Los países más afectado por la pandemia del coronavirus, como Italia, España o China trabajan en el desarrollado de aplicaciones móviles de inteligencia artificial para dar respuesta a la epidemia, mientras que Singapur estrena la mejor app para intentar controlar la expansión del virus.
La crisis del Covid-19 pasará a la historia por ser la primera crisis sanitaria en la que la tecnología va a ser clave para frenar la pandemia. La inteligencia artificial está jugando un papel clave tanto en la detección de la enfermedad como lo hará en la contención de la propagación del virus.
¿Y si la solución a esta expansión estuviera en nuestros bolsillos? Los smartphones van a ser elementos indispensables en todos los países afectados por la pandemia y lo serán por una razón muy sencilla: el desarrollo de apps en respuesta a la crisis sanitaria. Países de todo el mundo, incluido el nuestro, España, llevan semanas buscado una solución tecnológica al problema mundial.
En el caso de España, desde el 14 de marzo la Comunidad de Madrid, y posteriormente el resto del territorio, han desarrollado una app de asistencia en esta epidemia. Bautizada como ‘Asistencia Covid19’ y completada con la webapp coronamadrid.com, esta herramienta realiza tests similares a los que realizan los asistentes que atienden los teléfonos oficiales para que el paciente pueda tener un auto-diagnostico y descongestionar las líneas telefónicas habilitadas.
Sin embargo, esta idea no es suficiente. El siguiente paso natural en esta situación es un rastreo de los ciudadanos para evitar nuevos contagios. Para lo cual, España, como otros países han comenzado a utilizar tecnología GPS, lo que esperan adelantarse al virus y conocer su comportamiento durante el contagio, para tomar las decisiones pertinentes y hacerlo de una forma justificada. En paralelo a los esfuerzos de España, Italia, Alemania o China hay un país que ha desarrollado la que probablemente sea la fórmula más efectiva y segura para frenar los contagios a través de nuestros teléfonos móviles: Singapur.
El país asiático, con solo 5,7 millones de habitantes, es uno de los menos castigados por el coronavirus. Actualmente sólo ha registrado 631 contagios y 2 fallecidos por el Covid-19. Y puede ser que la tecnología tenga algo que ver. El Gobierno de Singapur lanzó la pasada semana una app que no utiliza el GPS como herramienta para localizar posibles focos de contagio. La TraceTogether, como se llama la aplicación singapurense apuesta por usar la tecnología Bluethooth para convertir el smartphone de los ciudadanos en una especie de radar. ¿Cómo funciona? Conectándose durante unos milisegundos a otros móviles cercanos y registrando en el propio dispositivo esa proximidad.
Esta conexión y registro tiene un objetivo muy claro: detectar con qué personas ha entrado en contacto un sujeto a menos de la distancia de seguridad y, de eso modo, en caso de que esta persona esté contagiada, se puede contactar con todas aquellas personas susceptibles de haber sido contagiadas por él. La app funciona de la siguiente manera. Cada móvil emite un identificador cifrado que capta el móvil de otras personas que se acerquen a menos de la distancia de seguridad, y viceversa. Cada dispositivo móvil recolecta los identificadores cifrados de todas aquellas personas que se crucen con él. Los almacena en el teléfono y solo el Gobierno conoce a qué móviles pertenecen. En caso de que el sujeto dé positivo en coronavirus, el Gobierno puede acceder a su historial de identificadores con los que se ha cruzado y avisar a dichos usuarios de que deben someterse a las pruebas. A partir del resultado se determina si deben quedar aislados, hospitalizados o lo que determinen los protocolos.
¿Qué ventajas tiene frente a las aplicaciones de otros países que utilzan GPS?
La primera y más importante es la preservación de la privacidad de los propietarios de los móviles. Recordemos que la identificación es cifrada, solo requiere una conexión con los servidores del Gobierno al validarse el número de teléfono, cuando se envía la clave al usuario. Después, las conexiones se almacenan directamente en cada uno de los móviles, y los datos solo pueden ser consultados si el propietario cede esa información al Gobierno. Además, el Gobierno de Singapur ha desarrollado un sistema de renovación automática de los identificadores, de forma que el rastreo de los movimientos es posible, pero no la identificación de los usuarios sin consentimiento.
Si nos fijamos en la herramienta de rastreo, el GPS no es tan efectivo como la utilización de Bluetooth de conexión. El inconveniente del GPS es su imprecisión en el interior de edificios, por ejemplo. De forma que si hay un ciudadano infectado en un edificio, si atendemos a la ubicación por GPS, deberemos poner en cuarentena al edificio entero. Mientras que la conexión por Bluetooth es tan precisa que solo hará falta aislar a aquellas personas que realmente han estado a una distancia no prudencial con respecto al sujeto infectado.
La idea desarrollada por Singapur ha servido de inspiración para otras naciones que ya trabajan para replicar una app similar. La República Checa es quien más ha avanzado a este respecto. Es un consorcio de empresas el encargado de recrear la tecnología singapurense.
¿Y qué pasa con España?
La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial española es la agencia encargada de liderar la respuesta digital de nuestro gobierno con respecto a esta crisis sanitaria. Preguntada sobre la posibilidad de replicar la aplicación desarrollada en Singapur, confirma que se está estudiando, pero no hay decisión al respecto.
Desde el Ministerio de Economía español confirman que “ahora mismo hay muchos frentes abiertos y queremos centrarnos en hacer bien las iniciativas en marcha. Tenemos un piloto en Valencia para medir los movimientos de la población con datos anónimos y agregados, y esa es una prioridad fundamental”. La preocupación por preservar la privacidad es la principal razón por la que no se lanzan al desarrollo de ninguna tecnología sin una estudio previo. “Estamos en un momento duro para la población, la gente está estresada psicológicamente, estamos encerrados, creemos que no es bueno que la gente se empiece a preocupar encima de que va a ser seguida en su móvil. No vamos a lanzar ningún proyecto digital que no cumpla estrictamente con las reglas de privacidad«, explican.
Sin embargo, los expertos en esta tecnología tienen claro cuál debe ser la prioridad. “Estamos en un estado de alarma y la situación es grave, y eso justifica tomar medidas en el mundo digital”, explica Nuria Oliver, especialista e inteligencia artificial y una de las responsables del sistema piloto indicado por el Ministerio de Economía que se desarrolla en la Comunidad Valenciana. “El debata es sencillo: una vez se acabe el estado de alarma, se cancelan los proyectos, se eliminan las apps y listo«.
El sistema desarrollado por Singapur es una muestra de cómo se pueden recabar datos sin poner el peligro la privacidad de los ciudadanos. Además, puede tener validez una vez finalizada la cuarentena como sistema para evitar que se vuelvan a producir contagios.