Los secretos mejor guardados de La Tomatina, tradición viva del país

La Tomatina es una de las fiestas más curiosas del territorio español. El último miércoles del mes de agosto miles de personas se reúnen en la localidad de Buñol, en la Comunidad Valenciana, para iniciar un intercambio de tomates. La próxima edición será el día 30. Cada año se lanzan más de 150.000 de estas hortalizas, el equivalente a seis camiones cargados, en avanzado estado de maduración y que no han sido aptas para la venta a la ciudadanía.

El funcionamiento para participar en esta gran batalla es muy sencillo y requiere de unos simples pasos. Desde hace ya algunos años es necesario registrarse antes de que empiece la fiesta y, una vez se verifique la identidad del participante, se hace entrega de una pulsera que deberá llevarse durante toda la jornada. A partir de entonces, queda esperar al mediodía, momento en que empezará el lanzamiento, que tendrá una hora de duración.

Los orígenes de la fiesta

El origen de La Tomatina data de 1945 y tiene diferentes versiones. Una de las que cuenta con más adeptos es la que defiende que todo se debe a una broma de mal gusto. Después de una actuación musical en la plaza del pueblo, un grupo de jóvenes empezó a lanzarle frutas y verduras de la plaza debido a lo mucho que desafinaba. Una cosa llevó a la otra y fueron varios los vecinos que decidieron unirse, y así empezó este intercambio.

Otros historiadores y habitantes de la zona apuntan a que fue durante la celebración de la fiesta tradicional de gigantes y cabezudos. Mientras desfilaban las figuras, unos jóvenes decidieron participar. Ante el rechazo de la comitiva organizadora, se produjo un forcejeo que terminó con varias personas en el suelo y una pelea cerca de un puesto de verduras. El resto es historia, y hasta que no intervino la policía municipal no se terminó el intercambio de golpes.

Curiosidades de La Tomatina

La fiesta de La Tomatina no dura solamente la hora de batalla de tomates, sino que tiene algún acto destacado más. La noche anterior hay fiesta hasta el amanecer y por la mañana, antes del lanzamiento de hortalizas, tiene lugar el “palo jabón”. Se trata de una cucaña donde los vecinos deben ascender por un poste engrasado con el objetivo de conseguir tocar el jamón que está colgando en la parte superior. Una vez alguien lo consigue, se da la señal de inicio de la fiesta.

Aunque no hay una vestimenta oficial, se recomienda seguir una serie de consejos para aquellos que quieran participar. Ya es tradicional usar ropa y zapatillas blancas y viejas,  parecido a los Sanfermines, para que termine tintándose de rosa después del intercambio de tomates. A su vez, también se recomienda usar gafas de buceo para evitar que alguna semilla entre en el ojo y, antes de lanzar, es obligado aplastar la hortaliza para evitar hacer daño a aquel que reciba el impacto.

Pese al estado en el que quedan las calles cuando termina la batalla, la limpieza es muy efectiva. Miembros de las brigadas de limpieza de la localidad, con la ayuda de los vecinos, limpian la plaza y a aquellos participantes que así lo deseen con mangueras. Lo más curioso es que las calles del pueblo, que son de adoquines, quedan más limpias que nunca, pues la acidez del tomate hace que se desinfecten y limpien a fondo las superficies.

La Tomatina es tan popular que hace tiempo que ha salido de las fronteras españolas, ahora gracias a las redes sociales. Ya ha aparecido en diferentes producciones audiovisuales como en la película Tenemos que hablar de Kevin o All I See Is You. A su vez, en otras localidades muy lejanas se ha ido implementando esta fiesta como en Lamarque, en Argentina; San Pedro de Sarchí, en Costa Rica; o en Boyacá, en Colombia. De Buñol al mundo.

Marianne Échiré
Marianne Échiré
'Gourmet' y 'gourmande', adoro cocinar y disfrutar de la buena mesa, sobre todo en compañía. Soy exigente y quiero pensar que también justa en mis críticas. Y sé que hasta del más humilde tengo algo que aprender.

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