Dani Ferrairó ha publicado recientemente El suicidio de Willy Malpica, un thriller con toques de suspense del que ya está está preparando su continuación. Esta es su primera novela y nos habla de ella en esta entrevista en Fanfan
En primer lugar, gracias por conceder esta entrevista a Fanfan, por ello una pregunta obligada es ¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Qué es lo que te animó a adentrarte en el mundo de la literatura?
Al contrario. Muchas gracias a vosotros por prestar atención a la novela.
Respondo a tu pregunta con un recuerdo. Tengo seis años. Primero de EGB: casi la Prehistoria. En clase el profesor lee fragmentos de El señor de los anillos y La historia interminable… Todavía oigo su voz, lo escucho hablar de Gandalf y de la Nada. Suelo pensar que ese fue el principio. Supongo. Por lo demás, me veo escribiendo desde siempre, pero sin método ni constancia. Sin herramientas. Soñando más que trabajando. Un buen día me matriculo en la Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès, y es a partir de entonces que me tomo la escritura en serio y me propongo sacar adelante un trabajo bien hecho. Una novela.
Como bien expone tu biografía eres licenciado en Historia contemporánea, además te adentraste en un máster de escritura hace una década, suponemos que en ese tiempo habrás creado varios relatos, o borradores; sin embargo, no es hasta ahora cuando publicas tu primera novela ¿Qué tiene de especial El suicidio de Willy Malpica para que salga a la luz?
No sabría decir. Me cuesta opinar sobre lo que escribo. Etiquetarlo. No soy ningún escritor genial. Eso seguro. Necesito esforzarme, machacar el texto. Imagino que esta novela tiene algo de eso: más trabajo que las anteriores para empezar. Tal vez más exigencia. El tiempo, las lecturas, la experiencia vital, el aprendizaje, la crítica… Y sobre todo la papelera. Imagino que es una mezcla de todo.
A pesar de cómo hemos dicho antes tienes estudios relacionados con la Historia, El suicidio de Willy Malpica es una novela de suspense ¿por qué este género? ¿o siempre tuviste claro escribir un thriller?
Lo único que tenía al principio era una historia que contar. O creía tenerla. Y cuando me puse a escribirla salió negra como el carbón. Por ponerle un nombre. Pero en cierto sentido el resultado no se me hace extraño: hay crímenes, cadáveres, una investigación… ¿Qué otra cosa podía salir? Curiosamente no soy lector habitual de thrillers. Me gustan Marsé, Vargas Llosa, Cercas, Javier Marías. También Chandler, Montalbán, Pérez-Reverte… Vengo a decir que no soy fan de ningún género concreto. Alguien dijo que no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. De eso soy fan: de la buena escritura o de lo que considero buena escritura. La etiqueta y el género me importan menos. O nada.
En El suicidio de Willy Malpica tenemos varias historias, pero sin duda la protagonista es Lola Santos, la periodista encargada del caso. Los dos núcleos principales son la desaparición del bebé y el presunto suicidio de Malpica, dos hechos ajenos entre sí pero Lola cree que tienen un vínculo en común ¿por qué cree ella esa relación entre los casos? ¿Realmente estaba segura de ello o era más bien el morbo periodístico?
No me gustaría contar demasiado ni desvelar nada… Diré que en realidad es Vegas quien sospecha de la relación entre ambos casos. Aunque no es tanto una sospecha como una intuición y, en buena medida, fruto de su obsesión por atrapar al excomisario. Cuando Lola lo pone al corriente de la historia de Sara, Vegas piensa en el abogado Malpica de forma automática. No explicaré el razonamiento que sigue. Pero ahí es donde los casos empiezan a conectar: con un chispazo.
Sara Cruz acude a Lola con la intención de que hallen a su bebé desaparecido, pero ese bebé no consta en ningún registro; solo es su palabra contra la del resto de médicos. Este caso reabre la brecha herida de los niños desaparecidos en los hospitales durante más de tres décadas ¿crees que a día de hoy eso sigue sucediendo en algunos lugares? ¿Por qué decide creerla?
Para la primera pregunta no tengo respuesta. Quién sabe. Ocurrió durante muchas décadas y tal vez se hayan establecido mecanismo de vigilancia y control. El caso de la novela es distinto: decidí tratar el tema como si no hubiera pasado antes. Pretendía que los personajes se enfrentarán al caso del bebé desaparecido sin precedentes ni prejuicios a los que agarrarse. Sin información previa, en definitiva, y con una mirada de asombro. Que se preguntaran cómo era posible y si de verdad algo así podía estar sucediendo.
En cuanto a Lola, su decisión tiene que ver con cierto olfato de periodista: en cuanto tiene delante a Sara y escucha su relato, la cree. Pero me gusta pensar que no es sólo eso: un instinto meramente profesional. Y que la relación de confianza que establecen Sara y Lola se explica por alguna clase de química que de pronto surge entre dos mujeres que se acaban de conocer, y que a mí se me escapa. No podría asegurarlo. Y desde luego por la empatía de Lola. Eso también.
A pesar de todos los asuntos turbios en los que se encuentra inmersa Lola Santos, siempre tiene tiempo de acudir a Barba Rossa Beach Bar, ese lugar es parte de su refugio ¿Pero qué tiene de especial ese sitio? Y es que si no estoy equivocada, este sitio será la pieza fundamental para las siguientes entregas, ¿no?
