Hay otra manera de vivir la Navidad distinta a la tradicional: la de quienes prefieren dejar de lado el atrezzo típico de las Pascuas –mercadillos, luces, villancicos, belenes…– y optan por aprovechar estos días festivos de otra forma; más tranquila, menos masificada… Y la provincia de León es el destino perfecto para ello. Dotada de un cautivador encanto rural, pueblos como Peñalba de Santiago, Castrillo de los Polvazares, Balboa, Molinaseca, Riaño o Colinas del Campo de Martín Moro Toledano son ideales para una escapada navideña en la que perderse… para reencontrarse con uno mismo –en pareja, en familia o con amigos–, descansar, relajar la mente, respirar aire puro… y cargar las pilas emocionales para afrontar 2022 con ganas y renovadas ilusiones. Vamos a descubrir cada uno de estos 6 pueblos leoneses con encanto.
Peñalba de Santiago.
Ubicado cerca de Ponferrada, en la comarca de El Bierzo y a 1.100 metros de altitud, entre los Montes Aquilanos. Destila ese aire rural con sus casas de piedra, madera y teja, y sus callejuelas empedradas por las que pasear recreándonos en los pequeños detalles que cobijan puertas y ventanas. Es digna de admirar su iglesia de Santiago, una joya del arte mozárabe del siglo X. Desde el pueblo pueden realizarse excursiones al Valle del Silencio o a la Tebaida berciana y visitar la Cueva San Genadio o el molino. Está integrado en la Asociación de ‘Pueblos Más Bonitos de España’ y, además, fue declarado Bien de Interés Cultural por su Conjunto Etnológico.
Castrillo de los Polvazares.
Cerca de Astorga, en la comarca de La Maragatería. Lugar de peregrinaje en el Camino de Santiago por su parte leonesa, cautiva al visitante por su casas de piedra rojiza y tejas de cerámica, algunas de ellas luciendo escudos nobiliarios. A destacar su iglesia de San Juan Bautista y dos puentes sobre el río Jerga: el viejo y el nuevo. También cuenta con varios mesones en los que saborear el delicioso y potente cocido maragato. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980, forma parte –asimismo– del Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 2015.
Balboa.
Perteneciente también a la comarca de El Bierzo, cuenta entre su patrimonio con los restos de un castillo del siglo XIV (su torre del homenaje y parte de sus muros), la iglesia románica de Santa Marina (siglos XIII-XVI) y sus pallozas, construcciones tradicionales de planta circular u ovalada, paredes bajas de piedra y tejado cónico de paja. Y un lugar muy curioso: la Casa de las Gentes que –además de un museo con preciosas tallas de madera– acoge la Oficina de Turismo y es un foro reivindicativo de la cultura rural. Y para relajarnos y meditar, nada mejor que un paseo por su castañar.
Molinaseca.
Otro precioso pueblo de El Bierzo integrado en el Camino de Santiago. Llama la atención del viajero, en primer lugar, por su puente romano de los Peregrinos, sobre el río Meruelo, y sus fotogénicos reflejos en el agua. Antes de penetrar en el casco histórico es digno de admirar el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias (siglo XVII), de estilo barroco, erigido sobre una antigua ermita del siglo IX que servía de albergue a los peregrinos. La principal vía del pueblo es la Calle Real, plagada de restaurantes y tiendas. Cabe resaltar las ‘callejas’, pequeños espacios entre las casas a modo de cortafuegos y –según cuentan– origen del apellido Calleja. Paseando por Molinaseca también son de admirar la Plaza García Rey, con su fuente de piedra en el centro, y la plaza de Santo Cristo, con un crucero, un Monumento al Peregrino y un curioso monolito conocido como Buda de Molinaseca.
Riaño.
El pueblo más ‘joven’ de la provincia de León… ya que el antiguo fue sepultado por las aguas al construirse el embalse del mismo nombre. Pertenece a la Montaña de la Cantábrica Leonesa, antesala de los Picos de Europa. Su actual iglesia parroquial, Santa Águeda –con valiosas tallas religiosas– era la antigua de San Martín de Pedrosa del Rey (siglo XVI), trasladada piedra a piedra a Riaño. El pueblo también alberga un interesante Museo Etnográfico, un Monumento al Silencio y un típico hórreo leonés. A sus afueras cuenta con diversos miradores –Las Hazas, Valcayo…– y una senda peatonal de 1 km llamada Paseo del Recuerdo. Acoge el llamado ‘banco más bonito de León’ –desde el que admirar relajadamente el embalse– y bordea el pantano hasta el embarcadero, punto de partida de románticos cruceros por el mismo, con las montañas reflejadas sobre sus aguas como en un mágico espejo. Otra joya patrimonial de Riaño es la Ermita de Quintanilla, junto a las aguas del embalse y rodeada de montañas.
Colinas del Campo de Martín Moro Toledano.
Pequeña pedanía del municipio de Igüeña, en la comarca de El Bierzo, que atesora el nombre más largo de España. Pero no solo por ello vale la pena ir a descubrirlo. También está reconocido como Conjunto Histórico-Artístico desde 1994 y entre sus joyas patrimoniales destacan la ermita del Santo Cristo, la Fuente de San Juliano o el puente medieval sobre el río Boeza, que comunica las dos partes del pueblo. Pasear por su coquetas calles es descubrir rincones de gran belleza, como el Arco de la Ermita del citado santo. Y, cómo no, disfrutar de sus platos típicos, como el Botillo berciano o el Cocido maragato… o de rutas senderistas en las que admirar flores silvestres y bellos ejemplares de robles, abedules, acebos o avellanos.