, en el punto de vista femenino. Hay detalles del comportamiento de las mujeres en un baño público de un bar que a Towles se le escapan, y que no le enseñaron en la universidad de Yale. Normas de cortesía es además todo un homenaje para la Nueva York de los años treinta.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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