La kombucha está de moda. Como la quinoa, el kale o la masa madre. Es una bebida de té verde fermentado que produce una burbuja muy fina y cuyas bacterias favorecen la digestión y refuerzan el sistema inmunitario. Se cuenta que los samuráis la bebían antes de la batalla. Y en Fregenal de la Sierra, provincia de Badajoz, a dos jóvenes extremeñas se les metió en la cabeza hacer la mejor del mundo. Así nació Komvida en 2017.
Desde Extremadura para el mundo
Nuria Morales y Beatriz Magro siempre tuvieron claro que querían hacer algo juntas. Cuando Bea descubrió la kombucha en un viaje a California supo qué era lo que quería hacer. Desde entonces, Komvida ha crecido hasta una plantilla de 30 personas, en su mayoría mujeres que ha hecho del té verde fermentado un proyecto propio. Desde un pueblo que no alcanza los cinco mil habitantes, la kombucha de Komvida llega a cinco mil puntos de venta desde supermercado hasta herbolarios. Exportan a toda Europa y reciben pedidos incluso de Estados unidos.
La kombucha es una bebida que si se hace bien dicen las creadoras de Komvida, “es 100% natural, probiótica y con unas propiedades y un sabor extraordinarios. Tanto es así que se le conoce como el elixir de la vida”. Ayuda a hacer la digestión y refuerza el sistema inmunitario. La kombucha Komvida introduce nuevas bacterias que repueblan y equilibran la flora y a su vez, estimulan la digestión. El ácido glutámico, la prolina, el ácido benzoico y los potentes antioxidantes que se encuentran en la kombucha ayudan a la desintoxicación liberando toxinas del hígado. Las bacterias vivas aportan vitalidad y «proporcionan ese plus de energía cuando más lo necesitamos«. Con estos beneficios no es de extrañar que en Fregenal de la Sierra sea el lugar de Europa con mayor consumo per cápita de este fermentado.
Gama de sabores
En Komvida se precian de seleccionar los mejores ingredientes ecológicos, veganos, frescos y de proximidad. Las maestras kombucheras de Frenegal, siguen la receta milenaria, con un proceso de fermentación que dura entre dos y tres semanas. Este proceso le da su equilibrado sabor: ni muy ácido ni muy dulce. Sus burbujas son naturales, producto únicamente de la fermentación, no se parecen al gas carbónico de los refrescos de soda. Al no ser pasteurizada, conserva sus propiedades probióticas. Y el vidrio en el que se envasa preserva sus propiedades y su sabor y protege el medio ambiente. En Komvida completan los beneficios de este té fermentado con ingredientes ecológicos que dan lugar una amplia gama de sabores: frutos rojos, jengibre, limón, zanahoria, cúrcuma, manzana, canela, vainilla.
La pandemia ha afectado también al consumo de Komvida. Como nos explican Beatriz y Nuria: “La situación está siendo terrible para todas las empresas y estamos notando los vaivenes. Pero en nuestro caso, la corriente healthy que impera desde hace unos años está contribuyendo de manera muy positiva al creciente uso de la kombucha entre todos aquellos que buscan cuidarse. De hecho, desde el confinamiento el consumo de Komvida se ha disparado, sobre todo en nuestro canal de venta online, haciendo que lleguemos a más de 100 hogares cada día”.
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