‘En la balanza de Job’ de Lev Shestov, en los márgenes de la historia y del pensamiento

Hermida editores vuelve a la obra de un pensador intenso, solitario, ajeno a las modas

En la balanza de Job. Peregrinaciones por las almas. Lev Shestov. Hermida editores.

Vuelve Hermida editores con uno de los pensadores más intensos de la historia de la filosofía. Un pensador en los márgenes. Orillado por la filosofía académica. Sin duda por el gran desafío de su planteamiento: el logocentrismo que nace en Grecia, la vía de la razón, conduce a la muerte. Un filósofo asistemático, crítico de la razón, enemigo del cientifismo. Amigo de pensadores como Martin Buber, Nikolai Berdyaev o Edmund Husserl, y admirado por Benjamin Fondane (que fue su gran seguidor y amigo) o Emil Cioran. Lev Shestov es uno de los filósofos que eligió vivir siguiendo la lógica del corazón. Su pensamiento es profundo, y surge de una experiencia íntima. La obra de Shestov tuvo buena difusión en Argentina, a través de algunas editoriales de aquel país. Su pensamiento nos recuerda a Unamuno, y en algunos tramos al José Bergamín de La decadencia del analfabetismo. A Hermida editores le debemos agradecer la difusión en España de la obra de este pensador solitario, ajeno a las modas, interesado en el destino trágico del hombre.

Shestov en lucha contra lo común

Lev Shestov nació en Kiev en 1866 en el seno de una familia judía. Estudió Derecho y Matemáticas. Su temprana vida académica está plagada de incidentes con la «autoridad intelectual». En 1895 Shestov vivió una crisis a la que llamará “evento catastrófico”. Fue un episodio de colapso físico y mental que se convertirá en un leitmotiv de toda su obra. Después de esta crisis vino la ruptura total con el judaísmo y el exilio en Francia.

Es la época de su amistad con Berdyaev, con Rózanov, con Diaghilev. Un tiempo en el que el positivismo y su confianza en la razón coge fuerza en Europa. Los filósofos están interesados por el impacto de la ciencia en la vida del hombre. A Shestov esa moda no le interesa nada. Convencido de que desde los tiempos de Aristóteles la filosofía tomó un camino equivocado, Shestov decide elegir un sendero solitario, recorrido antes por Pascal, Kierkegaard o Nietzsche. Y sobre todo por Dostoievski, al que dedica buena parte de las páginas de este En la balanza de Job. Como afirma Shestov, la verdadera crítica a la razón no está en Kant sino en la obra del escritor ruso.

Las preguntas superiores a la razón

Ese Aristóteles en el que en una línea de esta obra, Shestov fustiga con uno de sus juicios más severos: «salvó la razón objetiva y autónoma «descubierta» por Sócrates. Porque fue él quien creó la teoría de la «dorada medianía», fue él quien enseñó a los hombres esa gran verdad de que, si se desea salvaguardar la razón, no hay que abrumarla con preguntas superiores a sus fuerzas».

Shestov nos recuerda de forma permanente que estamos en una vida que depende de la ciencia y de la técnica. Y que es posible que hayamos olvidado el sentido último y el significado de la nuestra vida. La filosofía es arte, dice el pensador ruso, y no un camino de indagación racional. Shestov tuvo una gran influencia en Cioran, pero antes en el existencialismo francés, sobre todo en Camus.

Atenas y Jerusalem

El autor de La peste dice de Shestov: «su obra demuestra que el sistema más cerrado, el racionalismo más universal, termina siempre chocando con lo irracional del pensamiento humano. No se le escapa ninguna de las evidencias irónicas, de las contradicciones ridículas que deprecian la razón. Sólo una cosa le interesa, y es la excepción, sea en la historia del corazón o en la del espíritu. A través de las experiencias dostoievskianas del condenado a la muerte, de las aventuras exasperadas del espíritu nietzscheano, de las imprecaciones de Hamlet o de la amarga aristocracia de un Ibsen, descubre, ilumina y magnifica la rebelión humana contra lo irremediable».

Su pensamiento está marcado por la tensión entre la razón y la fe, o entre la verdad y el conocimiento. Estamos hechos de vida que no entendemos. Y lo importante está más allá de lo comprensible. Les dejamos con este coloquio en el que Fernando Savater desmenuza el pensamiento de Shestov, sus líneas maestras, su temperamento filosófico. Podemos añadir que el pensamiento de Shestov se resume en una frase de su texto Noche de Getsemaní: «no buscamos la seguridad y la estabilidad en nuestro mundo embrujado; no quedamos tranquilos; no dormimos…Tal mandamiento no es válido para todos, sino solamente para algunos raros elegidos y mártires. Si también ellos, a su vez, se duermen, como lo hizo ya el gran apóstol durante la noche memorable, el sacrificio de Dios habrá sido inútil, y la muerte triunfará definitivamente y para siempre».

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Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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