Paco y Óscar, padre e hijo unidos por el arte del calzado: un oficio en peligro de extinción

La fabricación de zapatos es un legado artesanal que requiere 150 manos y que lucha por sobrevivir ante la falta de relevo generacional. El sector de la artesanía en España atraviesa un momento complicado tras haber perdido 4.700 empleos en dos años. El número de artesanos ha ido reduciéndose hasta llegar a las más de 208.600 bajas, lo que representa un descenso en el sector del 2,2% desde 2019.

En esta línea, el relevo generacional se consolida como uno de los principales causantes de este complejo escenario. De hecho, el número de compañías dedicadas a la artesanía también sufrió un descenso del 1,3% situándose en 63.100, según el informe Radiografía de la Alta Artesanía en España, elaborado por KPMG para Círculo Fortuny.

A pesar de la disminución, tanto en el empleo como en el número de empresas, el valor bruto añadido de la alta artesanía creció hasta los 6.629 millones de euros en 2022, lo que supone un incremento del 8,7% en comparación con 2019.

«La falta de interés de las nuevas generaciones por los trabajos manuales ha reducido la demanda de estos oficios, poniendo en riesgo su continuidad y el legado de labores tan tradicionales. Las empresas españolas tenemos la responsabilidad de apostar por ellos para evitar su extinción y preservar nuestra identidad artesanal», defiende Rafael Muñoz, CEO de miMaO

Con todo ello, España se sitúa como uno de los principales exportadores de calzado en Europa, con Italia como su cliente número uno, seguido de Francia y Alemania. En 2024, se llegaron a exportar 3.500 millones de euros, unos datos que reflejan un crecimiento del 7% en euros y del casi 10% en pares de zapatos.

La historia de Paco y Óscar

La artesanía en España atraviesa un momento complicado, pero dentro de este sector, la industria española del cuero y calzado crece. En cifras, este mercado contaba en 2024 con aproximadamente 53.000 trabajadores, unos 5.000 empleados más que año anterior. Así, esta industria se concentra, sobre todo, en regiones como Alicante, Albacete y la Rioja, y destaca sobre todo la zona de Elche y Elda, conocidas como “las cunas del calzado español”.

Precisamente, en la localidad de Elche, residen Paco y Óscar, fabricantes de miMaO, además de padre e hijo. Paco ha dedicado toda su vida a la fabricación de zapatos. Con tan solo 16 años comenzó su andadura en una fábrica, y, aunque su padre no estaba vinculado al mundo de la artesanía del calzado, fue el marido de su prima quien le abrió las puertas de este oficio que le apasionaría para siempre.

A los 23 años, con una experiencia de siete años en la industria, Paco decidió emprender su propio camino y abrió su propia fábrica, con la intención de formar a nuevos talentos y transmitir sus conocimientos. Hoy, más de 40 años después, su hijo forma parte del equipo, continuando con la tradición familiar en el negocio.

El compromiso, la dedicación y la pasión por su trabajo han sido los pilares que han permitido a Paco mantenerse en el sector con la misma ilusión y energía que el primer día. “Siempre que pasaba junto a una fábrica, nunca imaginaba que acabaría trabajando allí, pero la vida te sorprende. Lo que pensaba que no sucedería, ha resultado ser una de las mejores experiencias de mi vida. Dedicarme a este proceso, en el que intervienen 150 manos para dar vida a un zapato, es realmente fascinante”, asegura Paco Berenguer Macia, técnico de calzado y consultor externo en PUNTAFINA SHOES.

Uno de los pilares fundamentales en el equipo de Paco es su hijo, Óscar, quien desde pequeño ha crecido rodeado del arte de la fabricación de calzado. Ver a su padre crear zapatos que luego calzan los pies de miles de personas ha dejado en él una huella profunda. «Cada día voy descubriendo cosas de esta profesión y me va gustando más. Me encanta ver cómo la gente lleva en sus pies y manos todo aquello que mi padre y yo fabricamos», comenta Óscar Berenguer Soler, director general de la fábrica de PUNTAFINA SHOES, quien sigue los pasos de su padre con entusiasmo.

Óscar comenzó a involucrarse en el mundo de la zapatería a tan solo 15 años, cuando solía visitar a su padre en la fábrica. Ahora, con 23, se ha convertido en el director de la misma fábrica que su padre fundó a esa edad, asumiendo con responsabilidad el legado familiar y aportando su visión a un oficio que ha cultivado desde su infancia.

«En nuestra fábrica, contamos con más de 50 profesionales que ya son familia y que participan en la creación de un zapato. En total este pasa por más de 150 manos diferentes hasta llegar a su resultado final. Es un proceso fascinante que comienza con la búsqueda de la inspiración, diseño del boceto, estudio de materiales y sus posibilidades, y termina con una producción de lo más laboriosa.  Es una cadena perfectamente sincronizada,» asegura Óscar.

Por su parte, Paco explica: “En promedio, fabricamos unos 400 zapatos. La mayoría piensa que los zapatos más complicados de hacer son las deportivas o las botas, pero no es así. El zapato más difícil de elaborar es el salón, ya que, en una fábrica, lo más sencillo suele ser lo más complicado”.

Innovación para preservar la tradición

En España, existen más de un centenar de fábricas dedicadas a la producción de moda. No obstante, el sector se enfrenta a un escenario marcado por la alta demanda de trabajo, pero la escasez de talento joven dispuesto a incorporarse.  En este sentido, la inversión en I+D se convierte en el caballo de batalla ganador para lograr un mayor atractivo y accesibilidad.

“En el último año, entre adecuación de instalaciones y compra y mejora de maquinaria, hemos invertido entre 150 y 200 mil euros en nuevas tecnologías con el objetivo de ser más agiles, productivos y atraer talento”, explican Paco y Óscar.

“La edad media de nuestro equipo oscila entre los 52 y 60 años, y al valorar estos datos, somos conscientes de que nuestro camino es evolucionar. Invertir en I+D y formar a nuevas para asegurar el futuro de lo que ahora mismo es una industria sin relevo” continúan.

Con todo ello, la compañía española de calzado miMaO se sitúa como una de las pocas marcas que mantiene su firme compromiso con la fabricación en España. Con el sello de calidad ‘Made in Spain’, miMaO produce todos sus productos de manera artesanal en fábricas de Elche y Elda.

«Queremos dar visibilidad a esta profesión y, sobre todo, queremos que, gracias a nuestra inversión en la producción nacional, los jóvenes se unan a este oficio tan bonito que se transmite de padres a hijos y que no debe desaparecer», explica Rafael Muñoz, CEO de miMaO.

En un mercado español con más de 6.000 marcas dedicadas al mundo de la moda, son muy pocas las que fabrican completamente en el país. «Fabricar en España nos permite controlar la calidad de los productos de manera más directa, así como supervisar todo el proceso de producción hasta llegar al resultado final. Apostar por la fabricación nacional es apostar por calidad, tanto en el proceso como en el producto final», concluye Muñoz.

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