El debutante Nestor Ruiz Medina se vale de 21 planos secuencia para narrar la historia de una pareja que se gana la vida con esta red social.
El próximo 19 de enero, Filmin estrena en exclusiva en España el primer largometraje de Néstor Ruiz Medina: «21 Paraíso». La película, que fue distribuida en cines por Begin Again y que antes había pasado por los festivales de Tallín y Sevilla, relata la vida de una pareja, Julia (María Lázaro) y Mateo (Fernando Barona), que viven en un entorno completamente rural y que obtiene ingresos compartiendo vídeos sexuales a través de Onlyfans, un servicio de suscripción en el que los creadores de contenido comparten su trabajo con sus «fanes», y que se ha hecho especialmente popular en el mundo del porno amateur. Rodada en 16 mm. e integrada por 21 planos secuencia, la película exhibe 21 momentos en la vida de esta pareja en crisis.
La película contaba con un guion de apenas 10 páginas y se rodó después de que los dos protagonistas y el director (pareja en la vida real de María Lázaro) conviviesen durante meses: «Conocíamos a los personajes y conocíamos muy bien la historia que queríamos contar, llevamos profundizando en ella durante meses. En el rodaje lo único que había que hacer era fluir y escuchar», expone el director.
Ruiz Medina explica el por qué de filmar estos 21 planos secuencia (con la dificultad que implica hacerlo en celuloide, que no permite la repetición continua de tomas) para narrar la historia de Julia y Mateo: «quería que cada uno de los 21 instantes que componen el largometraje fueran únicos e irrepetibles para captar de alguna manera la realidad del mundo que habíamos creado».
«Estamos más acostumbrados a ver una muerte en el cine que una masturbación», afirma Ruiz Medina, que cree necesario «plantearnos cómo se ve el sexo en nuestra sociedad». Su película aborda la representación de las relaciones sexuales sin tabús, algo que exigió a sus dos protagonistas una dosis extra de arrojo. «Trabajamos con un equipo técnico que nos conocemos como si fuéramos casi una familia. Eso hizo que en el rodaje todo fuera mucho más cómodo y ellos se sintieran entre algodones en los momentos que se tenían que desnudar», concluye Ruiz Medina.