En el Podcast de FANFAN nos acompaña una persona que apareció en el escaparate nacional en aquellos días en los que estábamos encerrados en casa. Salíamos solo para comprar víveres, vivíamos en silencio, y en la calle tan solo se escuchaba el sonido de los aplausos al caer la tarde. Pero las mentiras, los engaños, la falta de información, la ocultación de las consecuencias de la pandemia, el abandono de los mayores en las residencias de ancianos, todo eso hizo crecer la indignación y los aplausos se volvieron abucheos y ruido de cacerolas. La protesta más sonora se desarrolló en la calle Núñez de Balboa. Y detrás de aquella protesta estaba Sonsoles Queipo de Llano. En esta entrevista habla de sus ideas, de la necesidad de articular una sociedad civil, de la España en la que le gustaría vivir, y de su trabajo social con ONG’s.
Aquella protesta se extendió. Creció a pesar de que el gobierno reprimió aquel conato de rebelión. Y se extendió por otras ciudades. Sonsoles Queipo de Llano precisa que para entonces ya tenía conciencia política y sobre todo conciencia social. Desde entonces ha recibido múltiples propuestas para integrarse en partidos políticos y participar en medios de comunicación. «Colaboro con todos los que puedo pero soy más útil desde la sociedad civil. La estructura política está muy corrompida, el trabajo es difícil si quieres cambiar las cosas desde ahí, y no hay ningún partido con el que me sienta al cien por ciento identificada».
Nos interesa saber quién es Sonsoles Queipo de Llano, quién es la joven que de un día para otro se convierte en una referencia. «Tengo 25 años, siempre he estado involucrada en temas sociales. Y creo que eso es imprescindible cuando te mueves en una sociedad tan polarizada. En ese trabajo he aprendido mucha empatía, he tenido mucho conocimiento. He tenido la suerte de trabajar con muchas ONG. La ayuda más real es la que supone sentarte con una persona, hablar de tu a tu, para saber lo que está pasando realmente en la calle»
Un cambio social
Le preguntamos por la «España dormida y obediente». «España se está despertando poco a poco. Primero la gente siente impotencia, y luego se enfadan, y creo que muchos están en el enfado, que es la condición para pasar a la acción. El país en el que me gustaría vivir es un país con líderes transparentes, que se comuniquen con la población, que no vivan desconectados, porque ese es un problema importante que tenemos. Los políticos se gastan nuestro dinero en cosas prescindibles. Lo importante son las personas»
Y hay una pregunta sobre la igualdad, que en España da nombre a un ministerio. «Mi idea de la igualdad es que muchas veces las mujeres son el mayor problema para el resto de las mujeres. Se ha victimizado a la mujer y se ha generado un odio brutal hacia el hombre. Nunca me he sentido discriminada. Somos diferentes. Creo en la igualdad ante la ley pero no en una igualdad forzada. Tal y como está planteado el ministerio de igualdad no tiene sentido». Lo dice una mujer que confiesa que ha sufrido acoso, en un caso que tiene denunciado ante los tribunales, desde mayo.
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