Sobre la historia natural de la destrucción: Loznitsa y la guerra aérea

En otoño de 1997, W.G Sebald pronunció en Zurich una conferencia titulada Guerra aérea y literatura» en la que reflexionaba sobre los bombardeos aliados sobre la población civil alemana en los últimos años de la II Guerra Mundial. 600.000 civiles fueron víctimas de la guerra aérea en Alemania, Más de tres millones y medio de casas destruidas. Con el mismo título que la obra de Sebald, «Sobre la historia natural de la destrucción», Sergei Loznitsa parte de la misma realidad para construir una pieza documental que se puede ver en la plataforma Filmin, y que fue presentado en el Festival de Cannes. Ochenta años después, las preguntas son idénticas: ¿es moralmente aceptable usar a la población civil como medio de guerra? ¿es posible justificar la destrucción masiva en aras de ideales “morales” superiores?

sobre la historia natural de la destruccion

Alemania antes de la guerra

En las primeras imágenes de Sobre la historia natural de la destrucción vemos un rebaño de ovejas que desfila cuesta abajo por una ladera. Alemanes se asoman a las ventanas de alguna ciudad del norte, quizá Hamburgo. Otros bailan en las plazas, en fiestas populares, toman el sol en las playas de Pomerania. Asoman al fondo las primeras banderas nazis, esvásticas al viento. La vida en la avenida Unter den linden de Berlín es efervescente, entusiasta, brillante.

Después de la guerra, muchos de los que vemos estarán muertos. Siete millones y medio de alemanes se quedaron sin hogar. Como recuerda Sebald en el comienzo de su conferencia, «a cada habitante de Colonia le correspondieron 31,4 metros cúbicos de escombros, y a cada uno de Dresde 42,8». Pero sobre lo que reflexiona sobre todo Sebald ess sobre otra certeza: esa campaña de destrucción no ha desempeñado ningún papel en los debates sobre la reconstrucción de Alemania, esa experiencia fue cancelada de la memoria de los alemanes. La empresa de la reconstrucción impidió todo recuerdo. Sebald, sin embargo, añade en sus reflexiones la certeza de que similares bombardeos, esta vez alemanes, destruyeron Stalingrado, o buscaron que Londres ardiera por completo, devorado por las bombas incendiarias.

La población como rehén

En la cinta de Loznitsa, construida con materiales de archivo, con imágenes en buena parte inéditas hasta ahora, contemplamos imágenes de los bombardeos: ciudades a oscuras, con su trama urbana iluminada solo por los incendios causados por una lluvia de bombas de todos los tamaños. Hay pocas palabras: algunas de Göring, o un discurso de Churchill en el que defiende las campañas de bombardeo como una muestra de que los americanos han reforzado la capacidad mortífera de los aliados. El premier británico advierte a la población alemana que no quiera sufrir las consecuencias de la guerra, abandone las ciudades, deje de trabajar en las fábricas de armamento de Reich, y huya al campo.

Loznitsa vuelve a platear la cuestión de la legitimidad del uso de la destrucción y la devastación para combatir en la guerra, para acelerar su final. Una pregunta que se formuló en el caso de la guerra contra el Japón; nunca el el caso alemán. La matanza sigue siendo un mecanismo universal para alcanzar objetivos políticos y económicos. En el documental no hay ninguna pista sobre la cronología, no tenemos idea de dónde se han rodado las imágenes. Loznitsa opta por borrar todo contexto: «En el momento en el que empiezas a mostrar quién lanzó la primera bomba, y quién replicó después, los acontecimientos adquieren una dimensión causal («después» significa «a consecuencia de») y el sentido de mi reflexión se pierde», explica el director.

Ucrania y todas las guerras

La guerra de Ucrania, los bombardeos sobre Mariupol, sobre Jarkov, dan a este documental una urgente actualidad. «No hemos reflexionado lo suficiente sobre lo ocurrido en el pasado», opina Loznitsa. «Parece que nos hemos quedado encallados en el mismo punto en el que W. G. Sebald, Günter Grass o Kurt Vonnegut con su «Matadero Cinco» nos dejaron hace décadas». El director concluye con un deseo: «Mi película habla sobre la naturaleza de la guerra. Cualquier guerra. Es un intento de encontrar un punto de vista desde el que la absurdidad de la destrucción se perciba de una manera tan clara que nunca más pueda permanecer invisible».

Desde el punto de vista técnico, Sobre la historia natural de la destrucción tiene un sobresaliente trabajo de edición sonora que permite reforzar la veracidad de las imágenes de archivo, desprovistas muchas de pistas sonoras, con la potencia del estallido de las bombas, o con el contraste de un concierto de música clásica en el interior de una factoría de la AEG.

Sobre la historia natural de la destrucción

Título original: «The Natural History of Destruction».

País y año de producción: Alemania, Lituania, Países Bajos, 2022.

Duración: 112 minutos.

Dirección: Sergei Loznitsa.

Guion: Basado en el libro «Sobre la historia natural de la destrucción», de Winfried Georg Sebald.

Música: Christiaan Verbeek.

DIRECTOR

Nacido en Ucrania en 1964. Es uno de los documentalistas más prestigosos del mundo y hasta la fecha ha dirigido 4 películas de ficción y 25 documentales. Destacan «En la niebla» (2012), premio FIPRESCI en el Festival de Cannes; «Donbass» (2018), también premiada en Cannes; o los documentales «Maidan» (2014) y «Austerlitz» (2016).

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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