Roma no se visita: se vive. Se cruza como una corriente eléctrica que pasa del arte al café, del mármol a la trufa, del estruendo turístico al recogimiento de una iglesia vacía. Con solo 36 horas, hay que moverse como un flâneur con reloj en mano. Te damos una guía precisa y emocionante para exprimir la Ciudad Eterna desde el viernes por la tarde hasta el domingo al mediodía. Sin tópicos, con diseño, historia y buena mesa.
Viernes, 18:30 h. Llegada y cena en Frezza
Has aterrizado en Fiumicino o en Ciampino, y ya te late la ciudad bajo los pies. Lo primero es instalarte. Puedes alojarte en el barrio de Campo Marzio, cerca de todo y con alma elegante. Hay hoteles boutique como Babuino 181 o The First Roma Arte, que combinan confort y arte contemporáneo.
La cena es en Frezza, en Via della Frezza 64. El local es una taberna moderna con espíritu romano, fundada por Alessandro Miocchi, joven chef que ha revolucionado la cocina popular de la ciudad. Frezza reinterpreta la trattoria con platos icónicos como la carbonara, los rigatoni con pajata, el vitello tonnato o un espléndido tiramisú. Buen producto, técnica sin alardes, y una carta de vinos con pequeños productores italianos. El ambiente es animado, cosmopolita, con diseño industrial y mesas comunales. Conviene reservar.
Después de cenar, te puedes dar un paseo hasta la Fontana de Trevi. Merece una visita nocturna y está apenas a 500 metros del lugar donde has cenado.
Sábado, 8:30 h. Ristretto y cornetto en el centro
Comienza el día como lo haría un romano auténtico: de pie en la barra de Sant’Eustachio Il Caffè, en Piazza Sant’Eustachio. Allí sirven uno de los mejores ristrettos de Roma, y puedes acompañarlo con un cornetto al pistacchio recién horneado. Pura poesía matinal.
10:00 h. Caravaggio en Palazzo Barberini
La primera gran parada cultural es la exposición dedicada a Caravaggio en el Palazzo Barberini, sede de la Galleria Nazionale d’Arte Antica. Allí cuelga el célebre Judith decapitando a Holofernes, junto con otras obras maestras y material contextual sobre la vida y la violencia del maestro lombardo. La arquitectura del palacio es una joya barroca en sí misma.

12:00 h. Paseo de diseño: The Sign y Via Condotti
Te diriges a pie hacia el corazón del diseño romano. En la zona de Campo Marzio, entre Piazza di Pietra y Via della Scrofa, está The Sign, tienda que mezcla mobiliario contemporáneo, papelería, objetos de autor y piezas únicas. También puedes curiosear en Monocle Shop, Delfina Delettrez, y por supuesto en los escaparates de Via Condotti, donde conviven la moda global (Gucci, Valentino, Fendi) con sastrerías artesanas como Battistoni.
Un poco más tarde, haz una parada en Yaki, en Via dei Coronari. Es una tienda delicadísima, especializada en antigüedades orientales —jade chino, netsuke japoneses, lacas, biombos y caligrafías—. Un oasis de belleza y serenidad donde todo está dispuesto con refinamiento. Yaki es más que una tienda: es un gabinete de curiosidades asiáticas en pleno corazón de Roma.
13:00 h. Piazza Navona, Caravaggio y memoria
Atraviesas el centro para llegar a Piazza Navona, donde el rumor del agua de Bernini acompaña el sol del mediodía. A pocos pasos, en la iglesia de San Luigi dei Francesi, puedes ver el ciclo de San Mateo pintado por Caravaggio. No hace falta pagar entrada: basta el silencio. Después, bajas hacia el Guetto judío, uno de los barrios más fascinantes de Roma. Junto a la sinagoga, en las calles empedradas, verás las pietre d’inciampo, pequeñas placas doradas con los nombres de los deportados romanos a Auschwitz. Un paseo para no olvidar.

13:45 h. Cerveza en Piazza delle Tartarughe
Haz una pausa en Piazza Mattei, donde la fuente de las tortugas —una de las más gráciles de Roma— decora una plaza recoleta. Puedes sentarte en la terraza del bar Bartaruga para tomar una cerveza artesanal o un vermut con aceitunas.

14:00 h. Almuerzo en Le Mani in Pasta
Justo a tiempo para comer a la hora romana. Dirígete a Trastevere y entra en Le Mani in Pasta, en Via dei Genovesi 37. Es una institución. Cocina sincera, producto de mercado, y una carta de pasta espectacular: tagliolini al tartufo, paccheri al ragù bianco, o linguine con bottarga. El pescado es fresco y el servicio, impecable. Mejor reservar con antelación. El lugar es pequeño y discreto, y apenas verás turistas. Es un restaurante romano, de romanos.

16:00 h. Paseo por el Lungotevere
Tras la comida, camina sin prisa por el Lungotevere, el paseo fluvial que bordea el Tíber. Las vistas del Gianicolo, los puentes, y los reflejos de la tarde son el descanso perfecto. Puedes cruzar hacia la isla Tiberina y subir por el Trastevere, o seguir hacia el centro histórico.
19:00 h. Cócteles en La Buvette
A la hora del aperitivo, vuelve a Via Vittoria y entra en La Buvette, elegante y discreto local con carta de cócteles clásicos y algunos guiños a la coctelería de autor. Buen ambiente, con clientela local y música suave. El Negroni es perfecto.
21:00 h. Trinità dei Monti bajo las estrellas
Termina el día con un paseo nocturno por la escalinata de Trinità dei Monti. Desde la Piazza di Spagna, sube lentamente los peldaños. Roma iluminada es otra ciudad. Si te queda energía, puedes tomar un helado en Giolitti o Frigidarium antes de volver al hotel.
Domingo, 10.00 h. Galería Doria Pamphili
Dedica la mañana del domingo a visitar la Galería Doria Pamphili, un palacio privado con una de las colecciones más deslumbrantes de Europa. Caravaggio, Velázquez, Tiziano, Rafael, en un entorno que conserva la atmósfera de la aristocracia romana del XVII. Imprescindible el retrato de Inocencio X, pintado por Velázquez. Es imprescindible pasar por la sala dedicada a Inocencio X, el papa retratado por Velázquez. En esa pequeña sala, pasa unos minutos contemplando uno de los retratos más importantes de la historia de la pintura. Esa pintura está viva. Como el busto esculpido por Bernini.

12:00 h. Ángelus en San Pedro
Si estás en Roma un domingo, no puedes perderte el Ángelus en la Plaza de San Pedro, oficiado por el papa León XIV. La plaza se llena de fieles y turistas; el ambiente es solemne, pero también festivo. Llegar con tiempo y situarse en un lateral es lo más recomendable.
13:30 h. Almuerzo de despedida
Para despedirte de Roma, proponemos comer en Armando al Pantheon, un restaurante histórico donde la cocina romana se sirve sin afectación. Puedes pedir cacio e pepe, saltimbocca, y un postre de ricotta con pera. Reserva imprescindible.
36 horas después, Roma te habrá enseñado su piel, su alma, y parte de su secreto. No hay ciudad más exhausta ni más generosa. Volverás, porque Roma siempre deja algo pendiente.