Buenos días, España. 14 de diciembre

Cuando el hombre de bosque hacía aspavientos en la tribuna del Congreso por las palabras de Abascal, que cada hora que pasa parecen más premonitorias, cuando movía sus ramas atolondrado, y agitaba sus manazas, ya sabía que él y su partido iban a entregar la alcaldía de Pamplona a Bildu, es decir, la rama tecnócrata de la ETA. Es un regalo más de los Sánchez y los López a los que pegaban un tiro en la nuca a los socialistas y nunca se arrepintieron de coserles al suelo a balazos.

Primero retiraron a la Guardia Civil de las carreteras, luego entregaron la federación de municipios a Bildu, ahora le entregan la alcaldía de Pamplona, y luego vendrán las alcaldías de otros pueblos y ciudades en las que la suma de la rosa socialista y la serpiente de Bildu pueden cuajar una mayoría, que ayer parecía contra natura y hoy confunde a los dos partidos en uno solo, fundidos en el destino sanchista. Los sucesos de este martes, los presagios que anuncian, son de una gravedad extrema.

No parece un cierre de la historia sino una sumisión, una apertura de piernas del socialismo para que desfilen por su matriz los orcos que hicieron de la brutalidad criminal su forma de hacer patria. El destrozo del socialismo navarro es mucho más grave que el que practicaron Urralburu y Aragón, condenados a once y siete años por corrupción, los dos continuadores de Roldán, que en Pamplona comenzó su historia de codicia sin límite. Gracias a Sánchez, Bildu se apodera de la Pompaelo romana, de la vieja capital del reino de Navarra, que se unió a Castilla. El poco aparato ético que le quedaba al socialismo navarro ha sido pulverizado por el caudillo, vestido de azul, que nos gobierna. Rotos todos los puentes entre el PSOE y la Unión del Pueblo Navarro, que ganó las elecciones municipales, en enfrentamiento deriva ahora hacia un escenario callejero. Y en Navarra la calle no suele tener matices. Se trata por tanto de un triunfo más de un presidente, de nuestro querido Fuhrer, que ha hecho de la discordia su programa de gobierno, su estilo y su fin, su apuesta más genuina.

Es un nuevo fraude del PSOE. Es el pago a Bildu por hacer al caudillo Sánchez presidente del gobierno. El muro comienza su construcción en Navarra, y la izquierda separatista ya prepara una concentración en la plaza del Ayuntamiento para el día que Asirón asome el pedernal de su cabeza por el balcón del consistorio, para celebrar esa victoria, para jalear esa conquista, que no es un triunfo en las urnas, porque Bildu tiene apenas 8 concejales. Ningún votante socialista entregó su confianza al PSOE para que entregara la alcaldía de Pamplona a Bildu. Esto solo es el pago de un sujeto que es capaz de entregar lo que le pidan con la condición de mantener el poder. No hay proyecto de ciudad que justifique el relevo en la alcaldía, no existe plan de gobierno que fundamente el cambio, ni necesidad de ejecutarlo más allá del cobro de uno de los pagos a plazos con los que el secesionismo vasco permitió la investidura.

El mismo que ayer recordaba el fugado de Waterloo cuando en estilo mafioso y camorrista, le advertía a Sánchez que si las promesas no se cumplen las cosas se van a poner feas. El gobierno de la nación ha hipotecado su supervivencia a las urgencias de unos macarras que de forma continua le enseñan la salida si no paga. Y Sánchez paga, Sánchez cumple. Al menos cumple con la secesión, que es con la única que respeta sus promesas, con la única que no cambia de opinión, porque aquí no puede.

Uno se pregunta qué pesarán los votantes socialistas, convertidos en muñecos, utilizados como títeres, engañados por un dirigente que hoy asegura y mañana deshace, que hoy promete y mañana traiciona, y que solo disfruta en el goce obsceno de su infinito narcisismo. Le hemos visto en el parlamento europeo, le hemos visto con vergüenza ajena, cómo abandona la sala cuando no le gusta lo que está escuchando, y solo acierta a decir que todo el que le lleve la contraria, todo el que le recuerde sus ejercicios inútiles de vanidad es de Vox, habla como Vox y camina como los de Vox.

