He tenido el placer de entrevistar a Cherry Chic tras la publicación de la bilogía Rose Lake. Ella ya ha creado un universo literario difícil de olvidar con sus sagas familiares como Sin Mar, Valientes o Los Dunas, de todas ellas tratamos en esta entrevista, donde además nos cuenta cómo ha llegado a convertirse en una de las autoras más relevantes en comedia romántica en nuestro país
Buenas, en primer lugar darte las gracias por la cantidad de horas que he estado inmersa leyendo tus historias. Por eso quería saber cuándo y por qué empiezas a escribir ¿Siempre tuviste claro que te dedicarías a la escritura?
¡Hola, Laura!
No, en realidad la escritura era mi pasión, pero nunca pensé que llegaría a dedicarme a esto. Es un mundo complicado y cuesta hacerse un hueco. Cuando publiqué mi primera novela no tenía muchas expectativas, así que ha sido toda una sorpresa.
Tu verdadero nombre es Lorena, pero todos te conocemos como Cherry Chic ¿Crees que en algún momento recuperarás tu verdadero nombre para publicar tus proyectos o siempre irás asociado al pseudónimo? ¿Por qué Cherry Chic?
Uso Cherry Chic porque al principio, cuando publiqué mi primer libro lo hice de modo anónimo, nadie mi entorno salvo mi familia sabía que escribía, así que busqué un seudónimo que me ayudase a mantenerme en el anonimato por si no salía bien. Cuando la novela comenzó a funcionar seguí utilizándolo para no confundir a la gente y en este punto de mi vida creo que ya no tendría mucho sentido quitar el Cherry Chic, aunque nunca se sabe.
Una de las cosas más sorprendentes y emocionantes al leerte es saber que la mayoría de tus libros no son autoconclusivos, eso para los lectores es un alivio al saber que volveremos a reencontrarnos con los personajes y es que la serie Sin Mar y Los Dunas nos muestran a dos familias con sus pequeñas historias de amor, superación y admiración, pero ¿Por qué crees que se ha convertido la saga Sin Mar en un imprescindible entre tus lectores? ¿Qué crees que tienen de especial para que con el tiempo se quiera seguir sabiendo de ellos?
La verdad es que todavía me sigue sorprendiendo mucho la cantidad de gente que ha leído sin Mar, teniendo en cuenta que son libros autoeditados y no están en librerías. Creo que lo que hace especial a esa serie es precisamente que la escribí en un momento de mi vida en el que yo misma necesitaba despejarme y reírme. Para mí siempre serán especiales, porque creo que fueron los que abrieron la puerta para que yo pudiera dedicarme a esto.
Seguro que es una pregunta que te han hecho mil veces pero ¿Cómo se origina el universo Sin Mar? ¿Crees que algún día pondrás fin a esta familia? Y es que la saga Valientes sigue reuniendo a estos inolvidables personajes
Salió de la necesidad de reír. Las primeras frases que escribí no tenía nada claro, ni siquiera cuántos hermanos iban a ser. La duda se despejó esa misma noche pero, durante unos instantes, solo fuimos Julieta y yo. Ni en sueños hubiese imaginado a dónde iba a llegar esto. Si la familia crecerá más no lo sé, porque ahora mismo no es la idea pero mi cabeza suele hacer “clic” en determinados momentos y no puedo jurar que en el futuro no me dé por hacerles otra historia.
Además hablando de Sin Mar o más bien de Valientes, en apenas unos meses sale su tercera parte Tú y yo, aunque arda el mundo. La historia de Junior (que por cierto, yo ya he leído porque no me podía resistir) ¿Fue idea tuya seguir escribiendo sobre los Acosta y los León, o más bien fue “presión” por parte de los lectores?
Fue un poco de todo. Los lectores tenían ganas pero yo, además, sentía que esa historia tenía que ser contada. En realidad, mis lectores siempre quieren más y yo lo agradezco muchísimo porque eso significa que les enamora mi trabajo, pero en esta ocasión coincidió que yo también sentía que necesitaba más. Si algo tengo claro es que nunca voy a obligarme a escribir algo que no me apetece.
Hace apenas unos meses publicaste Cuando el cielo se rompa y se caigan las estrellas y ahora su continuación Cuando se acabe el invierno y volvamos a volar, ambas historias se ambientan en Rose Lake, un pequeño pueblo americano. Esta novela deja atrás el toque de comedia y excentricidad de tus personajes y se centra más en la parte emotiva ¿Te costó dar ese paso hacia algo más íntimo? ¿Qué tiene de especial Rose Lake?
No me costó tanto dar el paso a algo más sentimental porque tenía muchas ganas de probar. No he renunciado a la comedia, creo que es muy necesaria todavía y, de hecho, planeo hacer algo con mucho más humor en algún momento, pero en Rose Lake necesitaba un lenguaje mucho más neutro, teniendo en cuenta que transcurre en Estados Unidos y eso ya quita mucho humor español a la novela.
Respecto a lo especial de este pueblecito… pues no sé, a mí me gusta pensar que se ha convertido en un lugar seguro para mis lectoras, como también lo es para mí.
Maia deja su ciudad natal con tan solo 17 años acompañada de su madre, su abuelo acaba de fallecer y su padre se encuentra en otro continente. Además su existencia es desconocida por la familia paterna, ella se replantea todo su mundo pero ¿Qué tiene Rose Lake para que ella pueda amar ese lugar?
Lo bonito de Maia es que, al principio, Rose Lake no tiene nada. De hecho lo odia. Es cuando se adentra en las peculiaridades del pueblo y empieza a conocer a los vecinos cuando se enamora, lo que me lleva a pensar que lo que realmente hace especial Rose Lake no es el pueblo en sí, sino la gente que lo habita.
