Can Xue:’el universo entero está en el interior de cada uno de nosotros’

Can Xue responde desde China. Son escasas las entrevistas que concede. Un extracto de este diálogo lo publicó el 18 de septiembre el diario ABC. Las limitaciones del espacio de una página obligaron a dejar fuera algunas cuestiones. Por eso, en FANFAN, ofrecemos ahora a los lectores la entrevista íntegra. De Can Xue teníamos hasta ahora noticias lejanas: traducciones al inglés, visitas a algunas universidades americanas, y ese juicio de Sontag que afirma que si alguien en China merece el Nobel esa es Can Xue. Hermida editores ha editado su primera novela en español, La frontera. La lectura de La frontera (traducida por Blas Piñero) nos produjo una conmoción. El hallazgo de una literatura nueva, y a la vez antigua, con ecos de la tradición china y de la occidental. En ella respiran Dante, la Biblia, Borges o Kafka. La escritura de Can Xue es como una danza que va dibujando escenas que se suceden sin tener que cumplir las reglas de la narrativa tradicional.

-En primer lugar, le agradezco que nos ofrezca la oportunidad de conocer mejor su obra, en especial La frontera, su primera obra publicada en España. Esta novela nos permite a los lectores españoles entrar en el cosmos de Can Xue, en su mundo propio. Lo racional y la imaginación, lo consciente y lo inconsciente están en esta novela en permanente tensión. La frontera es una frontera interior a la que se enfrentan personas que buscan su libertad en una tierra sin futuro. ¿Qué impulso le llevó a escribir esta novela?

Can Xue: La intención original de cualquiera de mis novelas es siempre muy difícil de explicar claramente en pocas palabras y la razón es simple: mi escritura no procede de pensamientos conscientes, es una escritura automática (automatic writing) que aflora del inconsciente. Creo que la razón por la cual mi novela La frontera pertenece a este tipo escritura tan particular se debe a una larga e ininterrumpida gestación en mi propia persona acerca de una manera original de concebir la creación literaria. Usted afirma que La frontera es «una tierra sin futuro» y tiene razón, pero también me gustaría decir que siempre hay esperanza en la desesperanza, futuro en donde no hay futuro. Todos los personajes de la novela llegan a ese lugar porque no quieren sucumbir completamente a la desesperanza y «la frontera» les brinda un espacio para poder actuar con plena libertad. Esa actuación libre, esa perfomance que surge con fuerza de la desesperanza que los personajes llevan con ellos se acaba convirtiendo en un proceso bien establecido: el de crear esperanza en sí mismo.

-Le confieso que he hecho una primera lectura de La frontera, y haré otras más para buscar su sentido. No es una novela fácil para un lector occidental. Es más, pienso que el lector tiene que olvidarse de otras formas aprendidas de leer ficción para entregarse a un texto que le exige desaprender y a la vez ser creativo. ¿Cómo debemos entrar en el cosmos de Can Xue?

Can Xue: No hay otra manera de leer esta novela que «entregarse» a ella como lo hizo su autora cuando la escribió: ábrete a ti mismo y emplea tu experiencia pasada de la vida para encontrar ahí el significado, y danza con la autora, sobre todo danza con la autora y sigue el ritmo de sus pasos en ese baile que es la escritura misma de esa novela. El Universo entero está en el interior de cada uno de nosotros, y si los seres humanos no lo creamos a diario, este se atrofia y desaparece. La frontera ofrece un texto creado en la desesperación, pero también describe la relación entre la Naturaleza (el Universo) y la creación (nuestra responsabilidad en tanto que seres humanos) que mencionaba anteriormente.     

-Liu Jin es capaz de comprender los pensamientos de los adultos, de sumergirse en el mundo de su padre, su percepción está agudizada, su conciencia es capaz de captar lo mágico, la gramática simbólica del universo. ¿Rompe Can Xue en La frontera los límites entre el mundo mental y el mundo físico que nos rodea?

