El sol, el cielo azul, las aguas mansas (depende de la dirección del viento) marcan el comienzo del día para muchos turistas (aunque los residentes también están pendientes de la climatología). Aquí se siguen al minuto las evoluciones de la DANA, ese último Leviatán atmosférico.
Comprobadas las coordenadas que marcan cuándo y dónde vamos a la playa empieza la dicotomía de dónde desayunar…si te pilla cerca de Es Caló de San Agustín la duda se desvanece rápido…vamos al Hostal Rafalet al “pá amb coses” que es el plato icónico de esta terraza “mirando al mar”. Allí, según el periodo del verano, hay que pillar turno en una cola según orden de llegada porque está hasta los topes…miradas acusatorias para los que se entretienen, cómplices para los más rápidos y cuando te toca a desayunar…
El «pa amb coses»
Bocatas enteros o medios, tostadas con tomate y un largo etc de productos pero con una oferta por encima de los demás…”Pa amb coses” un plato con seis montaditos muy cumpliditos donde entra desde una porción de queso, algo de tortilla a la francesa, bacón, lomo, las olivas correspondientes y una cerveza o copita de vino (los más atrevidos) y un refresco, café con leche o te al gusto los clásicos. En el Mediterráneo estas cosas son habituales y cada pueblo tiene su versión. Con el «pa amb coses» uno piensa en la pizza napolitana y en que el pan es redondo porque cabe dentro un universo de cosas variadas.
¿Qué tiene de diferente con los demás? Se preguntarán ustedes…El mar, ese mediterráneo aturquesado por el fondo de arena blanca, un “mollet” donde se alinean las barcas (modernas y viejas) con sabor a ayer (es patrimonio cultural) y que se constituyen en vistas impagables a cualquier hora del día…pero mucho más en el despertar para tonificar la mente, que del estómago ya se encargan en Hostal Rafael Rafalet.
El ir y venir de camareros o camareras a toda prisa para atender la demanda crea un clima de “rapidito, rapidito” que el tiempo pasa volando. Son los únicos que tienen prisa en estas riberas del mar. El resto disfruta de desayunos que parecen comidas con su parte salada y su momento dulce, y el café que le da a todo un aroma uniforme de fiesta final. Después de estas primeras horas de la mañana (aceleradas) vuelve la tranquilidad para todos, y el desayuno se convierte en tertulia para los que prefieren una conversación mirando las olas que unas horas de torrefacción al sol.
Del desayuno a la tertulia
A eso de las once y media, se convierte en el lugar idóneo para un café tardío y repaso de las noticias en papel (uy eso era de otro siglo) Ahora repasamos el Facebook, el Instagram, el washapp hasta que se nos pasa el tiempo de ir la playa sin darnos cuenta. Porque aquí en el Hostal Rafalet y en Es Caló a veces se detiene el reloj. Abierto desde Semana Santa a primeros o segundos de Noviembre, constituye una oferta atractiva para quienes buscan un simple tente en pie lejos de las grandes comilonas…Todo pintado de azul, sea del cielo o del mar.