Argel Confidencial es una serie corta, apenas cuatro capítulos, rápida, eficaz y con ingredientes suficientes como para dedicarle una horas. Desarrolla un triángulo de intrigas entre Alemania, Argel y la Cabilia, la región del norte del país, de montes boscosos, habitada mayoritariamente por bereberes. Varias tramas se cruzan en el relato: el amor de un policía alemán y una juez argelina, un fabricante de armas, los funcionarios del ministerio alemán de exteriores y las conspiraciones militares en Argelia. Como comparsas, los terroristas islamistas de Al Qaeda. Y de fondo en la historia, las matanzas a cuchillo perpetradas en la región de Cabilia por los fanáticos del Frente Islámico de Salvación en los años 90.
Argel Confidencial es una serie francoalemana. Se trata un thriller de espías ambientado en la Argelia contemporánea, en los años finales del gobierno de Bouteflika. La miniserie, formada por 4 episodios de 45 minutos, está basada en la novela de Oliver Bottini «Ein paar Tage Licht» (Un par de días de luz). Abdel Raouf Dafri, guionista de «El profeta», firma la adaptación y pone sobre la mesa asuntos tan jugosos como la geopolítica actual, el fundamentalismo islámico o el tráfico de armas. Antes, Alemania invadía otros países con sus armas. Ahora, los invade vendiéndoselas, comenta el productor Mario Krebs. No deja de ser un comentario muy de marketing para vender la serie.
En el relato, el pasado se hace presente. No solo por algún excombatiente francés de los tiempos de la colonia, sino por las referencias al terrorismo de los años 90. La evolución de Argelia no ha sido lo que se esperaba. «Los franceses nos trataban mal, pero luego los que ganaron la independencia nos trataron como perros». Esta es la reflexión de un viejo exiliado en Alemania que no ha querido regresar a casa. La conspiración que está en la trama principal de Argel Confidencial promete, ahora sí, el amanecer dorado, la democracia. Y con esa esperanza se juega en la serie.
Los protagonistas son en parte los hijos de la guerra civil que se desató con el triunfo electoral del Frente Islámico de Salvación en los años 90, al que siguió el golpe de los militares, y el mandato de Bouteflika. Una dictadura para sofocar el ascenso del islamismo. El islam radical se dedicó al terrorismo, a degollar a todo lo que encontraba en los montes del norte de Argelia, la Cabilia. Las matanzas fueron espantosas. La represión de los militares, estuvo a la altura criminal del terrorismo. Los generales siguieron controlando los enormes ingresos del petróleo y del gas, ese gas que ahora nos sale más caro.
Ralf Eley (Ken Duken), un inspector de policía de la embajada alemana en Argelia, mantiene una relación prohibida con Amel (Hania Amar), una fiscal argelina. Una pareja entre una musulmana y un cristiano no se admite. El secuestro de un traficante de armas alemán los arroja a un conflicto de intereses: mientras encabezan cada lado de la investigación, descubren un escándalo de corrupción que pondrá a prueba su lealtad, tanto a su país como, en última instancia, a ellos mismos. Todo esto en un contexto insurrecto en el que la democracia está magullada por el terrorismo y por la corrupción.
Argel Confidencial nos refresca la memoria de lo que ha sido Argelia en los últimos veinte años, y nos ayuda a entender algo mejor el pasado y el presente de un país que tiene una gran influencia en el nuestro. No es ese el propósito de la serie, que busca sobre todo entretenernos la tarde. Y lo consigue con eficacia. Merece dedicarle su tiempo.
El actor berlinés Ken Duken («Dos vidas», «Malditos bastardos») encabeza el reparto, que además cuenta con Hania Amar («El Cairo confidencial»), Sofiane Zermani («Los salvajes») y Dali Benssalah («Sin tiempo para morir»).
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