Can Xue: ¡Y usted qué bien lo dice usted! He estado estudiando filosofía durante muchos años y mi compromiso ha consistido en integrar la cultural oriental y la cultura occidental en una sola cultura y así extraer lo que en ellas hay en común, su esencia. Los occidentales han defendido un marco conceptual que diferencia y limita claramente el reino de lo espiritual, que para ellos es tan real como el mundo material, mientras que nosotros, los chinos, somos un «pueblo materialista». Las dos concepciones tienen sus ventajas y sus desventajas. Quienes componen ese pueblo de lo material valoran la vida diaria, es gente pragmática, y también valoran las experiencias físicas y emocionales que les provee el contacto diario con la vida, y no valoran nada que no puedan ver o sentir con sus sentidos o que provenga de unos pensamientos abstractos o metafísicos. Si esta mentalidad se desarrolla plenamente en estos tiempos, seguramente alcanzará los niveles más altos y apenas soñados por esa tradición filosófica que se denominó pragmatismo o empirismo radical, y que nació en los Estados Unidos en el siglo XIX. Desde luego que deberá combinarse con otros aspectos del pensamiento occidental si quiere alcanzar su plenitud. Hace ya más de cuarenta años que he estado trabajando en profundidad con la aquello que tienen en común la literatura y la filosofía. Toda mi obra creativa gira entorno a esos dos ámbitos, la literatura y la filosofía, y puedo afirmar ahora que es una síntesis entre ambas. Predecir leyes del mundo material (hablo de leyes en un sentido amplio, no de ideas o esquemas racionales, o conceptos) es lo que hace Liu Jin a lo largo de novela, esos son sus poderes sobrenaturales, y esos también han sido los poderes sobrenaturales de los chinos a lo largo de toda su historia cuando se han enfrentado al mundo y su experiencia vital.      

-Otra impresión de este lector es que en su obra se unen las tradiciones literarias china y la occidental, para llegar a un lector universal. En ese sentido, La frontera describe un paisaje que podría estar en cualquier lugar del mundo. ¿En qué punto confluyen las tradiciones de Dante y Kafka con la obra de Can Xue?

Can Xue: Creo que los logros de Dante y Kafka en los ámbitos de la literatura y la filosofía han superado con creces lo que la cultura occidental ha podido aportar a la humanidad desde sus orígenes. Los dos, pero especialmente Kafka en los tiempos modernos, han sabido aunar una atención especial a la vida diaria con una hipersensibilidad hacia esa energía poderosa que surge de lo material. En este aspecto, los dos coinciden conmigo en tanto que china. La novela de Kafka El castillo es una descripción de la vida diaria en sus aspectos materiales más ordinarios y minuciosos, sin embargo, en toda esa obra se desprende un nivel de filosofía tan alto que penetra y supera los sistemas filosóficos de un Kant o un Hegel. Empecé leyendo a Kafka y más tarde la lectura de Dante me ayudó a desarrollar una comprensión superior de esta filosofía empirista radical, esa filosofía de la materia. De estos ejemplos se puede entrever otra lección: la literatura no tiene límites y toda ella pertenece a la humanidad.      

-Su novela habla del desarraigo, de la pérdida, de la disolución de la familia, de la desaparición de la conexión entre hombre y naturaleza. Qi Ming, por ejemplo: “su corazón se endurecía progresivamente a medida que se alejaba del pueblo de pescadores”. En su literatura, ¿busca Can Xue expresar la tragedia de la pérdida de referencias de las personas, de la uniformización de la cultura y de la lengua?

Can Xue: No, no es exactamente así. Mi novela es muy diferente de la tragedia clásica que creo sobrentender en su pregunta. Muchos de mis textos actuales pueden considerarse «comedias modernas», pero esta novela, La frontera, es más bien un «drama», y cada uno de los personajes tiene en gran medida el temperamento de un héroe. Hay algo de heroico en ellos que conmueve al lector. El endurecimiento del corazón de Qi Ming no tiene como objetivo aislarlo del mundo o hacerlo insensible a él para poder sobrevivir a un drama personal, sino que tiene la intención de hacerlo más fuerte ante las dificultades de la vida diaria para así afrontarlas con más firmeza y paz interior, y por supuesto continuar viviendo a diario con un entusiasmo renovado.   

-Tengo la impresión de que su obra va a ser entendida mejor por las personas más jóvenes, que sus valores son cercanos a la gente joven, no sé si está de acuerdo con esta impresión.

Can Xue: Y está en lo cierto. Digo a menudo que mi obra está escrita para la gente joven del presente y del futuro. Defiendo la inmersión total en la vida, la libertad de actuación que antes mencionaba, desafiándose a uno mismo, y mejorando aquello que considera un reino, mi reino, que solo a mí me pertenece. Esta visión del mundo debería estar cerca de la visión del mundo de la juventud actual.   

-¿Cuánto hay de improvisación y de planificación en su literatura?

