‘Bliss’, un puñetazo en la cara

Bliss es una fascinante cinta de género que no deja indiferente, sólo apta para amantes de las atracciones con mayor aceleración de las ferias

Sinopsis

Dezzy es una pintora en plena crisis creativa, con problemas financieros, abandonada por su agente, con un medio novio que no acaba de llenar su vida y una tendencia a consumir todo tipo de sustancias. A la búsqueda de la chispa creativo o tratando de escapar de la realidad, Dezzy se embarca en una espiral de alcohol, drogas, sexo y violencia.

Ficha técnica

• Director: Joe Begos
• Guión: Joe Begos
• Reparto: Dora Madison, Tru Collins, Rhys Wakefield, George Wendt, Abraham Benrubi, Chris Mckenna, Graham Skipper, Jeremy Gardner, Jesse Merlin
• País: EE.UU.
• Duración: 80 minutos
• Música: Steve Moore
• Fotografía: Mike Testin

Comentario

Tras su paso por Sitges,tuvimos ocasión de disfrutarla en la 30 Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Ahora, de la mano de Begin Again Films, Bliss se estrena en las salas de cine, aunque de modo algo limitado.

Dora Madison lleva la cinta sobre sus hombros. Porque Dezzy no sólo es el personaje principal, es la película. Es muy interesante su paso del viaje alucinógeno pasivo al paroxismo de violencia o a los momentos de apasionada creación o de intensa sexualidad. Los amigos de Dezzy, Courtney y Dante, son fríos e inquietantemente magnéticos. Y Clive, Jeremy Gardner, es ideal como novio que no acaba de comprender la potencia que esconde en su chica.

Begos es un fan del género de terror que en esta cinta demuestra su saber hacer. Aunque la película comienza con un inicio tranquilo, la acción acelera gradualmente hasta su clímax. Y en el camino logra arrastrarnos como un torbellino que progresivamente se vuelve más vertiginoso. La cinta va de viaje en viaje, de flash en flash, de impacto visual en impacto visual. Finalmente, la espiral de creación y destrucción desemboca en un final abrupto e inesperado. Hay quién ha querido ver una reflexión sobre la autodestrucción que implica la creación artística.

Pero su efecto lo obtiene de lo visual por encima de posibles reflexiones. El tratamiento del color es muy similar al que Panos cosmatos hace en Mandy. Bliss sucede fundamentalmente de noche y en espacios cerrados, con mucho neón y humo. Con un uso intensivo de flashes, luces estroboscópicas y primeros planos brutales, Begos refuerza la sensación de estar ahí, casi como si el espectador fuera el que ha tomado algo. Y todo esto lo logra en unos compactos y muy bien aprovechados 80 minutos de puro frenesí.

Pero más allá del trabajo de Dora Madison, del manejo del color, de los flashes, lo que resulta fascinante es el impacto del conjunto, como de cuadro impresionista. Bliss es más que recomendable para quién tenga cerca una sala que la proyecte y no tenga miedo a las experiencias intensas e impactantes. Sólo un pequeño detalle, cuidado si sufres brotes de epilepsia.

Tráiler

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