Cierto: el Barba Rossa Beach Bar constituye una suerte de telón de fondo durante toda la novela y también en futuras entregas. Algo parecido a un hilo conductor. Un punto de encuentro y reunión. Ese lugar que tantos acaban transitando y que otorga a los personajes un pasado común. Lo mejorcito del motociclismo pandillero: macarras, granujas y honrados delincuentes, pero también la periodista Lola y hasta el propio Vegas. Todo proceden de allí. El caso de Vegas es diferente. Peculiar. Él se aparta del rebaño en cuanto emprende su carrera de sabueso en la Criminal. Es la oveja negra: un madero. En cierto modo el Barba Rossa Beach Bar también explica la indefinición que acusa Vegas: la sensación de no formar parte de nada.
La corrupción, la desaparición de un bebé o el suicidio de un abogado son los tres hilos de los que consta la novela, tres argumentos que también son una denuncia social ¿era tu intención reivindicar a través de la novela? ¿Siempre es mejor hacer un alegato social a través de las novelas de suspense ¿ por qué?
Si soy sincero, en ese sentido no tenía demasiadas pretensiones y menos aún la de denunciar nada. Creo que el narrador debe desaparecer y evitar la opinión. No sé si lo consigo. Que juzgue el lector. Pero es que todo está escrito. O casi todo. Y lo que puedo aportar es contarlo a mi manera, que por otra parte no sé cuál es ni sabría definirla. Eso sí: mejor o peor, es mi mirada. Dicho esto, lo cierto es que la historia de Sara es la historia de tantas mujeres, tantas desgraciadas, y me pareció pertinente explicarla. Si eso constituye una denuncia, entonces sí, lo es.
Lo que definitivamente no puedo contestar es si una novela es el lugar idóneo para hacerlo. Ni por qué. Eso lo dejo para eruditos y sabelotodos.
Una vez te pusiste a crear la ambientación y los personajes, ¿Qué fue lo que te constó más desarrollar? ¿Hay algún personaje que haya cambiado desde que te pusiste a escribir hasta que lo terminaste?
Le di muchas vueltas a la arquitectura de la novela. El objetivo era construir un rompecabezas, un desorden temporal. Un ir y venir en el tiempo que desorientara a la lectora y el lector: ellos también se pierden con Vegas y Lola en su investigación. Siempre con la promesa implícita de esa visión global, la recompensa final que poco a poco se va intuyendo.
Tal vez el personaje que más ha crecido, aun siendo menor, es Maca: la vieja confidente de Vegas con quien comparte algún que otro cotilleo y su afición por el western. A medida que escribía me encariñaba con ella y acabé dándole, sino más peso, al menos más papel del que había previsto.
Cómo hemos dicho anteriormente El suicidio de Willy Malpica es tu primer proyecto, pero ¿Cuánto tiempo has estado inmerso en su escritura? ¿Eres un escritor metódico o escribías en tu tiempo libre?
Antes lo he dicho: no soy ningún escritor genial. Y el resultado final pasa por la constancia y el esfuerzo. Esta novela representa dos años de trabajo, muchas horas al día de lunes a domingo. Y todo antes y después de la jornada laboral. De manera que la respuesta es sí: para mí es una cuestión de disciplina. Pero eso no impidió que disfrutara el proceso. Muy al contrario.
La novela se ha publicado recientemente, pero supongo que ya habrás obtenido algunos comentarios sobre ella ¿Qué es lo que más te sorprende de lo que te han dicho? ¿Y tú, estás a favor de esas críticas o tienes algunas discrepancias?
En general debo decir que estoy satisfecho con la respuesta de los lectores hasta ahora. Pero es pronto. La novela acaba de empezar a caminar. Más aún: yo mismo, como escritor, apenas gateo. No ha habido tiempo para sorprenderme o discrepar, aunque espero que sucedan una cosa y la otra. Aparte de eso, la novela pertenece a los lectores. Ya no es mía. Ellos juzgarán.
Este es tu primer proyector, pero sabemos que en breve habrá nuevas entregas ¿Volverá Lola Santos en el Crónica? ¿Habrá alguna vinculación con el caso anterior o aun no nos puedes desvelar nada?
Dicho en corto y para no marear la perdiz: soy una tumba. Quizá apuntar que el tema central se menciona en algún lugar de esta primera novela como de pasada. Pero sólo eso.
Y ya para finalizar ¿qué ha supuesto para ti esta publicación? ¿Qué les dirías a los lectores sobre El suicidio de Willy Malpica? ¿Qué podrán encontrar?
Esta primera novela supone ni más ni menos que la culminación de un proyecto. Con lo mucho o lo poco que eso implica. Un primer paso. Eso seguro. Y mucha ilusión.
Al lector de El suicidio de Willy Malpica quisiera contarle más bien poco. Lamento decirlo. No quiero desvelar nada y me remito a las tres frases destacadas de la contraportada: un suicidio, un excomisario corrupto, un bebé desaparecido… De entrada es todo cuanto necesita saber y si algo le pido es que me preste su confianza y se deje llevar. Porque de alguna manera estamos jugando. Es un pacto entre el lector y el narrador. Y por encima de todo lo que espero que encuentre es una buena historia. Un entretenimiento.
Y por supuesto, ya como colofón de la entrevista siempre pregunto sobre las recomendaciones literarias ¿Qué libros o autores nos recomendarías leer?
Marsé, Marsé y Marsé… Además de sus novelas más celebradas (Últimas tardes con Teresa, Si te dicen que caí) siento devoción por un par de títulos que releo muy a menudo y con cualquier pretexto: Rabos de lagartija y Un día volveré.
Si queréis leer otras entrevistas con autores, o dejo aquí las realizadas a Santiago Díaz, autor de El buen padre , María Frisa, autora de El nido de la araña o de Félix g. Modroño, autor de La ciudad del alma dormida
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