Can Xue: Todas mis novelas sin excepción son productos de la escritura automática (automatic writing) y nunca las concibo por adelantado. Este es un talento innato que he tenido siempre y le doy gracias al Cielo por ello. Creo también que es una tradición china de la escritura que remonta a la antigüedad, cuando se empezaba a escribir y que no se ha perdido nunca en las letras chinas, y que además llego muchísimo más tarde a Occidente, así que no tengo nada de original; pero como mencioné antes, soy una persona materialista, que cree en lo material. Estoy completamente inmersa en el mundo material y la materia (el objeto, la cosa) está en mí y yo soy la materia (el objeto, la cosa). Nada más activar mis funciones corporales, todo aquello que compone la vida se convierte en la materia que hay en mí y que yo también soy. He aceptado sin embargo el pensamiento abstracto de Occidente que no tiene nada que ver con la manera de pensar de los chinos (nunca la ha tenido), y por esa razón puedo ver aquello que de racional hay en la materia, su estructura, su esencia, como se suele decir en el lenguaje filosófico forjado en Occidente, pero vuelvo a diario a mi mundo material, abandono esa abstracción con el fin de activarme a mí misma y puedo asegurarle que ahí hay innumerables paisajes que son la fuente de mi felicidad. Este es mi estado mental y vital actual: tanto como pueda seguir escribiendo, seguirá habiendo infinitos temas novelescos en mi obra.      

-Can Xue escribe una literatura innovadora, ¿qué dificultades ha tenido que salvar o atravesar en esa apuesta constante por un lenguaje innovador?

Can Xue: Para serle honesta, casi no he encontrado ninguna dificultad u obstáculo que merezcan ser mencionados. En los cuarenta años que llevo escribiendo ha habido un par o tres años en los que sufrí algunos problemas físicos me aparcaron de mi labor creativa y creo que fue debido a un bajón emocional más que a cualquier otra cosa. Pero me recuperé pronto. Soy una escritora muy prolífica y cada año produzco varias obras. Desde que escribí mi primera obra he continuado escribiendo con mucha constancia y sin contratiempos. Muy pronto entré en la dinámica de la escritura automática, seguramente porque soy china. 

-¿Cuánta influencia hay en su obra y en su forma de mirar el mundo del surrealismo?

Can Xue: Respecto al movimiento surrealista, mi contacto ha sido con la pintura y debo reconocer que me sentí muy emocionada cuando pude ver por primera vez esas obras maravillosas. Seguro que tuvieron un impacto en mi escritura y en mi obra, pero creo que mi enfoque es más materialista que el surrealista, donde es perceptible una mayor espiritualidad.

-¿Qué le exige Can Xue a sus lectores?

Can Xue: Exijo de mis lectores que hayan leído mucha literatura clásica y sobre todo que hayan desarrollado eso que denomino «ser consciente de las funciones corporales», y cierto grado de racionalidad, de búsqueda del sentido, que siempre es bienvenido, pero no mucho.  

-Su traductor, Blas Piñero, encuentra ecos de su obra en la poesía de Paul Celan. ¿Comparte esta impresión?

Can Xue: No he tenido todavía tiempo de leer a Paul Celan. He oído hablar mucho de él y ciertamente lo leeré.

-Sabemos, por su obra, que Can Xue ha leído en profundidad la literatura occidental. ¿Qué conoce de la literatura española? ¿Qué autores sigue del actual panorama literario español?

Can Xue: No he tenido todavía tiempo de leer a autores españoles contemporáneos. Creo que el legado del gran Miguel de Cervantes debe continuar en cualquier forma de expresión literaria en lengua española. Sin duda alguna que encontraré tiempo para leer a autores españoles contemporáneos. 

-Entiendo que la respuesta a esta pregunta podría ocupar muchas páginas pero me arriesgo a pedirle algo sintético. ¿Qué lectura hace de El Quijote de Cervantes?

Can Xue:Leí el Quijote cuando era muy joven y he continuado releyéndolo hasta ahora. Todavía lo hago y lo seguiré haciendo. Lo que hay en esta obra es ni más ni menos que una descripción inigualable de la labor diaria de los escritores y los artistas, y ya que el artista representa a toda la humanidad, Cervantes describe en el Quijote la esencia de la vida diaria de toda la humanidad. No solo el protagonista está muy bien escrito, sino que cada uno de los personajes es una auténtica lección de cómo debe escribirse un personaje. Hay belleza y profundidad en ellos. Es una gran obra que debe leerse cada año.

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Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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