La teoría de los archipiélagos – Alice Kellen – Editorial Planeta – 282 páginas – 16,90€
Hablar de Alice Kellen se ha convertido en un imprescindible en la revista y más si tenemos en cuenta su último proyecto La teoría de los archipiélagos, una novela que se escapa de los límites hasta ahora descritos y que nos adentra en una historia de recuerdos, de anhelos pero también de soledad y valentía, una narrativa que nos hace reflexionar cómo en tan solo en un instante te puedes enamorar pero ese amor tendrá que ser combativo en el tiempo
Sinopsis inicial
La propia autora nos muestra en su contraportada como La teoría de los archipiélagos nos viene a decir que todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero que necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que tanto nos separa. Este podía ser un bello resumen de la obra y es que en esta historia los principal protagonistas son el tiempo, las dudas y el autoconocimiento.
A medida que vas pasando las páginas te adentras en una novela intimista donde la nostalgia es casi el inicio de esta historia parada en el tiempo y que nos hace recorrer de la mano de Martín e Isaac como un verano cambió sus vidas para siempre.
Fue en 2018 cuando parte esta novela pero habría que remontarse a 1980 para conocer el origen de esa amistad fraguada en el tiempo, una historia en la que dos jóvenes estrechan lazos y esa cordialidad del principio y sutileza da paso a algo que parecía evocado al fracaso. Isaac vuelve a esa tierra, a ese mar que tanto le marcó para intentar conseguir respuestas, quizás también para pedir perdón pero especialmente para encontrarse a sí mismo.
Opinión personal
La teoría de los archipiélagos es un relato cargado de sentimientos y emociones, pero más por cómo las describe la propia autora que por lo que sucede en la trama y es que es una novela reflexiva, un canto a los miedos y una plasmación del arte a través de las bellas ilustraciones y preciosas descripciones.
La novela tiene magnetismo por la estructura de la escritura pero en ocasiones es demasiado densa por la cantidad de reflexión que lleva implícita y por la pausada actitud de los personajes. Es una historia que mantiene el aura de Alice Kellen pero que no ha conseguido captar toda mi atención a pesar de su bonita y tierna historia.
Me queda claro el mensaje que quiere transmitir, los sentimientos encontrados de los personajes, lo complicado que es narrar desde el alma una historia de amor entre pausas generacionales pero no me ha cautivado de la misma forma que sí que lo ha hecho con otras historias como con El chico que dibujaba constelaciones o Nosotros en la luna pero aun así seguiré apostando por ella y es que sí que he de reconocer que inmiscuirme en sus relatos me hace pasar un tiempo alejada de todo y disfrutar de la lectura y eso también es muy significativo porque aunque parezca algo obvio no todo el mundo es capaz de conseguirlo.
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