Pintura

José Manuel Ciria: «mis cuadros no dan paz, pero se convierten en amigos»

José Manuel Ciria habita un estudio grande en una zona industrial del noroeste de Madrid. La planta tiene dos grandes salas en las que guarda cuadros de grandes dimensiones: "ahora estoy trabajando en una serie de cuadros gigantescos". Ciria es cordial, de risa ciclónica y grave. Andrés Isaac le definió así: " Ciria es todo aquello que si yo fuera artista terminaría siendo exactamente igual. Apasionado, frontal, sistemático, coherente, oportuno, generoso y brillante" Su pintura también responde a esa ráfaga de adjetivos. Fuma sin descanso y pone todo a la entrevista con un güisqui civilizado, que es el que uno se toma a la hora del aperitivo.

Paul Klee y el arte moderno

En el inicio de este ensayo, Paul Klee reconoce que el pintor habla por su obra, que es la obra la que se debe expresar. Usar las palabras para dar razón de la pintura, equivale a desplazar el foco de atención, favorecer el contenido por encima de la forma, que queda desplazada. El ensayo de Klee obedece a la certeza de que el arte moderno se ha desconectado del público. Y el pintor ofrece una explicación de los procesos creativos que acontecen en la mente del artista hasta la gestación de la obra. "Trataré de darles un atisbo de cómo es el taller del pintor, y creo que entonces llegaremos a entendernos", asegura.

Pierre Bonnard y Henri Matisse, cartas entre dos amigos

“Creo que hay entre nosotros dos un entendimiento simpático”, le escribe Pierre Bonnard a su amigo Matisse en marzo de 1942. La guerra está su apogeo. Matisse se ha trasladado a Cimiez, vive en el hotel Régina. Bonnard está enclaustrado en Cannet. Cuando Bonnard apunta a esa conexión anímica, en realidad llevan casi cuarenta años de amistad. Bonnard tiene necesidad de ver una pintura que no sea la suya. Matisse: “tengo necesidad de ver a alguien y es a usted a quien quiero ver”. Son dos grandes pintores, aislados. Bonnard sueña con alcanzar lo absoluto. Matisse, en su última carta, fechada el 7 de mayo de 1946: “Giotto es para mí la suma de mis deseos, pero el camino que conduce hacia un equivalente, en nuestra época, es demasiado importante para una sola vía. Sin embargo, las etapas son interesantes”.

Lita Cabellut: «Yo, cuando pinto, me duele»

Esta conversación forma parte del libro Cuéntame algo bueno. Conversaciones con mujeres. Editado por Ludiana, es un tomo que reúne conversaciones con 43 mujeres, de todos los ámbitos, desde las letras a la medicina, pasando por las Fuerzas Armadas. Nos vemos en Sevilla, en una mañana amarilla y cálida de octubre. Antes fue en Madrid, en El Prado, el día que Lita Cabellut dijo que Goya es la Guardia civil de la ética, el día que enrolló el lienzo de una de sus pinturas, un retrato, para golpearlo hasta dejar sobre la mesa un resto de cascotes que algunos creyentes se llevaban como reliquias. La pintura, arruinada, tenía la magia de un desastre azaroso. Lita Cabellut, Manolita, llega vestida de negro, el cabello negro, los ojos negros, como si viniera de un tiempo remoto. Evita el relato de una infancia triste. No quiere esa leyenda. Tiene una sonrisa reciente, serena, y una mirada viva, enérgica. Luego sacaremos a la calle un sillón para la foto, como rebuscadores. Se sienta en el trono como una reina callejera, esta mujer arrebatada.

Jawlensky, la vía mística del retrato

Es una fiesta. Encontrar de nuevo a uno de esos pintores que eran marginales en las clases de historia del arte contemporáneo y hallar una obra de una intensidad de color y de una profundidad espiritual como la de Jawlensky es una fiesta. Contemplar su obra en la soledad de unas salas vacías es un privilegio. El 9 de febrero la Fundación Mapfre inauguraba esta muestra de la obra de Jawlensky en un Madrid vacío, por la pandemia y por el temporal de agua y viento que barría las calles

‘Mi Rembrandt’, la vida dramática de los cuadros del genio holandés

Rembrandt fue un pintor de vida compleja, polémica, turbulenta. Y parece como si ese estilo personal de ser siguiera vivo en la azarosa y dramática vida de sus cuadros. El auge del documental nos está sirviendo obras de un gran interés, y Mi Rembrandt, que podemos ver en Filmin, es una muestra de ese renacimiento de un género que ha evolucionado en su narrativa. Mi Rembrandt es un puzzle, un mosaico de historias, de pasiones, de obsesiones incluso por la obra del holandés. 350 años después de su muerte, los enigmas siguen vivos, la codicia intacta, las intrigas para hacerse con una obra se desarrollan en tramas de enredos y solo unos pocos privilegiados pueden sentarse a leer en el salón de su palacio frente a un cuadro del pintor.

Vuelven las exposiciones, del expresionismo alemán a Lee Krasner

Los museos nacionales vuelven a la vida. Después de meses de cierre, se sacuden el polvo de la clausura y abren sus puertas. Con seguridad. Y con recomendaciones para que no nos agrupemos en torno a las obras. Cuando se guardan las distancias, las obras se aprecian mejor. Este es un repaso de lo que podemos ver, el algunos casos ya, porque los museos han prorrogado algunas exposiciones y en otros casos a partir de m este septiembre, o en los meses venideros. Recuerden que la exposición sobre Rembrandt y los retratos de la época de finales del XVI hasta 1670 que cuelga en el Thyssen se termina este fin de semana, el 30 de agosto. Pero en octubre llega una nueva, con el foco puesto en el expresionismo alemán.

Mark Rothko y ‘Los irascibles’ en la Fundación March

Llegan a la March Los irascibles: pintores contra el museo (Nueva York, 1950), una muestra compacta de tan solo 18 obras mayores que rememora, setenta años después, un momento decisivo en la historia del arte norteamericano. El grupo nació con la protesta colectiva de 18 artistas de la Escuela de Nueva York contra la exposición American Painting Today: 1950, programada por el Metropolitan Museum of Art, en la que estos artistas no se consideraban representados
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