Obiang Nguema preside Guinea Ecuatorial desde hace 45 años. Es el presidente más longevo de África, con el mandato más largo y absoluto de todas las naciones africanas. Tomó el poder con un golpe de estado contra Macías, un tirano loco. La ilusión de los guineanos de que aquello se convirtiera en una democracia duró apenas unas horas. Los esbirros de Macías se pusieron al servicio del nuevo jefe en apenas un par de días. La diáspora de Guinea Ecuatorial continuó. Sobre todo hacia España. Armengol Engonga conversa en esta entrevista con Alfredo Urdaci sobre el futuro de Guinea Ecuatorial. Un país rico. La riqueza de petróleo, gas, recursos mineros, madera y agricultura, hacen de Guinea un pozo de riqueza. Pero esa riqueza la disfruta el cinco por ciento de la población. Está en manos de Obiang y su camarilla. Armengol preside el Partido del Progreso. Y afirma que el cambio en Guinea Ecuatorial está muy cerca.
«No hay mal ni bien que cien años dure», afirma Armengol Engonga. Ha llegado a la cita puntual y arreglado con una corrección austera y colorista. Es la segunda conversación que mantenemos. Armengol preside un partido que busca el cambio en Guinea Ecuatorial. «Vine a España a estudiar. Vine cuando Guinea Ecuatorial todavía era provincia española. Fuimos la primera provincia que tuvo un estatuto de autonomía, en 1964. Hasta 1968 tuvimos un presidente que era presidente de la autonomía y teníamos procuradores en las Cortes de Franco». Armengol es del continente. Guinea Ecuatorial tiene varios territorios: islas como Bioko, Corisco o Anobón, y el territorio continental, también llamado Rio Muni.
Estudió Ingeniería Agraria en León, donde se gradúa en la cuarta promoción. Se instaló en Guadalajara. Se casó. Tiene tres hijos. Y hoy se dedica plenamente a la actividad política, es decir a concienciar a los guineanos de que el cambio es posible, de que se puede gobernar de otra forma, y a las instituciones internacionales a llamar la atención sobre una tiranía que ha dilapidado los recursos de un país rico, inmensamente rico, y ha violado los derechos de los ciudadanos de forma reiterada. Armengol dio un paso hacia la política cuando su hermano murió después de años de torturas en las cárceles de Macías. «Todos nosotros hemos tenido varias bajas en la familia», dice refiriéndose a los guineanos que viven en España.
Armengol está convencido, y lo argumenta, de que el cambio en Guinea Ecuatorial está cerca. Descarta la herencia de la tiranía. Obiang planea que a su muerte, su hijo Teodoro herede el poder. A Teodoro, llamado «Teodorín», Armengol le define como un «analfabeto funcional», condenado en varios países por utilizar el dinero de Guinea para su disfrute personal. Armengol está convencido de que los Estados Unidos trabajan para el cambio. También la Unión Europea.
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