Tienen más de un millón setecientos mil suscriptores. Su canal se llama Country Life Vlog Se asoman al mundo desde una casa que parece la choza de un hobbit. Cocinan al aire libre, en invierno entre la nieve, en primavera rodeados de pasto, flores, y animales que pacen entre la hierba. Son un matrimonio de Azerbaiyán. Los videos que ponen en Youtube tienen sonido ambiente. Pero ellos apenas hablan. Otros personajes secundarios son un niño, que asiste a los afanes culinarios de la mujer, y un pequeño gato y un cachorro que juegan entre las patas de la mesa. La mujer cocina. El hombre parte la leña, hace el fuego, realiza tareas mecánicas. En la cocina de esta pareja la luz eléctrica no tiene ningún papel. Es cocina de fogata. Apetitosa. Usan hornos rústicos, cazuelas elementales, sartenes arcaicas, y dominan el fuego y el calor hasta conseguir mejores efectos que los que logramos con el horno de vapor y la vitrocerámica.
Cocina de fogata
Hay algo mágico en cocinar sobre el fuego de leña. Algo que nos conecta con el origen de la civilización. Cocinar hizo al hombre, decía Faustino Cordón. Con la cocina empezó la transmisión de técnicas y modos de para preparar los alimentos: la cultura. Aziza y su familia no usan electricidad. Tan solo fogatas, confinadas a veces en un cubo de latón, otras en un fogón improvisado en medio del campo entre ladrillos, en ocasiones en un huevo hecho de piedra en el que meten las brasas para hornear un pastel de baklava.
La familia enseña incluso a construir una primera estufa de ladrillo. La imagen está cuidada, el rodaje es de calidad. Utilizan varias cámaras y el sonido ambiente es claro y limpio. No hablan. Se oye el campo en todos sus tonos. Suena el golpe del machete y el corte intermitente de los cuchillos, el sonido del agua al caer en un recipiente, o el borboteo de un samovar.
Vida en el campo
No hablan, por eso se entiende todo. Lo que vemos en los videos de Aziza y de su familia, en este Country Life Vlog es un lenguaje universal. Estamos unidos, todos los humanos, por el gusto de cocinar, de preparar alimentos sabrosos, por la curiosidad de otras formas de hacerlo, por la admiración ante quien convierte la pobreza en una mesa abundante, llena de color, compuesta con amor por la tierra, con duro trabajo.
Detrás de los videos de Aziza está su hijo, Amiraslan. Cuando comenzó la pandemia, se quedó sin su trabajo como chef en un restaurante de la capital de Azerbaiyán, Bakú. Para Amiraslan fue una oportunidad de compartir con el mundo la cocina de su país. Volvió a casa y comenzó a preparar los videos. En pocos meses tenía más de medio millón de seguidores.
En muchos de los videos vemos una gran sartén de hierro. Le llaman saj. Es un instrumento de cocina de las gentes de Azerbaiyán, que hace tan solo un siglo estaba habitado sobre todo por tribus nómadas. Es una especie de wok con el que cocinan pan. Con dos saj, uno sobre otro a modo de campana construyes un horno que sobre el fuego te permite cocinar cualquier plato, por complejo que sea, desde un guiso de cordero hasta una pizza cubierta de vegetales recién cogidos de la huerta.
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