Lo primero que sorprende, antes de entrar en Shangrilá Dim Sum Bar es la cola de espera en la puerta. Treinta personas comen dentro y otras treinta esperan su turno. Todos los días. Por la mañana y por la noche. Algunos están de paso por Madrid, o por los barrios del centro, o por esta calle, que es el Chinatown de la capital. Pero la mayoría trabajan en la zona, en los comercios, en las oficinas. La carta dice que se trata de comida casera china. Sobre algunas mesas hay sartenes con guisos de verduras y gambas, de verduras y carne, tallarines, arroz. Pero el dim sum es la estrella. Un neón en el escaparate promete que los precios del dim sum parten de un euro. El servicio es rápido. La comida es ágil. Las mesas se desocupan pronto, y otros se sientann en el sitio vacío. El yin y el yang. Los que han esperado, los que han llegado tarde, se sientan a la mesa sin prisa. Benditos, siempre, los últimos. La fila, en la puerta, no se disuelve hasta pasadas las tres de la tarde. El 26 de septiembre celebra el Día Internacional del Dumpling. Una fiesta golosa.
Un repaso a la carta nos dice que hay unos treinta platos: sopas, arroces fritos, tallarines salteados, con pollo, gambas, ternera. Las verduras están presentes en casi todos los platos: loto, espárragos, berenjena china, col, brócoli, setas. Destacan las sopas, pero sobre todo el caldo de las preparaciones con vegetales, y la textura tersa de los pimientos, las cebollas.
En Shangrilá Dim Sum Bar no dejas nada en el plato, porque el fondo de las preparaciones tiene un sabor intenso. Los precios son baratos: oscilan entre 1€ (precio de las bolas de arroz con sésamo y salsa roja) y los 8,95€, máximo que alcanzan los platos de carne: pato asado (8,95€) o las costillas de cerdo (7,25€). Las sartenes de pollo, ternera, gambas o calamares con verduras, otro de los platos estrellas de la casa, están en esa banda de precios. Nuestra imagen de portada corresponde a una sartén de verduras con gambas. El picante se gradúa en función del gusto de cada uno.
Comida casera
El local, bien decorado, con colores alegres, llama la atención desde la calle. Las recetas tienen el sabor y el aroma de Hong Kong. Hay sopas con recetas que vienen de familia. Si quieres saber a qué sabe la auténtica comida china tradicional y los dim sum más caseros, Shangrilá Dim sum Bar es un lugar perfecto para probarla. Su carta hace un repaso por la cocina tradicional, con un recetario clásico que pone el foco en los dim sum, estas pequeñas empanadillas al vapor rellenas de verduras, gambas o carne de cerdo y ternera, tan tradicionales de la cocina china. Están elaboradas a mano y de forma casera por el cocinero del propio restaurante. Se pueden tomar a la plancha, al vapor, en sopa… de fécula de patata, de trigo, arroz… y rellenos de gambas, carne, vegetales…. ¡Hay tantas combinaciones!
Shangrilá también ofrece una gran variedad de salteados: de pollo, ternera, gambas, todos con verduras del país, como loto, espárragos, col y berenjena chinas…unas exquisitas costillas de cerdo o pato asado. En el apartado picante, destacan las sartenes de pollo, ternera, gambas o calamares con verduras y la casquería se hace presente en callos de ternera o cerdo salteados con puerro. Sin olvidar los platos de pasta, como los tallarines chinos con salsa de la casa (receta de la abuela de uno de los propietarios), al igual que la sopa de tallarines caseros o el dim sum triangular de fécula de patata relleno de carne. Los postres son más que aceptables, y destaca el Poki de mango, fresco y aromático.