‘Donde navega el olvido’ pasión y devoción

Donde navega el olvido – Fernando de Artacho – Algaida editores – 20,00€ – 446 páginas

La amistad, la justicia y el amor son los tres ingredientes de Donde navega el olvido, la última novela de Fernando de Artacho. Un libro que nos lleva a recorrer la España de principios del siglo XX, a través de su política y cultura. En ella encontraremos como la vida del humilde Justo cambia radicalmente cuando conoce a dos señoritos sevillanos afincados en Salamanca, la amistad de estos tres jóvenes se fragua a los largo del tiempo, haciendo que superen los obstáculos a los que la vida les enfrenta. Un libro lleno de coraje, valentía y honradez escrito con una cálida pluma

Sinopsis inicial

Después de unos años en Salamanca la vida del joven estudiantes Justo cambia con la llegada a la facultad de dos señoritos sevillanos. Justo de trato noble, responsable y audaz era el mejor de la facultad de Derecho, muchos eran los esfuerzos que hacían sus padres para que él pudiera disfrutar de una buena carrera y él no los quería defraudar. Su nombre era un símil de su comportamiento y es que no había nadie que no confiara en la honradez de su palabra u obra. Poco era el tiempo que él dedicaba a divertirse, su mundo eran los estudios y de ahí era difícil sacarle pero hubo un par de personas que sacaron a ese chico de aquel mundo rodeado exclusivamente de libros y normas.

Portada de 'Donde navega el olvido' de Fernando de Artacho
Portada de ‘Donde navega el olvido’ de Fernando de Artacho

Pablo Somoza y Quintanilla y Gonzalo de las Infantas Somoza, con esos nombres ya se podría intuir que eran parte de un gran linaje y así lo eran. Estos eran primos y no solo compartían sangre sino también aficiones, ellos al contrario que Justo disfrutaban de los bailes, la gente y  las fiestas. El alboroto y la irresponsabilidad eran parte de su rutina, pero esto no tenía nada que ver con su buen talante y corazón. No eran malos chicos pero sí estudiantes, de casualidad encontraron amistad en el inocente Justo, y nada querían de él a pesar de lo que pudiera parecer y es que se sentían a gusto con aquel joven muchacho.

Esa amistad tuvo su punto álgido cuando invitaron a este a pasar unos días en la finca familiar, fueron en esos días cuando la vida de aquellos chicos cambió por completo, especialmente la de Justo. Y es que él que siempre había renegado del amor, cruzó una mirada con la prima de estos la bella y joven Isabel, pero él se sentía muy poco para ella. Sus padres esperaban que su hija se casara con alguien respetado, con carrera y posición, alguien que estuviera a la altura de los que se esperaba de la hija de unos de los miembros del ilustre Colegio de Abogados y no sabía si él en algún momento pudiera ostentar un cargo de ese tipo.

Por otro lado en la capital andaluza…

Mientras que el joven suspiraba por una mirada o un gesto de Isabel, Pablo disfrutaba de la noche sevillana en los mejores tablaos flamencos de la ciudad. Fue en uno de esos espectáculos cuando se quedó prendado al ver a una bella y joven bailaora, una mujer conocida por todos en el mundo de la noche y es que la belleza y el arte de Patrocinio no tenía desperdicio. Pablo aprovechó la ocasión para acercarse a ella y es que sabía que esa mujer sería importante en su vida, pero muchas veces la ilusión puede más que la razón, porque es cierto que la recordaría para siempre pero quizás no de la forma que a él le hubiera gustado.

Los años fueron pasando y la amistad y el cariño entre los tres amigos seguía estando vigente, ellos continuaban compartiendo momentos, menos que en su juventud y es que ahora cada uno tenía más responsabilidades, todos habían cambiado especialmente Justo quién cada vez ostentaba un cargo de mayor rango, estaba cerca de conseguir lo que siempre había anhelado, ser alguien distinguido, todo ello sin perder su honradez.

Aunque en el terreno laboral estaba en la cúspide, su vida sentimental estaba en la base, seguía enamorado de Isabel pero no sabía si era correspondido, pero no podía esperar mucho tiempo y es que su amada joven pronto se casaría ¿Y qué podía hacer? Esto ya no le correspondía a él, sería el azar quién ayudaría a establecer la situación, aunque en ello también intervendría la razón y su buena manera de gestionar los asuntos.

Mi valoración personal

Foto de archivo de Fernando de Artacho, autor de Donde navega el olvido
Foto de archivo de Fernando de Artacho, autor de Donde navega el olvido

Es la primera vez que leo algo de Fernando de Artacho tras su largo recorrido literario, se nota a la hora de narrar sus altos conocimientos en la rama de la Historia, y es que la ambientación es fantástica. Sin embargo, he echado en falta algo más de trama en la novela y es que el principio y el final son bastante buenos pero la historia no avanza mucho en algunos momentos, centrándose más en descripciones que en acciones en sí.

Son pocos personajes, todos ellos muy bien retratados, especialmente el de Justo, quién es para mí el gran protagonista de la novela, y es que Gonzalo y Pablo ayudan como guía en la novela para que sucedan cosas pero tampoco son especialmente relevantes. Esto no quiere decir que no me haya gustado la novela, no, simplemente que esperaba más y es que creo que podría haber ahondado más en otras tramas, ya que en el final sucede todo de manera precipitada.

Por ejemplo, me gustó mucho la inmersión en el mundo de la noche de las tabernas y tablaos flamencos, cada detalle sobre las actuaciones, comportamientos de la gente del lugar y de la época, está muy bien retratado, haciéndote sentir partícipe de aquel espectáculo. Un mundo lleno de luces y sombras, donde guardan una cara B que pocos quieren conocer. La historia que nos muestra con Patrocinio es el reinventar de muchas mujeres de la época, quizás me hubiera gustado saber más de ella y es que creo que es la parte más ágil, sentida y relevante del libro.

Con gran maestría y con capítulos no excesivamente largos, Donde navega el olvido es una novela histórica muy bien tratada que nos muestra como los límites de la justicia son tan extensos como los del amor, de que no toda llega cuando queremos y de como la vida da segundas oportunidades, que quizás son mejores que la primeras porque ahora ya sabemos lo que podemos llegar a perder. Un libro para los amantes de la narrativa y las novelas de época.

Otras novelas históricas para leer: Una promesa de juventud, La ciudad del alma dormida y Los juguetes de la guerra

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Laura Rodríguez Durán
Laura Rodríguez Durán
Maestra de vocación y profesión a la que le encanta la literatura y poder compartir su afición con los demás a través de reseñas.

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