Ha muerto una de las leyendas de Hollywood, la última leyenda. La puerta de su vida se ha cerrado a los 104 años. Olivia de Havilland obtuvo dos Oscars, por La heredera, junto a Montgomery Clift y por La vida privada de Julia Norris, pero será recordada por la Melita apacible y bondadosa con la que daba la réplica a la temperamental Escarlata O´Hara en Lo que el viento de se llevó. Hollywood le debe también la actual libertad de la que disponen los actores para controlar sus carreras y no estar sometidos a la dictadura de los estudios
Un pleito por la libertad
Con Olivia de Havilland desaparece el último vestigio de lo que fue el Hollywood más glorioso. Unos años en los que los estudios cinematográficos eran literalmente los dueños de los actores por periodos de siete años, durante los cuales elegían qué películas debían o no hacer. De Havilland, dolida porque se consideraba perjudicada frente a los papeles que obtenía Bette Davis, pleiteó contra los magnates de la Warner y consiguió su libertad.
La decisión judicial permitió a colegas como James Steward, que vieron interrumpidas sus carreras por su participación en la Segunda Guerra Mundial, conseguir contratos en condiciones más favorables a su regreso.
De Havilland se hizo famosa en la década de los 30 del siglo pasado por las películas, nada menos que siete, que rodó junto a otra estrella de la época, Errol Flynn. Entre ellas Robin de los Bosques y Camino de Santa Fé. Además de las mencionadas La heredera y La vida privada de Julia Norris, cabe destacar su participación en Canción de cuna para un cadáver, rodada a la estela del éxito de Qué fue de Baby Jane ( Con Bette Davis y Joane Crawford)
Dos matrimonios, dos divorcios
Además de los dos Oscares mencionados, De Havilland recibió dos Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, el Premio National Board of Review a la Mejor Actriz, y la Copa Volpi del Festival de Cine de Venecia.
Olivia de Havilland se casó dos veces y se divorció otras tantas. Tuvo dos hijos, el mayor de los cuales falleció. De su discreta vida privada destaca su insalvable rivalidad con su hermana, la también oscarizada Joan Fontaine, quien en unas venenosas declaraciones dijo que Olivia tendría envidia hasta de que ella muriera antes, porque ella, Fontaine había sido en todo la primera. Cuando Fontaine falleció en 2013, las hermanas llevaban 38 años sin hablarse.