Un presidente que no es capaz de aguantar que le digan que su presidencia de turno ha sido un desastre, que deja atrás un rastro de escombros de los seis meses que ha ejercido el cargo, es poco más que un infante caprichoso sin el más mínimo decoro. Manfred Weber debió de pensar que estaba ante un fantoche de paja, un hombre inconsistente, incapaz de soportar una réplica. Combinen la escena de este martes, cuando por primera vez un presidente de turno de la unión abandona el parlamento en un debate, con la fiesta cuqui de la presentación de su libro, en la que se pusieron todos los recursos del estado para el éxito de un libro de la editorial Planeta firmado por la negra Lozano, mujer de prosa zumbona, y díganme si esto es presentable en casa y fuera de casa, si con esto llegamos a algún sitio además de a armar unos chistes y hacernos unas risas.

Sánchez es un experto en fugas, como lo es el fugado de Waterloo. La única diferencia es que uno va en el maletero de un utilitario y el otro viaja en Falcón. Sánchez huye del debate de la amnistía, escapa de la sesión de control, se marcha a la francesa de Estrasburgo, y solo comparece cuando es la reina madre en el escenario, rodeada de mayordomos, con un público formado por ministros y por la alegre muchachada que le sirven los empleados de Yolanda, o con un mediador contratado en El Salvador.

Para que le echáramos de menos dejó en Madrid a Óscar Puente, un tipo que parece salido de la banda de los Peaky Blinders. Puente habla como si se acabara de quitar el palillo de la boca, como si se lo hubiera colocado en la oreja, a la espera de una nueva maniobra de escarbada interdental. Dijo Puente que Bildu merece la alcaldía de Pamplona porque es un partido democrático. Ya hemos dicho aquí algún día que el socialismo hace el ridículo cuando recurre a la cursilería, a la poesía y al eufemismo. Pachi López, el hombre del bosque es creíble cuando afirma que a los jueces hay que darles un toque para que se enteren, o cuando pega un manotazo en el atril con su mano peluda para no responder a Vito Quiles. Pero cuando se pone tierno provoca una piadosa compasión. Cuando Puente se pone a intentar argumentar se pierde. Es preferible que haga el jabalí, porque ahí encuentra su naturaleza de cuadrúpedo, ahí está cómodo. En la sutileza nos decepciona.

Los primeros que no se creen esa afirmación son los diputados que tomaron la franquicia de la ETA. De democráticos nada. Están ahí para construir la república socialista y excluyente de las provincias vascongadas. Ese ha sido su programa y su proyecto. Nunca renunciaron a él, y solo dejaron las pistolas cuando Zapatero les garantizó que podrían conseguir lo mismo por otras vías, porque el Partido socialista está ahí para ayudarles a lograr sus propósitos, como se viene demostrando desde hace meses. Bildu fue una línea roja para el PSOE, hoy con esa línea se han hecho un lazo y se lo han puesto en el moño.

Antes de su fuga del parlamento europeo hemos oído a Sánchez decir, en Europa, que en España los jueces hacen política. Suscribe así y respalda las palabras de la portavoz secesionista en el Congreso de los diputados, que ha señalado a jueces y periodistas como integrantes de la primera purga. Es de suponer que ahora le pedirán a las juventudes socialistas de Alicante la guillotina que afilaron con el cuello de Rajoy, lista para montar en la plaza de la república un buen oficio de limpieza, un castigo ejemplar para los que aplicaron las leyes o se dedicaron a la información y a la opinión.

Termino con otra broma de las que suele utilizar Ursula von der Layen. Dice así la señora:  «Si miro hacia atrás a la presidencia española las primeras imágenes que me vienen a la mente son esos lugares que te quitan el aliento. Las Colecciones Reales en Madrid, maravillosas. La Alhambra en Granada, única. “ Bien, querida Ursula, todo eso lo ves porque estaba mucho antes de que llegara Sánchez, y lo ves porque Sánchez no lo ha tenido que vender para comprar unos votos. Y reza para que tu amigo no necesite en ningún momento de su vida vender el patrimonio nacional, que lo haría sin despeinarse, por la convivencia, por la fraternidad, como dijo Pachi López. A un gobernante que apostado por la discordia le viene muy bien una presidenta europea que apuesta por la cursilería y el patetismo.

Esto ha sido Buenos días España, en Estudio Radio, la radio global en español.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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