Nikon House Madrid ha inaugurado en su Galería Nikon la exposición “Retratos Periodísticos”, comisariada por Bernardo Paz. Cinco reconocidos profesionales de la imagen nos muestran su obra. Entre los autores seleccionados están César Lucas, Sofía Moro, Mónica Ochoa, Jesús Umbria y Tania Sieira, en la que nos vamos a detener en este artículo. La muestra es un homenaje de los reporteros gráficos a César Lucas, recientemente fallecido. La exposición estará abierta hasta primeros de diciembre en la Nikon House de Reina Mercedes, en Madrid, en horario de 9 a dos de la tarde y de cuatro a siete. Los viernes sólo en horario de mañana.
De las múltiples formas de la fotografía, la de prensa tiene en la urgencia su condición esencial: captar el instante, percibir el significado editorial de la composición, convertir el tono y la luz en un mensaje. El ojo del reportero gráfico debe tener un instinto entrenado para dominar el espacio y captar una imagen que atrape al lector de periódicos con una fuerza magnética. El editor sabe que si tiene una gran foto tiene una portada. El texto, las mil palabras, no es suficiente. Y menos en una cultura de consumidores de imágenes. Pero el lector es un sujeto que aspira siempre a la excelencia, que sabe distinguirla. Aprecia una imagen cargada de sentido, el gusto por la composición, la elección de un detalle revelador, como el brillo de la pepita de oro, la aguja en el pajar.
En el género del retrato periodístico, el valor de la imagen multiplica sus activos para ofrecernos esa primera impresión que nos conduzca por un camino irremediable hacia el texto. Me atrevo a afirmar que de muchas entrevistas que publica la prensa, lo que permanece en el tiempo, son las imágenes, los retratos. Tania Sieira cuelga en su cuenta de Instagram los retratos que hace para la prensa, a menudo publicados en ABC. Es discreta hasta el punto que elude dar datos biográficos. Habla poco. Llega, despliega un paraguas para iluminar la escena, hace sus fotos, y desaparece. Se expresa a través de la cámara. No se arruga ni siquiera cuando tiene que retratar al maestro Salgado, que mira junto a la rosa de los vientos, como diciéndole a Tania: haz lo que tengas que hacer, sigue tu camino.
Quizá Tania aprendió de uno de los grandes maestros del retrato: Arnold Newman. Su obra es una lección magistral sobre cómo retratar al sujeto en su contexto. Esta es la urgencia con la que se tiene que enfrentar Sieira en cada trabajo para la prensa: visita la casa del retratado, o su oficina, y de un espacio que tiene una luz deficiente, de un lugar en el que apenas hay posibilidades para moverse, o para encontrar un ángulo favorable, tiene que obtener un retrato que tenga un valor editorial, que diga más sobre la persona que sus palabras, que muestre su entorno, su actitud ante el mundo.
El resultado convierte el periódico en un papel o una vibración electrónica en la que se cuela el arte. La prensa ya no es ese escaparate que caduca en unas horas. Aspira a lo eterno, como un Resines sorprendido en la calle por la reportera, un actor que no sabemos si nos mira desde el siglo XIX o desde la severa realidad del XXI.