Fanfan conversa con Zoe Valdés, que acaba de publicar en España Pájaro lindo de la madrugá, (Editorial Algaida), una investigación sobre la figura de Fulgencio Batista, de la que emerge un retrato del político cubano radicalmente diferente al que ha impuesto la propaganda castrista. La novela es un acto de rebeldía contra la usurpación de la historia por la propaganda del régimen, pero también un relato que revela los mecanismos sobre los que se asientan y perviven las dictaduras.
Una investigación histórica
En Pájaro lindo de la madrugá, dos octogenarios se reencuentran en Cuba. Arsenio viene del exilio. Elbio vive en un pueblo de la isla, junto a su hija, en una pobreza miserable. Arsenio ha vuelto a ver a su viejo amigo. Busca recuerdos. Su nieta está trabajando en una investigación sobre la figura de Batista. Del diálogo entre los dos viejos amigos, que conocieron de cerca a Fulgencio Batista, emerge un retrato rico y complejo del que fuera Presidente de Cuba antes de Castro, un retrato que nada tiene que ver con el que ha impuesto la dictadura cubana.
Arsenio y Elbio incorporan otras voces, hablan con gentes de su generación. El texto de la novela está armado de datos, citas, fechas, anécdotas. Es el resultado de una investigación minuciosa, la reconstrucción de la memoria de una generación que conoció a Batista, que conoce la verdad, una generación a punto de desaparecer. La novela es un acto de rebeldía y una reivindicación de la verdad de la historia frente a la propaganda.
Zoe Valdés, desde París
Zoe contesta al teléfono desde Paris. Es tarde de sábado. Por las mañanas está ocupada en ayudar a algunos vecinos ancianos, confinados, como todos por la pandemia. Le digo que la novela me ha revelado un personaje desconocido, deformado por la propaganda: «A todos nos ha ocurrido. Hubo desde el primer día en Cuba una gran decisión y un gran proyecto de cambiar la historia de Cuba, la historia general, también la de Batista. Todo se puso al servicio de crear al gran héroe de la falsa heroicidad que es Castro. Se dijo incluso que José Martí fue el autor intelectual de la revolución castrista»
Otra de las perplejidades que se desprende de la novela es cómo Castro se ha atribuido méritos que son de Batista. A la mentira se une el robo de los logros de otros: «El gran movimiento de alfabetización de Cuba no se hizo bajo Fidel Castro, como se dice, sino bajo Batista, que venía de una familia muy pobre, con muchas dificultades para estudiar. El buscó por todos los medios una alfabetización que llegara a todos los rincones. Cuando Castro llega no había tantos analfabetos como se dijo. Falsearon las cifras. Cuba tenía un 23 por ciento de analfabetismo y México, en la misma época, pasaba del sesenta por ciento». Batista creó hospitales, tantos que los que utiliza el régimen, la mayor parte se construyó bajo su presidencia.
La verdad como condición de la libertad
Batista buscaba la concordia. El llevó a algunos comunistas y revoltosos a su gobierno. Algunos incluso fueron ministros comunistas, primero de Batista y luego de Castro. Cuba en la época de Batista era un gran país, con una constitución, la de 1940, muy moderna. Incluso la de 1902 ya era muy moderna. La de 1940 a muchos les parecía muy socialista, porque concedía el voto a las mujeres, y los extranjeros nacionalizados podían entrar en política de una forma libre.
En un pasaje de la novela, uno de los protagonistas advierte de forma conclusiva que Cuba no será libre hasta que se reconcilie con la verdad. Los cubanos deben reconocer que se aliaron con la mentira y que le dieron el poder a un mentiroso y a un asesino. Zoe Valdés amplía ese comentario: «es lo primero que hay que hacer en el camino hacia la libertad. Yo entrevisté a muchas personas para este libro, una de ellas había sido en la época un gran antibatista y muy procastrista, vive exiliado porque luego entró en contradicción con Castro, y le pregunté que cómo explicaba lo que había pasado y me dijo que todo eso pasó porque creían que vivían en país que era lo peor del mundo, porque vivían en un complejo de inferioridad».
Pájaro lindo de la madrugá forma parte de una trilogía. La primera novela de la trilogía se dedicó a Castro. La segunda a Batista. «Empecé la trilogía por lo peor que ha tenido Cuba, la continúo por el hombre más equilibrado, y la terminaré por la figura más importante y más universal que ha tenido Cuba». No quiere revelar esa figura. Nos deja con la intriga, y con el sabor imborrable de una gran novela.