En medio de la vorágine familiar en la que se encuentra Maia conoce a Kellan y su música, este hace que ella cambie su manera de comportarse y sentir pero no todo es sencillo para ambos ¿Por qué es tan alta la complicidad entre ellos? ¿Crees que esta pareja es la más intensa que has escrito?
No sé si es la más intensa, pero desde luego es la que más perdida ha estado jajajaja. Creo que conectan tan bien porque los dos han perdido cosas muy importantes en la vida de cualquiera. Están intentando aprender a vivir de nuevo con los huecos que el dolor va dejando y se convierten en un apoyo fundamental uno para el otro.
Pero en Rose Lake la historia de Maia y Kellan no es la única relevante y es que surgen nuevos idilios que ayudan a crear una trama más compleja y adulta, especialmente reseñable es la que hay con los padres de Maia, pero no es todo amor en ese pequeño pueblo y es que también hay reticencias, miedos, traumas… ¿Es quizás esta tu novela más densa? ¿Por qué tantos sentimientos encontrados, por qué tanto miedo a sentir?
Cada vez más me gusta hacer novelas de personajes reales. Personajes con los que la gente pueda identificarse y alejados de ese mito de perfección. Y creo que ese es el motivo por el que conectan tan bien las lectoras. Todas las personas somos imperfectas y caóticas en algún momento de nuestra vida. Hacemos cosas bien, pero también mal. Tenemos miedos, anhelos, triunfos y decepciones que nos hacen ser quienes somos.
La primera parte de la historia se narra casi en forma de despedida, en un adiós en donde expresas todo lo vivido. Si no hubiera ocurrido ese suceso ¿Quizás la vida y las decisiones de los personajes habrían sido de otro modo?
Sí, seguro que sí. Al final, todo lo que hacen y son va relacionado con lo que les ha pasado. Es innegable que ese momento determina el futuro de ambos.
Una de las cosas que más disfruto de tus novelas es de los saltos en el tiempo y es que en esta segunda parte, se centra siete años después de la llegada de Maia a Rose Lake donde todo ha cambiado ¿Es quizás el tiempo el mejor remedio para olvidar o es la mejor forma para replantearse todo lo ocurrido?
Creo que el tiempo más que a olvidar, te enseña a madurar. No eres la misma persona a los 17 que a los 24. Maduras, experimentas vivencias que te hacen cambiar y tomar forma de otro modo. Creces a nivel personal. Creo que ese crecimiento era muy necesario en todos los personajes protagonistas.
Pero en Cuando acabe el invierno y volvamos a volar la historia de Maia y Kellan es solo una pequeña parte de la trama y es que Ashley y Brody, amigos de estos, también forman una parte importante de la novela, quizás incluso más especial que la de los protagonistas ¿Cómo te sentiste tú al ponerle más voz a estos personajes? ¿Crees que se merecen una historia propia o son parte infranqueable del universo Rose Lake?
Creo que ya tienen su historia en Rose Lake. Nunca los consideré secundarios, sino protagonistas del libro junto a Maia y Kellan, que también lo eran. Su historia es especial para mí, siempre va a serlo porque Ash tiene algo que me enamoró desde el principio y ha sido un placer moldear su personaje.
En esta última novela el amor no es el elemento clave y es que tratas la fama, el éxito, la familia, los sueños, las limitaciones y te centras también en la familia como pieza que orquesta un universo ¿Por qué abordar la familia de esta forma tan especial y diferente a lo anterior? ¿Qué tienen de especial las familias en tu mundo para que siempre le guardes un lugar referente?
La familia es lo más importante en mi vida. Siempre. Yo no sería quien soy sin todo lo vivido con la mía. Sin su soporte y apoyo. Cuando me dicen que mis historias hablan de familia me siento orgullosa, porque es algo que de forma inevitable se refleja en mis libros. Quiero hablar de las familias siempre y dejar claro que no hay un solo tipo de familia, sino muchos y todos son igual de válidos.
Es imposible entrevistarte y no hacerte esta pregunta ¿Tendremos más de alguna de tus anteriores sagas o el nuevo proyecto en el que te embarques será totalmente diferente a lo que ya has hecho? ¿Estás ya en ello?
Jajajajaja ¡Ya estoy en ello! Si todo va bien, el año que viene llegará algo completamente inédito que estoy escribiendo en estos momentos. Será un libro muy especial para mí, además, de modo que estoy impaciente por ver el resultado y comprobar cómo lo acogen mis lectoras.
Antes de finalizar, sabemos que eres muy activa en redes sociales y que interactúas con frecuencia con tus lectores ¿Cómo es ese acercamiento con ellos? Porque sé que tus encuentros son multitudinarios y llenos de amor y admiración ¿Cómo te sientes ante esas muestras de afecto?
Abrumada, pero feliz. Me cuesta mucho creer que la gente salga de su casa por mí, incluso que esperen una cola de horas para verme. Es maravilloso y no tengo con qué agradecerlo, de verdad. Me encanta estar cerca de mis lectoras pero, por más que lo intento, nunca consigo ponerme al día en redes, porque son muchos los mensajes que llegan (por fortuna). Las firmas son la excusa para poder saludarlas a todas e intercambiar, aunque sea de forma breve, el amor que yo como escritora y ellas como lectoras sentimos con los libros.
Y por último, no podemos acabar la entrevista sin preguntarte por tus lecturas ¿Qué libros nos recomiendas siempre? ¿Con cuál estás actualmente?
Actualmente estoy con Momo y lo tengo bastante parado, porque estoy en un momento intenso de escritura, pero siempre recomendaré a Todos quieren a Daisy Jones o Los siete maridos de Evelyn Hugo, por ejemplo.
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